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A cinco años de los mortíferos atentados, Francia está en alerta
El 13 de noviembre de 2015, 131 personas fueron asesinadas y otras 415 resultaron heridas.
Los atentados sucidas del 13 de noviembre de 2015, reivindicados por el Estados Islámico (EI) y considerados la peor masacre ocurrida en Francia desde el final de la Segunda Guerra Mundial, fueron perpetrados en el Stade de France, la sala de conciertos Bataclan, varios restaurantes y bares, y en una vivienda del suburbio Saint-Denis.
Franciarememoró ayer el quinto aniversario de los ataques simultáneos islamistas en París y un suburbio de la capital, en los que 131 personas murieron y centenares resultaron heridas, en un contexto marcado por los recientes atentados en el país, que motivó a las autoridades a elevar la alerta terrorista a su máximo nivel.
Los atentados sucidas del 13 de noviembre de 2015 en Paris, reivindicados por el Estados Islámico (EI) y considerados la peor masacre ocurrida en territorio continental francés desde el final de la Segunda Guerra Mundial, fueron perpetrados en el Stade de France, la sala de conciertos Bataclan, varios restaurantes y bares, y en una vivienda del suburbio Saint-Denis, al norte de la ciudad.
Pasadas las nueve de la noche, tres atacantes suicidas se hicieron estallar a las puertas del Stade de France, en Saint-Denis, durante un partido de fútbol amistoso entre Francia y Alemania, donde se encontraba el entonces presidente François Hollande.
A los cinco minutos, un comando de tres hombres que circulaba en un Seat negro por el este de la capital ametralló varias terrazas parisinas, que a esas horas estaban abarrotadas.
En media hora murieron 39 personas por tiros de fusiles de asalto. Además, uno de los atacantes se hizo estallar en la cafetería Comptoir Voltaire, emblema de la Francia ilustrada, causando varios heridos.
Poco después, en Bataclan, el grupo de rock californiano Eagles of Death Metal actuaba ante 1.500 personas cuando un tercer comando irrumpió en la sala de conciertos y comenzó a disparar. La matanza causó 90 muertos. Algunos supervivientes se escondieron o se hicieron pasar por muertos entre los cadáveres, otros lograron escapar.
Diez minutos después, la policía entró para liberar a los rehenes y mató a un atacante, cuyo cinturón explotó. Otros dos yihadistas, que retenían rehenes en la planta de arriba, murieron por el estallido de sus cinturones explosivos cuando las fuerzas de élite intervinieron.
Fueron siete al final los integristas abatidos aquella noche trágica en París en la que murieron 131 personas y otras 415 resultaron heridas.
La organización reivindicó los atentados, y los investigadores iniciaron una búsqueda para localizar a los agresores que se dieron a la fuga y a sus cómplices.
El belga Abdelhamid Abaaoud era una figura del yihadismo en Siria. Fue el presunto coordinador de los ataques de los bares. Murió el 18 de noviembre de 2015 en el asalto policial a un apartamento en Saint-Denis, al igual que un cómplice que se hizo estallar y una prima que les había encontrado el refugio.