¿Cómo nos llamamos?

Aparte de formularnos preguntas contrafácticas acerca de lo que hubiera ocurrido si nuestra patria hubiera sido diferente, vamos a recordar algo de esa historia no tan reciente. Lo que está sucediendo hoy lo recordarán las generaciones futuras o a lo mejor prefieren olvidarla.

 

Jorge Pedro Jurado (*)

(Colaboración) 

 

¡Cuantos años pasaron desde que dejamos la escuela! Pero bien vale la pena rememorar cómo finalmente quedó constituida nuestra Patria y además para no pasar vergüenza si algún hijo/nieto nos pide ayuda en su tarea recientemente recomenzada de manera presencial.

¿Por qué se llama Argentina nuestra Nación o acaso tenemos otro nombre, pero no lo usamos? ¿Siempre fuimos 23 provincias? ¿La Ciudad de Buenos Aires es una provincia más?  ¿Por qué somos federales y no unitarios? ¿Qué hubiera sucedido si Buenos Aires no se anexaba a la Confederación? ¿Y si el Uruguay formaba parte de nuestra patria quizá Julio María Sanguinetti hubiera sido nuestro presidente o Punta del Este sería más argentina de lo que es?

En fin, preguntas que parecen fáciles de formular, pero difíciles de responder. Por lo menos así lo pienso.

Empecemos por el nombre. Nuestra patria se llama Argentina por un poema del español Martín del Barco Centenera, quién al llegar a estas tierras en lugar de rioplatense, usaba el adjetivo argentino. El Reino Argentino era para él la región del Río de la Plata. En uno de sus poemas ese adjetivo también lo aplicó a los hombres y con motivo de la fundación de Santa Fe, escribió: “Los argentinos mozos han probado allí su fuerza brava y rigurosa”.

Algunos han afirmado que los primeros "argentinos" fueron los santafecinos, pero en realidad el término era aplicado a los oriundos del Río de la Plata y del Río Paraná, ya que incluso a los uruguayos y a los paraguayos se les llamó con ese gentilicio. No lo sabía y supongo que muchos de ustedes tampoco.

En ese poema, Del Barco Centenera hace una aclaración: "El Río Argentino o Río de la Plata es llamado por los indios Paraná, que quiere decir mar, por su grandeza".

Ahora bien, de donde había sacado el clérigo el adjetivo "argentino" como sinónimo de "del plata". Y llega a la conclusión de que lo trajo del Alto Perú. Recordemos que la actual Sucre se llamaba por entonces Ciudad de la Plata, más tarde sería Charcas o Chuquisaca. Además, Argenta en latín significa “plata” y en la tabla periódica de elementos “Ag” significa “plata”.

Nuestra grieta inicial amén de las de Saavedra y Moreno, la de los monárquicos y republicanos prosiguieron en el tiempo con el conflicto entre unitarios y federales tras las guerras de la independencia y enfrentó ambos partidos. Los federales querían una república federativa mientras que los unitarios deseaban mantener el sistema centralista heredado de la administración colonial.

La diferencia entre unitarios y federales es principalmente que los unitarios abogan por las corrientes del liberalismo mientras que los federales buscan resguardar el poder que tienen las distintas provincias del país algunas hoy constituidas en verdaderos feudos medioevales. Las relaciones entre Buenos Aires y el resto de las provincias se caracterizaron por su tirantez tras la batalla de Caseros.

La situación se volvió más compleja en 1853 con la sanción de la Constitución Nacional, que dejó a Buenos Aires como provincia rebelde y a la Confederación Argentina en el rol de Nación. Si Rosas vencía en Caseros, probablemente Buenos Aires hubiera sido un país aparte o no, nadie lo puede afirmar.  Somos un estado federal porque Alberdi fue claro cuando afirmó en las Bases: "Estando a la ley de los antecedentes y al imperio de la actualidad, la República Argentina será y no podrá menos de ser un Estado federativo, una República nacional, compuesta de varias provincias". Por eso nuestra Constitución establece que la Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa, republicana y federal.

Esta disposición fundacional clausuró décadas de enfrentamientos entre los unitarios y federales, que surgieron cuando las Provincias Unidas del Río de la Plata proclamaron su independencia en 1816. La disputa por la apropiación de las rentas de la aduana de Buenos Aires es una de las claves para entender estos enfrentamientos.

