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Diario El Argentinoviernes 29 de marzo de 2024
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Más de 2 mil personas se verán afectadas directa e indirectamente en sus ingresos si no hay Carnaval

Más de 2 mil personas se verán afectadas directa e indirectamente en sus ingresos si no hay Carnaval

Los talleres de la comparsa Kamarr, están sin trabajar como el resto de las comparsas.


De acuerdo a un relevamiento que realizó EL ARGENTINO, a través de datos proporcionados por la Comisión del Carnaval para medir el impacto económico que generaría en la ciudad si el show no se realiza, arrojó que unas 2018 personas que se ven beneficiadas directa e indirectamente con el espectáculo se quedarían sin ingresos este verano.

 

POR DIEGO ELGART

EL ARGENTINO

 

Si se toma la cantidad de puestos de trabajo que genera el carnaval dentro y en el entorno del Corsódromo durante dos meses, se puede llegar a deducir que afectará el ingreso para mejorar la calidad de vida de cerca de más de 2 mil personas.

En contrataciones de servicios la Comisión del Carnaval gastó en la temporada 2020, $ 3.840.000 pesos y le generó ingresos a 678 personas. Las cantinas contrataron a 800 personas y los tres clubes que compitieron en la pasarela la temporada pasada generaron durante el pico de las contrataciones 540 puestos de trabajo temporales.

 La riqueza que genera el mayor espectáculo de verano a cielo abierto del país, constituye el engranaje principal de la industria turística local. El no tenerlo este verano por el contexto pandémico en que se vive, será una bomba para la economía local cuya onda expansiva producirá una “masacre” de cierre de comercios y emprendimientos turísticos. 

El tercer espectáculo en su tipo en el mundo, fue creado por la inversión de los clubes y el ingenio y creatividad de la mano de obra especializada que trabaja desde hace décadas en los talleres, que a lo largo de los años perfeccionaron y adaptaron sus técnicas a las necesidades locales, exportando ese conocimiento al extranjero y a otras localidades del país.

La experiencia constituye un capital humano y de infraestructura única a nivel nacional que se vuelca cada año al deslumbre de miles de turistas argentinos y extranjeros.

Esta industria creativa, no solo favorece al bolsillo de miles de personas durante los dos meses de verano en que se desarrolla el espectáculo, también genera un colchón financiero para el sector gastronómico, hotelero y parahotelero cuando la temporada es buena, que dura durante meses.

Las familias que alquilan sus viviendas como alojamiento turístico, suelen ponerse al día con las tasas municipales o adelantan las compras de los útiles escolares para sus hijos.

A lo largo de las décadas el sector inmobiliario y la construcción también se vio beneficiado con el impulso y las divisas que dejó en la ciudad el turismo del carnaval.

El carácter distributivo del turismo del carnaval, impacta favorablemente entre los sectores con menos recursos, mejorándole momentáneamente su situación económica, para aquellos que dependen de planes sociales para subsistir.

Impacta de forma directa en cinco clubes de barrio que no integran la Comisión del Carnaval, pero se ven beneficiados con la venta de localidades dentro del Corsódromo.

A su vez hay siete instituciones de bien público cuyos integrantes donan su tiempo para mejorar la salud de la ciudad, desde la infraestructura hasta la calidad de vida de los pacientes, que se ven beneficiadas con la venta de entradas para la noche inaugural del Carnaval.   

 

La riqueza que

genera en la ciudad

 

El verano pasado, el turismo de carnaval dejó $657 millones a la economía de la ciudad de acuerdo a los datos que fueron proporcionados por el estudio contable Fernández Tesone quien asesora a la Comisión del Carnaval.

Sin este gran engranaje en movimiento que tracciona a la industria turística de la ciudad ¿Qué nos deparará el 2021?

¿Podrá el sector hotelero que hace seis meses que no trabaja, o el sector gastronómico que está tambaleando sobrevivir?

 Si bien la circulación viral en nuestra ciudad mejoró comparado con el mes de agosto, pero la difícil situación que se vive en el AMBA y en la CABA con miles de casos diarios y un sistema de salud al borde del colapso, no deja de preocupar a las autoridades nacionales, y será el Ejecutivo Nacional el que deberán tomar la decisión final sobre si el Carnaval se hará o no.

El mayor porcentaje de espectadores que consumen el espectáculo, son los bonaerenses y porteños. El gran temor de los clubes es si habrá turistas para poder hacer un espectáculo cuya inversión demandará más de 20 millones de pesos para hacer un espectáculo modesto y cubrir los gastos de funcionamiento del Corsódromo.

Otro inconveniente es cómo van a financiarse los clubes para poder armar las comparsas, la situación patrimonial de aquellas instituciones que tienen colegios es delicada, por la enorme morosidad que hay en el pago de las cuotas.

Tampoco nadie va a querer licitar una cantina, como tampoco podrán encontrar una productora que quiera hacerse cargo de la promoción del espectáculo. El riesgo es muy alto desde el punto de vista epidemiológico y económico.

 

Los más afectados

 

Los puestos de trabajo que genera la industria carnavalera se dividen en directos: los que trabajan en cada uno de los talleres de comparsa, cuyos sueldos paga cada uno de los clubes que saldrá a competir en la pasarela, y aquellos que dependen de la Comisión del Carnaval por contratación de servicios específicos para el funcionamiento del Crosódromo.

