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El Merendero del Arroyo Gaitán reparte más de 3200  porciones de alimento por mes y la demanda aumenta 

El Merendero del Arroyo Gaitán reparte más de 3200  porciones de alimento por mes y la demanda aumenta 

Por donaciones puede llamar al teléfono fijo 430301.


 

Todos los miércoles y sábados, puntualmente a las 11, una larga cola de más de una cuadra de madres y abuelas, esperan en la verada del Merendero, para recibir la vianda y compartirla con su familia. En agosto la demanda va en aumento.

 

POR DIEGO ELGART

EL ARGENTINO

 

Desde hace 20 años, un humilde galpón se convirtió en un merendero ubicado en calle Misiones y Clavarino que se choca con un pequeño riachuelo que lleva el nombre Arroyo Gaitán.

Con el tiempo este humilde espacio comunitario tomó el nombre Merendero de los Chicos del Arroyo Gaitán.

Esta zona pertenece al Barrio San Francisco, específicamente está ubicado en medio de los barrios La Tablita I y II, donde hay decenas de familias que viven por debajo de la línea de pobreza y necesitan de todo tipo de asistencia social y comunitaria para subsistir.

El Merendero fue mantenido durante dos décadas por la iniciativa de Teresa Bogado y su esposo José. Abrió sus puertas en el comienzo del nuevo siglo. En el año 2000 Teresa y un grupo de madres se juntaron para comenzar a hacer algo por los chicos del barrio San Francisco, con déficit nutricional.

La idea llegó y fue madurando justo a tiempo, una gran crisis social y económica se desató al año siguiente y Teresa junto a su familia y vecinos, lograron asistir a cientos de familia en aquel duro momento.

Los comienzos fueron humildes, el lugar donde se asentó el Merendero sobre calle Misiones casi Clavarino, fue un terreno donado por el municipio. La edificación solo contaba con una estructura de paredes de chapa, pero luego a través de donaciones y las hábiles manos de José y sus hijos que son albañiles, fueron dándole forma, y a lo largo de los años se convirtió en un gran  salón con una cocina bien equipada que le daba de comer a unos cien chicos los fines de semana antes de la pandemia.

Estos niños son hijos de changarines, albañiles y cartoneros en su gran mayoría, personas que viven al día y fueron duramente golpeados por la cuarentena. También hay madres solteras con hijos a cargo, responsabilidad que le dificulta poder salir a buscar trabajo.

 

Enfrentando la peor crisis de la historia 

Desde temprano el matrimonio compuesto por Teresa y José, junto a sus dos nueras y un grupo de colaboradores voluntarios, comienzan a organizar todo para poder repartir el almuerzo.

Ayer, la donación de carne llegó a tiempo y José decidió hacer polenta con salsa portuguesa. La harina de maíz se coció en grandes ollas, al igual que la salsa.

A lo largo de los años, el Merendero del Gaitán como se conoce en el barrio, se convirtió en toda una institución en el barrio San Francisco, porque en ese lugar a los chicos no solo se les dio asistencia alimentaria, sino que también encontraron apoyo afectivo, escolar y podían hacer deportes antes de la pandemia.

Hoy Teresa y su equipo de colaboradores enfrenta un gran desafío, las donaciones no alcanzan para poder hacer frente a una creciente demanda de personas que pese a recibir planes sociales, no logran satisfacer sus necesidades básicas.

“Nunca sabemos cuánta gente va a venir, todas las semanas se agregan más y repartimos todo. Hay veces que dos o tres familias se van sin la vianda porque no alcanza”, expresó.

“Comenzamos a repartirla a las 11:30 y a veces son las 13:30 y la gente sigue llegando”, remarcó.

Se reparten en promedio unas 100 viandas por día, unas 400 porciones tomado una familia tipo de cuatro personas, que en los ocho días de funcionamiento, el último mes se entregaron más de 3.200 porciones, además de pan y cartones de leche gracias a las donaciones de particulares e instituciones barriales.

En agosto la demanda aumentó, pero Teresa ya no puede cuantificar la cantidad de viandas que se están dando los miércoles y sábado de cada semana.

El municipio la asiste con comestibles e insumos, pero a partir de la segunda quincena de agosto la modalidad de asistencia cambiará. Teresa ya no tendrá que repartir la comida elaborada, sino que se le dará una lista de personas, para que le sea entregado un bolsón con alimentos.

Con años en el barrio y sabiendo de las necesidades de las familias, a Teresa, esta nueva modalidad le preocupa y la inquita.

“La semana que viene vamos a cocinar el miércoles y el sábado, pero a partir del lunes nos dijeron que se van a repartir los bolsones, pero yo voy a hacer todo lo posible para seguir cocinando si es que sigo recibiendo ayuda de las personas que donan alimentos”, agregó.

“Vamos a hacer lo posible para seguir funcionado, porque lo que veo es que ese bolsón con alimento será pan para hoy y hambre para mañana, ya me ha pasado antes, que la gente sale a vender los productos y luego las criaturas se quedan sin comer, es por eso que quiero seguir con el comedor funcionando, para esto necesito un tubo de gas por mes, fideos y diez kg de carne por semana, después recibo donaciones de verdura y de pan”, enumeró.

“Yo viví la crisis del 2001 en el merendero, pero esta me parece más profunda”, relató. 

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