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Los miserables de empatía
El incremento del sueldo de los concejales tras el cierre de la primera parte de las paritarias municipales en agosto pasado, incorporó una suba promedio de bolsillo de 15 mil pesos a sus recibos de sueldos. La actitud no encierra ningún delito, pero si una gran inmoralidad ante un Estado Municipal en el que se le agotan los recursos por la caída de la recaudación, por el contexto pandémico.
POR DIEGO ELGART
EL ARGENTINO
Un concejal de nuestra ciudad, percibe un ingreso de bolsillo que rondó este mes los 98 mil pesos. No tiene gastos reservados para asesores, si se autoriza el gasto de un secretario de bloque cada tres concejales. Su dieta comparada con la de un edil de Paraná y Concordia es significativamente más baja.
Sin embargo, la dificultad que tiene la clase política en general de ubicarse en el contexto en que vive el ciudadano de a pie, parece estar cada vez más lejos de la realidad.
Financiar el gasto de la política, es cada vez más pesado para los trabajadores, los comerciantes y empresarios Pymes. Mientras nuestro pueblo se hunde en la miseria, la angustia por la falta de previsibilidad hacia el futuro y la preocupación de las familias al ver cómo sus hijos pierden calidad educativa, los políticos siempre ganan.
No es el sueldo lo que preocupa, nada puede cambiar en resolver el creciente déficit municipal si los concejales renunciaran al aumento. Lo que preocupa es la miseria empática de nuestros representantes.
La palabra empatía tiene un origen griego ("empátheia", que significa "emocionado") y su significado en español es la cualidad de un ser humano que le permite tener la intención de comprender lo que le sucede a otra persona (sentimientos y emociones), intentando experimentarlo de forma objetiva y racional, según lo define Real Academia Española.
El ingreso de un trabajador promedio en la economía formal en nuestra ciudad es de 45 mil pesos, para aquellos que tienen la suerte de poder cobrarlo entero.
Érica, una médica pediatra de nuestra ciudad que atiende el consultorio de niños sanos en el Hospital Bicentenario tres veces a la semana, gana 22 mil pesos por mes como contratada, con el riesgo permanente de contagiarse de coronavirus y ese monto no se actualiza desde agosto del 2019.
Patricia es una experimentada enfermera de 23 años de antigüedad que trabaja en la sala de Neonatología del Hospital Centenario y pese a su constante capacitación y dedicación, su sueldo es de 40 mil pesos.
Leandro, chofer de Jovi Bus, hace siete meses que a su empresa la cuarentena no le permite trabajar. De los 60 mil pesos que cobraba antes de la pandemia, con suerte él y sus compañeros perciben 10 mil pesos por mes.
Ricardo, un mozo de años de experiencia trabajando en la gastronomía local, debe mantener a su familia con un ATP de casi 17 mil pesos. Durante marzo, antes de la cuarentena, percibía 40 mil pesos entre sueldo, adicionales y propina.
Todas estas personas no son más que historias que se replican en cada barrio y en muchos hogares de nuestra ciudad. Hoy cada gualeguaychuense no piensa en ideologías y en las grietas del debate político.
Cuando mira a los ojos a sus hijos solo dos preocupaciones le vienen a su mente: cómo hago para llegar a fin de mes y cómo hago para conseguir trabajo en una economía destruida si lo llegara a perder.
“De esto salimos todos unidos”, dicen los spot publicitario del gobierno local, pero se llega a la unidad de un pueblo cuando cada uno mira al destino propio como el de los demás, y que cada cual se debe al todo para ayudar a aquellos que no se sienten fuertes para luchar.
Una vez más los miserables de empatía terminan engañando al propio pueblo que los llevó a sus bancas para ser sus representantes.
El viernes 20 de diciembre de 2019, en sesiones extraordinarias, los concejales votaron por unanimidad la reducción en la dieta, hecho que de acuerdo a las proyecciones de entonces le iba a ahorrar más de 10 millones al Municipio hasta el 2023.
La normativa dejó sin efecto la Ordenanza N° 11537, que determinaba la escala de remuneraciones del Presidente municipal así como de los concejales y la Ordenanza N° 11655/11 que fijaba el concepto de gasto de representación para el Presidente municipal, que estaba atado a la movilidad de un sueldo de un juez de Cámara de la Justicia ordinaria, para enchancharse a las paritarias municipales.
Desde enero de este año se tomó como base el sueldo de un subdirector de escalafón profesional de 22.500 pesos, monto que se actualiza a través de paritarias semestrales a los que los concejales también fueron beneficiados.
Su actitud no encierra ningún delito, pero sí una inmoralidad ante un contexto en que la clase media se destruye y los pobres comienzan a engrosar las estadísticas de indigencia.
Víctor Hugo (1802-1885) poeta, novelista francés autor de “Los Miserables”, dijo una vez: “Donde lo único que se encuentra es una mañosa astucia, existe necesariamente la mezquindad. Cuando se dice astuto se está diciendo mediocre”.