En Argentina se denomina provincia a cada uno de los 23 estados y junto a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires constituyen las 24 divisiones territoriales del país. Las provincias tienen autonomía plena, forman parte de la Nación y son preexistentes a ella. Nuestro país se constituyó como una federación de provincias y mantiene los nombres históricos de República Argentina,  Provincias Unidas del Río de la Plata y/o Confederación Argentina.

Hace añares en un envío que hice por un correo privado puse en el remitente en lugar de República Argentina, Provincias Unidas del Rio de la Plata y la oficina me lo devolvió para que pusiera el nombre correcto. Dado mi carácter pedagógico fui a hablar con el jefe de la misma con mi Constitución en la mano para enseñarle lo que él no sabía o no recordaba.

Decía que nuestras provincias se autogobiernan, tienen sus constituciones y poderes propios. Catorce de ellas son anteriores a la organización establecida entre 1853/1860. Todas son preexistentes a la Nación y conservan todos los poderes no delegados a la Nación. ?

Las provincias dividen su territorio en departamentos y estos a su vez en municipios o comunas, con la excepción de la provincia de Buenos Aires que lo hace en municipios denominados partidos.

La Constitución de 1994 reconoció la autonomía municipal, pero dio potestad a las provincias para reglar su alcance y contenido, por lo que existen municipios autónomos con potestad para sancionar cartas orgánicas municipales y otros que no pueden hacerlo. También hay provincias que no han actualizado sus constituciones para reconocer la autonomía de sus municipios.

Las provincias argentinas comenzaron a configurarse antes de la Revolución de Mayo, y fueron definiendo sus fronteras mediante pactos anteriores a 1853 y son los llamados “pactos preexistentes”.

En 1853, trece provincias (Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Salta, San Juan, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán) se reunieron en la ciudad de Santa Fe para constituir la República Argentina. En 1860 se integró la provincia de Buenos Aires. Con posterioridad, el Congreso Nacional creó nueve provincias: Presidente Perón (Chaco) y Eva Perón (La Pampa) en 1951, renombradas en 1955 pues antes eran territorios nacionales; Misiones en 1953; Chubut, Formosa, Neuquén, Río Negro y Santa Cruz en 1955; y, por último, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en 1991.

La Ciudad de Buenos Aires no es una provincia ni pertenece a ninguna de ellas. Perteneció hasta 1880 a la provincia de Buenos Aires, año en que fue federalizada para servir de Capital Federal. Tiene un gobierno autónomo con facultades propias.

Sin embargo, en el pasado hubo 8 provincias que hoy día no integran la Argentina y fueron la Banda Oriental, Las Misiones Orientales, Paraguay, Tarija, Potosí, Charcas, Cochabamba y La Paz.

En todas las provincias, el ejecutivo está a cargo de un gobernador que dura cuatro años y que, en general  puede ser reelegido y en algunas puede ser indefinido. El poder legislativo en algunas provincias está ejercido por una legislatura unicameral y en otras es bicameral. Todas cuentan con un poder judicial con su correspondiente Superior Tribunal y tribunales encargados de resolver los conflictos regidos por la ley común. ?Cuantos menos gastos públicos tendríamos si las provincias tuvieran legislaturas unicamerales.

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires es a su vez autónoma y no es una provincia. Cuenta con una Constitución que establece un gobierno dividido en tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y un régimen descentralizado en comunas. El titular del poder ejecutivo lleva el título de Jefe de Gobierno. Todos los concejos deliberantes a lo largo de todo el país también son de cámara única.

Así que la grieta que empezó hace mucho y se profundizó luego es lo que nos impide progresar como país y que hoy continúa aún en democracia desde 1983 entre gobiernos populistas y gobiernos capitalistas, sin poder ponernos de acuerdo en temas básicos como la educación, la pobreza, la inflación, la creación de empleos, la inseguridad y el gasto público. Aun así, no tenemos la capacidad de sentarnos a debatir como adultos un país a 40 años vista. Lamentable.

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(*) El autor de este artículo es abogado, escritor, periodista, conductor de radio y director del periódico digital Grupo de El Censor de Gualeguaychú que se publica en la red de Facebook.