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Opinión

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Los ricos son cada vez más ricos… ¡los pobres también!

Los ricos son cada vez más ricos… ¡los pobres también!

Desde el año 1981, la tasa de pobreza extrema se redujo en 33,4 puntos porcentuales.


“¿Te preguntaste alguna vez por qué los que tienen más, cada vez tienen más y los que tienen menos, cada vez tienen menos?” Esta frase que da vueltas por la cabeza del imaginario popular, es repetida por eminentes diputados y funcionarios de todos los países, y hasta puede encontrarse en pegatinas o el decorado de bares y centros culturales.

 

Por Iván Carrino

 

Ahora como dicen en los mercados financieros, si todo el mundo está hablando de una acción, desde el presidente de la nación hasta el mozo de un restaurante, llegó la hora de vender.

Lo mismo ocurre con la afirmación sobre los ricos que son más ricos y los pobres que son más pobres. La observación es, sencillamente, incoherente con los hechos observados. Es que estos últimos indican que, si bien claramente en una economía en crecimiento hay más riqueza para los ricos… también la hay para los pobres. He ahí la maravilla del crecimiento económico.

 

Veamos los datos

 

Desde el año 1981, la tasa de pobreza extrema (definida por el Banco Mundial como el porcentaje del total de la población que subiste con menos de USD 1,9 por día) se redujo en 33,4 puntos porcentuales. En 1981, 43 personas de cada 100 (42,7%) estaban en la pobreza extrema. En 2017, ese número había descendido a 9 (9,3% para ser precisos).

El Banco Mundial no tiene solo una medición de pobreza extrema, sino que también elabora una serie que considera pobres a quienes viven con un ingreso inferior a USD 5,5 por día (medido en dólares internacionales y a paridad de poder de compra, para homogeneizar entre distintos países). Tomando este dato vemos que la pobreza en 2017 se ubicó en 43,5%, un valor muy superior al 9,3% mencionado anteriormente, pero un registro 23 puntos porcentuales más bajo que el observado en 1981 (66,5%).

Pasando en limpio, en 1981, sobre un total de 100 personas, había 43 que ganaban menos de USD 1,9 por día, 24 que ganaban entre USD 1,9 y 5,5 diarios, y solo 33 que ganaban más de eso. En 2017, la situación cambió radicalmente: 57 personas ganan más de USD 5,5 diarios, 34 entre USD 5,5 y 1,9; y solo 9 por debajo de USD 1,9.

No son pocos los que cuando uno se refiere a la buena evolución de las tasas de pobreza que elabora el Banco Mundial, responden con la foto de la cantidad de pobres o extremos pobres que aún existen.

Así, se suele objetar que “el capitalismo es un mal sistema, porque mantiene a 3.200 millones de personas por debajo de la línea de pobreza”. El problema de esta afirmación es doble. Por un lado, no considera qué ocurriría si el mundo se rigiera por otro sistema (por ejemplo, el comunismo o  socialismo). Pero por el otro, ignora que 3.200 millones de personas vivían con menos de USD 5,5 por día en 2017, pero 4.000 millones estaban en esta situación apenas en 1999. Es decir que, en un período de solo 18 años, cerca de 800 millones de persona abandonaron la pobreza a nivel global.

En este mismo período 1.040 millones de personas salieron de la pobreza extrema, y si se compara el dato de 2017 con el peor de toda la serie (que es de 1982), se observa que 1.240 millones de personas abandonaron la extrema pobreza en este lapso.

 

Los megarricos

 

Del otro lado de la pirámide de ingresos están los megarricos. ¿Quiénes eran estos en el año 1999? Buceando en los archivos de la Lista de los Millonarios de Forbes encontramos que ésta era encabezada por Bill Gates, Warren Buffet y Paul Allen (empresario y cofundador de Microsoft, junto con Gates). Tomando el patrimonio de los 5 principales millonarios de la época, observamos que su riqueza ascendió a USD 192.500 millones.

Para el año 2017, los primeros 5 más ricos del planeta (grupo en el cual ahora estaban Jeff Bezos y Mark Zuckerberg) amasaban una fortuna de USD 361.000 millones. Indudablemente, los ricos también se hicieron más ricos, pero esto no implica que los pobres sean más pobres.

Es que, como si se tratara de un pastel, una pizza o una torta, en la medida que la producción global de bienes y servicios crece, hay más riqueza para repartir y todos pueden mejorar su condición. En 1999, el PBI mundial era de USD 45,5 billones, en 2017 de 122,1 millones, o un 170% superior.

Para ir concluyendo, estos datos son compatibles con dos tendencias observadas, una a nivel global, y otra para los Estados Unidos. A nivel global un estudio publicado en 2018 reveló que, por primera vez, el mundo tiene más “clase media y alta” que pobres. Esto es obviamente un nuevo elemento para confirmar que los pobres no son más pobres, sino todo lo contrario.

En Estados Unidos se observa una tendencia similar. Allí se considera que un hogar tiene bajos ingresos cuando ganan menos de USD 35.000 al año. El porcentaje de hogares en esa situación pasó de 37.2% en 1967 a 29.5% en 2017. La “clase media”, en este caso, también se achicó, pasando de 53,8% a 41,3%. Todas estas son buenas noticias, porque en el 2017 29,2% de los hogares tenían altos ingresos (más de USD 100.000 anuales), mientras que este porcentaje era de solo 9% al inicio de la serie histórica.

Mark Perry, del American Enterprise Institute, lo explica así: “Sí, la clase media está desapareciendo” como escuchamos todo el tiempo, pero es porque los hogares de ingresos medios en los EE.UU. se están moviendo gradualmente hacia grupos de ingresos más altos y no hacia grupos de ingresos más bajos. En 1967, solo el 9% de los hogares estadounidenses (solo 1 de cada 11) ganaba $ 100,000 o más (en dólares de 2017). En 2017, más de 1 de cada 4 hogares estadounidenses (29,2%) se encontraban en esa categoría de ingresos altos, un nuevo récord. En otras palabras, durante el último medio siglo, ¡la proporción de hogares estadounidenses que obtienen ingresos de $ 100,000 o más (en dólares de 2017) se ha más que triplicado!

Cerremos repitiendo lo principal: en la medida que la economía crece, hay más riqueza para repartir, y los ingresos son más altos. ¿Los ricos se vuelven más ricos? Seguramente. ¿Y los pobres? ¡También! No caigamos en los lugares comunes, estas son buenas noticias para todos. Fuente: (Libertad y Progreso).

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