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Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
Opinión

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La República partida

La República partida

 Durante la sesión abundaron las críticas tanto para el Presidente como su Vice, también para Macri por su estancia en Europa. 


(*) Jorge Pedro Jurado

(Colaboración)

En un clima de enorme tensión en la Cámara de Diputados, en medio de desaforados gritos de los diputados de Juntos por el Cambio, el peronismo y el resto de los bloques minoritarios,  la Comisión de Labor Parlamentaria que sesionó por espacio de ocho horas, aprobó en una sesión en parte presencial y en parte virtual la prórroga del protocolo que habilita la continuidad del sistema de funcionamiento virtual de la Cámara de Diputados, pero con el agregado de que no se pondrán límites en los proyectos a discutir.

Recordemos que, por la pandemia, se había acordado por consenso un protocolo de sesión virtual de la Cámara Baja que venció el 8 de agosto. Por tal motivo la primera minoría conformada por los diputados de Juntos por el Cambio al no estar más vigente dicho protocolo concurrieron tanto a la sesión de comisión y posteriormente al recinto a dar su presencia física. La sorpresa absolutamente increíble fue que la Presidencia a cargo de Sergio Massa decidió considerar presentes a los diputados que permanecieron en sus lugares de origen conectados por zoom y ausentes a los que concurrieron al recinto, a quienes se les pretendía obligar a dar su presencia no por estar allí físicamente sino mediante el mecanismo de la conexión virtual.

Allí comenzó la locura, la insensatez, los agravios, las diatribas de uno y otro sector que previo al tratamiento de dos proyectos de leyes uno de ayuda al turismo y otro aumentando multas a la pesca ilegal, hicieron uso de la palabra diputados de todos los bloques por horas y horas.

Parecía un verdadero absurdo que el oficialismo haya negado la presencia física de más de cien representantes opositores que estaban allí, sentados en sus bancas. Por su parte, la primera minoría de Juntos por el Cambio uniformemente sostenía la falta de quorum y la ilegalidad de la sesión por la falta de una norma vigente lo que jurídicamente era cierto, seguramente previendo que al no estar más vigente la prórroga vencida a principio de agosto, y carecer de consenso la pretendida nueva extensión, renacía la letra y espíritu del Reglamento de dicha Cámara que establece que solo se puede sesionar en forma presencial.

Hubo cientos de agravios, amenazas de que Juntos por el Cambio hacía eso para propagar el virus, para defender a grupos concentrados de poder,  para instalar el tema en los medios de comunicación hegemónicos, para ir ganando votos para 2021 y por el lado de estos que con esta prórroga, el Frente de Todos avasallaba la República y que por el sistema virtual podrían abordar fácilmente de manera remota, la discusión de proyectos tales como la reforma judicial para encubrir a CFK y hacerla zafar de sus causas penales, el impuesto solidario a los más ricos, la movilidad jubilatoria y otros tan resistidos por Juntos por el Cambio y parte de la ciudadanía.

Abundaron las críticas tanto para el Presidente como su Vice, también para Macri por su estancia en Europa. Se escucharon muy pocos diputados apelando al diálogo y a la reflexión. Parecían enemigos no opositores. La oposición rechazó la avanzada oficialista e impugnó la sesión por considerarla inválida. Incluso hasta llevaron un escribano para que dejara constancia en acta que ellos estaban dentro del recinto.

Massa por su parte impávido, enfundado en una bufanda a rayas, no se le movía un pelo aún, cuando muchos le requerían se pronunciara por la validez o invalidez de la sesión. Sobrador por momentos. Cuando era reemplazado por la diputada Moreau en su rol, se intercambiaban burlas con representantes opositores, como un juego de quien tiene la razón, si debían dirigirse a ella como Presidenta o Presidente. Cosa de niños caprichosos unos como otros.

Si el protocolo de sesiones virtuales estaba vencido desde el mes pasado, todos los debates en el recinto debían celebrarse de manera presencial máxime teniendo en cuenta que los legisladores son personal esencial y nos consta que se ha ofrecido en reiteradas oportunidades como recintos seguros al Teatro Colón, el Teatro General San Martín o el CCK. Además, que el protocolo, para ser prorrogado, requería el apoyo unánime de los bloques y esa condición, sin su aval, no estaba dada.

Hubo diputados oficialistas que interpretaron que “consenso” no significaba “unanimidad” pero existen antecedentes de tratados firmados por Argentina con rango constitucional donde nuestro país sostiene que el término “consenso” significa la totalidad de los miembros. Es un argumento que la justicia deberá tener en cuenta amén de lo que sostiene la etimología del término.

Seguramente la justicia deberá dirimir la validez o nulidad de dicha sesión, pero lo más vergonzoso de lo ocurrido es ver a los representantes del pueblo literalmente partiendo en dos la República, encaprichados en sus posiciones sin siquiera tomarse un segundo para dialogar o para buscar ese famoso consenso que tanto declaman.

La clase política, estimados lectores, nos ha mostrado su lado más oscuro, su perfil más bajo, su ausencia de sentir republicano, olvidando que millones de argentinos los estaban mirando absortos, unos cómodamente sentados en su living o templado dormitorio luego de una rica cena pero millones los veían también obnubilados sin haber podido darles tal vez un plato caliente de comida a sus hijos, ignorando con qué dinero iban a subsistir al día siguiente, o esos votantes que los eligieron para que su PyMe no cerrara, o para conseguir un trabajo mejor, o para que su jubilación no fuera carcomida por el deterioro del salario o la inflación. Para un país mejor, para una república en paz, con justicia, con seguridad, con futuro. Amén de los momentos difíciles que estamos viviendo con esta pandemia inacabable, seguramente esa noche la mayoría no pudimos conciliar el sueño. Solo pensamos por qué nos está pasando esto, qué hemos hecho para merecer que la clase política no esté a la altura de lo que declaman llamarse a sí mismos: Honorables seguramente no.

(*) Jorge Pedro Jurado, es escritor, poeta, abogado y director de El Censor Online.

 

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