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La UCR Gualeguaychú criticó el proyecto de Ordenanza del presupuesto Municipal 2021

La UCR Gualeguaychú criticó el proyecto de  Ordenanza del presupuesto Municipal 2021

A través de un comunicado de prensa firmado por el presidente del comité de la UCR de Gualeguaychú, Darío Carrazza y la vicepresidenta María Mastalertz, criticaron duramente el presupuesto 2021 que fuera presentado por Haciendas al HCD en el mes de octubre.


El proyecto de Presupuesto 2021, remitido por el gobierno al Concejo Deliberante, adolece de vicios que lo vuelven inaceptable. Carece del más mínimo compromiso con la realidad y resulta un cheque en blanco para que el Ejecutivo gaste más de 2.860 millones de pesos sin una debida autorización legislativa, ni posibilidades reales de control. En realidad, más que un presupuesto estamos ante una autorización general de gastos,  tan global, que impide luego un verdadero control del ejecutado.

El proyecto remitido no fija metas, ni expone, planes, programas u obras a realizar. No cuantifica si con ese dinero se construirán -por ejemplo- tantas cuadras de pavimento, ni de ripio, ni de bacheos, ni la construcción de tantas viviendas, ni reparación o construcción de plazas o espacios públicos, ni subsidios a clubes o instituciones, ni actos culturales, de esparcimiento o deportivos -presenciales o virtuales-. No propone la adquisición de equipos viales, maquinarias ni camionetas. No fija previsiones referentes a la posible continuidad de la pandemia y la necesidad de auxiliar a trabajadores, pymes, cuentapropistas o desocupados.

El presupuesto debería constituir una herramienta pública de planificación anual –incluso purianual-, clara y transparente, que exprese las prioridades de la gestión sobre las obras y servicios, y cuáles serán las áreas responsables de llevarlas adelante.

 Debería explicar a su vez quiénes serán los beneficiarios de cada acción, plan o política y cuáles son los objetivos que la gestión se fija en ese período anual. En todo ello debería ser expreso y específico para que tanto los ciudadanos, como la prensa y los propios concejales que lo vayan a votar puedan imaginar, de antemano,  cuál será su impacto en los distintos sectores de la economía de la ciudad. En tal sentido el presupuesto no solo es de interés para quienes trabajan dentro del municipio, sino -y principalmente- para toda la comunidad: El Pueblo tiene derecho a saber de qué se trata.

Los vecinos y vecinas de cada barrio tienen derecho a saber cuáles son las obras que con el dinero de ese presupuesto se planifica realizar en el año entrante. Dichas obras, por modestas que fueran, estarán llamadas a influir sobre su vida cotidiana. Ello les permitiría dirigirse a sus representantes políticos en el Concejo Deliberante para señalarles la conveniencia mayor o menor de que se lleven a cabo las mismas, u otras distintas que pudieran considerar más necesarias. Todo ello se vuelve imposible con el presupuesto remitido por el Ejecutivo para 2021, porque esconde todo y no dice nada.

Tampoco habla el proyecto sobre las prioridades de la gente ni cómo se las va a satisfacer. Por ejemplo hay falta de viviendas, pero no se indica que se vaya a construir ni una sola vivienda en 2021 (incluso la Dirección de Viviendas acusa un presupuesto de 29 millones de los cuales 28 están destinados a personal).

Hay inseguridad, pero el Consejo de Seguridad Ciudadana, que es un ente Público Municipal creado a tal fin, no tiene un solo peso destinado a su funcionamiento. Tampoco hay previsión alguna para cámaras de seguridad ni luminarias en los barrios.

El presupuesto de nuestra ciudad es quizá el único en el país en no decir absolutamente nada acerca de en qué se gastará la plata del Pueblo. Solo hay una secuencia numérica expresada con palabras engañosas que se repiten en cada Ítem, como “Transferencias” o “Servicios no personales” cuyos voluminosos importes seguramente y en gran medida ya estará previsto obsequiar a algún acólito o regalón de turno como, lamentablemente, ha salido a la luz últimamente con contratados que inclusive viven en Europa.

Así, entre palabras inentendibles y números generosos, se destina millones a áreas que tampoco se explica en lo más mínimo que harán con ese dinero. Por dar un ejemplo, se destinará 99 millones para la Dirección de Legal y Técnica, que es la asesoría legal del Intendente. Se destinará 59 millones para la Dirección de Accesibilidad Vial, que debiera realizar las rampas para personas con discapacidad y pintar los pasos peatonales. Ninguna de esas cosas se lleva a cabo ni se fija en el presupuesto. 

No se prevé fondos para la creación de los Centros de Primera Infancia que venimos reclamando, y nuestros gurises de los sectores más vulnerables siguen sin tener establecimientos adecuados que estimulen su inteligencia para poder dejar atrás el mundo de pobreza en que les tocó nacer. Y todo porque los señores gobernantes reparten el dinero como mejor les parece –una buena tajada es para ellos mismos- y sin tener que brindar explicaciones. Se reparten el dinero a espaldas de la gente porque, detrás de la frialdad de los números, hay beneficiados y perjudicados, injustamente. 

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