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Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
Opinión

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Llamativo, pero no sorprendente

Llamativo, pero no sorprendente

El martillo (todo un símbolo del cargo) que utilizó la jueza Alicia Vivian vino “prestado” desde Paraná. Parece que en la jurisdicción no hay presupuesto para comparar uno.


Por Nahuel Maciel

EL ARGENTINO

 

Llamó mucho la atención que el agua envasada que se les sirvió a los miembros del jurado de Gualeguaychú fuera de una marca que no es habitual verla en los escaparates de los comercios locales. Se trata de la marca “Aüita”, perteneciente a una empresa radicada en la capital provincial.

Realizadas las consultas pertinentes, se confirmó a EL ARGENTINO que efectivamente ese refrigerio llegó especialmente desde Paraná, enviado por el Superior Tribunal de Justicia. Y se hizo observar la siguiente paradoja: en términos logísticos fue más costoso el combustible consumido, que los posibles ahorros por adquirir botellas descartables como refrigerio. Muy afortunado el empresario paranaense al que le compran el refrigerio que se va a tomar en un juicio en Gualeguaychú.

¿De verdad que ahorraron presupuesto trayendo el agua bebible desde Paraná, surcando de Oeste a Este toda la provincia? ¿No hubiera sido más económico (seguro más ecológico) colocar un dispenser de agua y evitar tanto plástico?

Lo otro que llamó la atención fue el reluciente “martillo” que lució en el improvisado escritorio la jueza Alicia Vivian, quien llevó adelante el primer juicio por jurado en la jurisdicción.

Atento a una inversión genuina y simbólica para la Justicia local, EL ARGENTINO también realizó las pertinentes consultas y grande fue su sorpresa al confirmarse que “ese martillo” también llegó desde Paraná y en calidad de préstamo.

Parece que en la Justicia local carecen de presupuesto para comprar uno; o en otras palabras: ni siquiera tienen un martillo y tiene que salir a pedir uno prestado. Como sea, es un despropósito cuando se habla de poner en valor al Poder Judicial.

Es toda una metáfora –si se quiere- para recordar dónde se toman las decisiones en esta provincia que hace añicos su mejor característica de federal. Y ahora, claro está, se demanda su devolución como es pertinente que ocurra.

Seguramente desde Paraná el Superior Tribunal habrá enviado personal para asistir a los empleados judiciales de Gualeguaychú en cómo se sustancia un juicio oral y probablemente, alguien con más perspicacia y celo por el erario público, habrá pensado que se podría aprovechar –por ejemplo- el baúl de uno de esos vehículos (que ya viatica) para llevar agua para “el molino de Gualeguaychú”. Puede ser. Todo puede ser. Aunque sigue siendo desopilante. Por suerte, el catering fue encargado a nivel local, porque caso contrario las empanadas hubieran llegado frías o habría que recalentarlas.

Dos hechos (el refrigerio marca “Aüita” y el martillo prestado) llamaron la atención en el primer juicio por jurado en la jurisdicción. ¿En las demás jurisdicciones habrá pasado lo mismo? ¿A nadie de la Justicia se le ocurrió preguntar por qué se hace de esta manera? La pregunta está mal formulada, porque está claro que en la Justicia entrerriana ningún funcionario judicial interviene de oficio, no sea cosa que moleste al poder de turno.

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