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Nuevo Acuerdo Global por la Naturaleza y las Personas
Por Manuel Jaramillo (*)
Supongamos que los 4.550 millones de años desde la formación del planeta Tierra equivalgan a un año calendario. Si así fuera, los primeros organismos vivientes habrían aparecido en el planeta alrededor del 21 de marzo, y nuestros ancestros iniciarían su primera caminata por el sur de África en los últimos 24 minutos del 31 de diciembre de ese año.
Esto nos invita a reflexionar sobre la expresión “nuestra tierra”, que nos resulta lógica y apropiada. Se esperaría que, siendo poseedores de un bien único y precioso, procurásemos su cuidado y preservación. Pero no fue así: nuestros 24 minutos en la Tierra, nuestra inteligencia y dominancia sobre las demás especies con las que compartimos el mismo hogar la transformaron y degradaron a una velocidad sin precedentes.
Clarifiquemos nuestra responsabilidad en el cuidado del único planeta donde nuestra vida es posible: en los últimos 200 años la humanidad incrementó notablemente su capacidad de destrucción, al compás del aumento exponencial de la población mundial y de la ambición de consumo. Estos 200 años representan alrededor de 1,5 segundos en la hipotética línea de tiempo de un año desde la creación del planeta y podríamos decir que en el último medio segundo fuimos responsables de una caída promedio del 68% de la biodiversidad a nivel global.
El desafío que tenemos por delante es administrar nuestra inteligencia para construir una sabiduría global colectiva que permita desarrollarnos a escala planetaria. Pero el tiempo se acaba, tenemos que actuar ahora para recuperar y restaurar la naturaleza: si fallamos el impacto de esta pérdida sobre nuestro bienestar será cada vez peor, porque no es posible una humanidad sana en un planeta enfermo y degradado.
La Tierra ha estado aquí mucho antes que nosotros y posiblemente nos preceda. Ya no necesita ser descubierta, colonizada y sometida. Necesita ser habitada de manera respetuosa y responsable, protegiéndola, conservándola y restaurándola. Porque nos dio evidencias suficientes de que en ella se encuentra todo lo que fuimos, somos y seremos, como personas y como sociedad. Aún estamos a tiempo de actuar en consecuencia.
(*) Manuel Jaramillo es director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.