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Diario El Argentinomiércoles 24 de abril de 2024
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Educación Física, beneficios de la cultura activa en la vida de los  adultos mayores

Educación Física, beneficios de la cultura  activa en la vida de los  adultos mayores

Los trabajos orientados a estimular la condición cardiovascular son muy importantes para disminuir el riesgo de muerte.


Para todas las edades la actividad y el ejercicio físico es importante para una vida saludable. Para los adultos mayores no es diferente y hay mucha evidencia científica que avalan los beneficios para la salud  de “moverse” más y mejor, previniendo, retrasando o controlando diferentes patologías.

 

Por  Pablo Danna y Néstor C. Rivero (*) (Colaboración)

 

Parte 2

 

En el texto “Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud”  de la OMS, encontramos los siguientes beneficios de una vida activa:

Presentan menores tasas de mortalidad por todas las causas, cardiopatía coronaria, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2, cáncer de colon y de mama, y depresión, un mejor funcionamiento de sus sistemas cardiorrespiratorio y muscular, y una mejor masa y composición corporal.

Tienen un perfil de biomarcadores más favorable para la prevención de las enfermedades cardiovasculares, la diabetes de tipo 2 y la mejora de la salud ósea, y presentan una mayor salud funcional, un menor riesgo de caídas, unas funciones cognitivas mejor conservadas, y un menor riesgo de limitaciones funcionales moderadas y graves.

 

Entrenamiento para la salud

 

 

Ahora que sabemos la importancia de una vida activa, de los beneficios de la actividad física y el ejercicio físico, ¿Qué se debe tener en cuenta?, ¿A dónde debe apuntar nuestro trabajo con los adultos mayores?

Algunos aspectos básicos a donde dirigir nuestra mirada: Condición cardiovascular o cardiorrespiratoria.

Los trabajos orientados a estimular la condición cardiovascular son muy importantes porque se asocia con una disminución del riesgo de muerte por alteraciones cardiovasculares.

 

Condición muscular

 

Aparecen las actividades o ejercicios que desarrollan la fuerza muscular.  Estos retrasan o mejoran los estados de sarcopenia, mejorando problemas músculo esqueléticos (malas posturas y dolores musculares), mejora de la autonomía en la marcha, disminución de caídas, etc.

Flexibilidad: Con el paso del tiempo, si no se estimula la flexibilidad, hay pérdida del ROM. Esto trae aparejado desde dolores musculares (como por ejemplo de espalda), hasta limitaciones  considerables en la amplitud de los movimientos que incidirán en el desarrollo normal de las actividades de la vida diaria.

La composición corporal: El sobre peso y la obesidad, son en si predisponentes a adquirir patologías  cardiovasculares y metabólicas como la diabetes tipo II.  Por otro lado, si se va a realizar un programa de ejercicio hay que tener en cuenta las posibles incidencias negativas, por ejemplo sobre las articulaciones.

Ya que estas cualidades están relacionadas con la salud son consideradas como fundamentales a la hora de plantear los programas de ejercicio físico para adultos.

 

Se deben incluir actividades que contengan trabajo postural y que estimulen el equilibrio estático y dinámico. Es posible que se encuentre afectada estos últimos y son predisponentes a posibles caídas.

 

Conclusiones

 

Algunas dificultades al implementar un programa de actividad física y ejercicio.

1-Entre los llamados adultos mayores, nos encontramos con una edad muy variada. Es muy amplia, comprendiendo de los 60-65 años en adelante. Si tenemos en cuenta que es común que comiencen a acumularse patologías degenerativas y crónicas con el pasar del tiempo, pueden surgir limitaciones a la hora de diseñar un programa de ejercicios físico para un grupo de trabajo. En principio se podrá plantear un único programa, pero con el tiempo surgirá la necesidad de una  adaptación y diversificación.

2- Dentro de la misma edad, se puede encontrar diferencias funcionales significativas. Este punto está relacionado con el anterior y nos permite reflexionar sobre la conformación de grupos. Si utilizamos la edad cronológica  para las clases puede resultar inapropiada ya que a la misma edad se pueden encontrar gran variabilidad funcional consecuencia de diferentes estilos de vida. Es buena idea la agrupación por su capacidad funcional.

3-En lo posible, es necesario tener conocimientos de si los participantes de los programas de actividad física están consumiendo medicación, cuáles y  cómo pueden afectar el desarrollo del mismo. Es bueno tener contacto con el médico de cabecera para saber cómo puede incidir en la actividad física.

Por ejemplo los betabloqueadores, pueden reducir la tolerancia al ejercicio al ser alterados los mecanismos de control de las constantes del pulso y la tensión arterial cuando se requiere ajustarla a un rendimiento determinado.

4-Los conocimientos específicos Por suerte cada vez son más las capacitaciones, cursos, simposios y actividades donde los profesionales que trabajamos con adultos mayores, pueden ir especializándose. Es necesario, para abordar con mayor éxito estos programas, preparación más especializada.

5-La supresión de posibles “barreras”  urbanas, sociales, ambientales, que impidan o dificulten el desarrollo de las actividades. Identificar las posibles barreras, para poderlas suprimirlas, es necesario para garantizar le mayor acceso a las actividades. Por ejemplo se pueden existir barreras arquitectónicas como  veredas en mal estado para ir a los centros de jubilados. La falta de oferta de espacios donde se desarrollen clases de  actividad física, ejercicio físico para esta población es otro problema a mejorar.

 

 (*) Los autores de este artículo son docentes y miembros de la comisión directiva del Colegio de Educación Física de Entre Ríos  (COPEFER)

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