A su vez cinco clubes de barrio durante la temporada pasada recaudaron en total 3.729.100 pesos por venta de localidades.

Estos clubes que ofrecen las sillas y tribunas en el Corsódromo, pero que no integran la Comisión del Carnaval, recaudaron el verano pasado: $228.000 en el caso de Sud América;  $1.111.000  el Club Pueblo Nuevo; $ 896.000 para Racing; $715.000 pesos para  Black River y $777.000 para  Dock Sud.

Este dinero fue a parar a las tesorerías de clubes de barrio que realizan un importante rol de contención en niños y jóvenes, a través de las distintas actividades deportivas y educativas.

 

Las comparsas

Por cada comparsa durante el armado que suele durar unos seis meses se necesitan 50 personas trabajando en los talleres entre costureras, talladores, espaldares, tocados y carrozas. Ese número se eleva a 180 personas cuando comienza la temporada al sumar las peinadoras, maquilladoras,  aguateros, los encargados de empujar las carrozas entre otros.

Significa que el futuro laboral de 540 personas entre las tres comparsas que tendrían que salir este año, Ará Yeví, Kamarr y Marí Marí están en riesgo.  

 

Los puestos indirectos

 

Trabajadores de las cantinas: Cada año se realizan licitaciones para 14 emprendimientos gastronómicos dentro del predio de los cuales se distribuyen en 18 puestos entre cantinas y barras de tragos. Cada cantina en promedio emplea a 50 personas para cumplir distintas tareas. Solo esa inversión que todos los años la hacen particulares al presentarse a las licitaciones que larga la Comisión del Carnaval genera 800 puestos de trabajo durante las diez noches.

Adicionales de Policías: El verano pasado se contrataron cien efectivos policiales por noche para brindar seguridad en el interior del predio, lo que demandó el pago de 1.854.000 pesos a la Jefatura, que luego se repartió entre los uniformados que cumplieron las tareas de seguridad. En la temporada pasada ese costo lo absorbió el Municipio. 

El personal de informe y limpieza de baños: para poder llevar adelante este servicio se necesitan 70 personas. Su tarea es la de informar y aclarar todas las dudas a los turistas y otra parte del personal se aboca a la constante limpieza de todos los baños que están dentro del predio. En la temporada 2020 se desembolsó 180 mil pesos para esta tarea, y a su vez se beneficiaron con las propinas de los turistas.

Boletería y acomodadores: En este sector trabajan 46 personas, lo que significó un gasto de           $1.475.0000 durante la temporada.

Tesorería: Es toda la gente que está en la boletería y tiene la autorización del manejo del dinero y traslado que insume a 15 personas, que tuvo un costo de $1.198.000.   

Controles de seguridad en los molinetes: Se ocupan 20 personas, que demandó $729.000.

Vendedores de cotillón: Para poder vender dentro del Corsódromo entre los intervalos del paso entre comparsas y en las tribunas, las personas que ofrecen este servicio son unas 50 y están  nucleadas a una cooperativa.  Cada una deben pagar un canon individual a la Comisión de 200 pesos por noche que es el valor de una entrada con el fin de poder cubrir el seguro.

Los silleros: Son las personas que cumplen la función de colocar y retirar las sillas cada noche. Para esta tarea se contrató a una cooperativa de trabajo inscripta en el Municipio que la integran 15 personas. El costo fue de $450.000.

Banda musical para la previa y el cierre: Este servicio de entretenimiento ocupan entre seis y ocho personas y costó 75 mil pesos.

Administración de redes sociales: Está a cargo de cinco personas que insumen 140 mil pesos para las arcas del Carnaval.   

Servicios gastronómicos para los jurados: Son cuatro jurados por noche, cuarenta en total que al terminar cada edición son agasajados por la Comisión con un banquete que se desarrolla en el centro de convenciones.  La empresa contratada cobró $120.000. 

Transporte para los jurados: Se contrató a un transportista local por $302.000 y trabajan tres personas en ese servicio.

 

Otras contrataciones

Servicio de Grúas: $220.000 y la empresa ocupa a cinco personas que trabajan en la previa subiendo a los integrantes de las comparsas a las carrozas y bajándolos al finalizar el desfile.  

Baños químicos:   La empresa local que ofrece los servicios cobró el verano pasado $390.000 por el alquiler de los baños que se colocan en la previa durante las diez noches.

Bomberos Voluntario: Durante la temporada 2019, el servicio de seguridad contra incendios le costó a la Comisión del Carnaval

$160.000, dinero que se destina al mantenimiento del parque automotor y actualización de tecnología en la institución. El 2020 el pago lo efectuó el municipio. 

Empresa de emergencia médica: Se pagó $520.000 e insumió ocho personas del personal médico de la empresa contratada.

Servicios de encuestas: Se contrata a una consultora por $98.000 que ocupa a siete encuestadores durante toda la temporada.

El sonido del Corsódromo: En la temporada pasada demandó $2.420.000. Esta empresa ocupó a 20 personas para prestar el servicio cada noche del espectáculo. 

Mantenimiento para la puesta a punto del Corsódromo: Se contrata a una empresa constructora para la puesta a punto previo al inicio del espectáculo y el desarme de algunas estructuras una vez que termina la temporada. Para poder desarrollar la tarea contrata a 20 personas y el costo fue de $960.000.

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