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No aprendimos nada

No aprendimos nada

No generemos más basura, usemos mientras tanto barbijo reutilizable.


Usar tapabocas para ser respetuosos con los más vulnerables va más allá de eso. Ni siquiera la pandemia pudo frenar la contaminación y la presión que ejercemos sobre la naturaleza, la línea entre nuestra protección y la de los demás seres vivos se tapó de basura.

 

Por Solnage Vallenari (*)

Colaboración

 

Instamos al uso de tapabocas para protegernos y proteger a los más vulnerables del contagio de Covid -19, que ese  respeto también se extienda a lo que nos rodea y un poquito más, que la protección de la raza humana no atente contra la bio diversidad.

Durante la cuarentena decretada por la pandemia del Covid-19 se han visto diferentes imágenes que demostraron el impacto positivo de la misma en la naturaleza. Hay menos contaminación y hubo animales que se animaron a desplazarse por la ausencia de personas en las calles de diferentes ciudades del mundo.

La reducción de la actividad industrial y el transporte con vehículos de combustión también está dejando efectos secundarios relativamente positivos para el ambiente y la salud de las personas en las principales zonas afectadas.

Pero no todos los impactos sobre la naturaleza fueron positivos, tras el regreso a la llamada “nueva realidad”, varios usuarios mostraron a través de redes sociales, la gran cantidad de basura -entre esta barbijos-que dejaron los bañistas tras su regreso a las playas.

Buzos, barrenderos, servicios de limpieza y recolección de residuos de diferentes ciudades en todo el mundo también emiteron una alerta por el incremento de mascarillas y guantes hallados en las calles. Activistas del medio ambiente  advierten sobre los peligros de la contaminación con material sanitario que han sido utilizados por las personas para protegerse del Covid-19.

“Esta crisis nos permitió ver lo mejor y lo peor dentro de nosotros. Si seguimos así, lo peor surgirá nuevamente”.

Como especie nos enfrentamos a una situación única que hace mucho tiempo no vivíamos, enfrentamos una amenaza, tanto sanitaria como económica de impacto mundial, que ya se llevo la vida de cientos de miles de personas y que trasformo nuestra forma de movernos, de trabajar y de interactuar con otros, pero no debemos olvidar que además esto afecta también al entorno en el cual estamos y del cual dependemos para obtener nuestros alimentos, el agua y hasta el mismísimo aire que respiramos.

Ese entorno lo compartimos con otras especies que son fundamentales para el delicado equilibrio del ecosistema global del cual dependemos y al cual muchas veces no respetamos como deberíamos. En reiteradas ocasiones esas especies con las que coexistimos nos advierten, con su grito silencioso de agonía, cuando cruzamos esa línea entre aprovechar los recursos y agotarlos.

Esta pandemia nos aisló para cuidarnos, pero también nos hizo prestar más atención a lo que es esencial para sobrevivir como sociedad,  lo que hacemos con nuestros desechos tiene que ser el primer paso de muchos otros que nos lleven a volver a una normalidad mejor.

Tenemos la posibilidad única de cambiar las cosas y de que ese cambio, por más pequeño que sea, tenga una difusión y un alcance global. Tuvimos el tiempo suficiente para observar y entender el impacto que causa en el ambiente lo que hagamos o dejemos de hacer como sociedad.

Aprovechemos este momento para exigir que desde ahora en más algunas cosas se hagan de una mejor manera y que cambien las que están mal, pero sobre todo aprovechemos para cambiar nosotros individualmente, porque si cada uno se vuelve mejor persona el impacto realmente será global.

No generemos más basura, usemos mientras tanto barbijo reutilizable; sino podes hacerlo porque las circunstancias no te lo permiten, toma todos los recaudos posibles con tu barbijo desechable, una vez que tu barbijo de un solo uso este húmedo bótalo  inmediatamente en un recipiente cerrado y seguro, no lo arrojes a la calle o en otros lugares. El respeto se demuestra a través de nuestras acciones, que tu lema siempre sea enseñar a través del ejemplo.

Demostremos como raza superior que pretendemos ser, que esta pandemia si nos dejó una enseñanza. Ser civilizados no cuesta mucho, no serlo nos puede salir muy caro.

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 (*) La autora de este artículo es consultora en protocolo organizacional, estrategia en imagen pública, coach de Negocios y Liderazgo

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