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Diario El Argentinosábado 20 de abril de 2024
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Pandemia: el sistema y beneficiados no cambian

Pandemia: el sistema y beneficiados no cambian

Por Eduardo García Jurado (*)


Hace un año publicábamos “Pandemia…ecosistema, causa/efecto… La Naturaleza no perdona”.

Estamos en la segunda ola del coronavirus y el sistema económico- financiero capitalista de mercado (EEUU y Europa) y de estado (China), continúan bajo los mismos principios y con igual objetivo: el lucro, sin reparar en sus negativas consecuencias sobre el otro y la madre tierra. Siguen ganando, los ricos más ricos y ahora negociando con la salud-vacunas para el primer mundo -e inclusive confrontando entre ellos por una mejor tajada de la torta. El resto, la periferia, implorando, pagando, esperanzado en recibir los beneficios del inoculante.

Los llamados del Papa Francisco, recordando las encíclicas “Laudato Sí” y ahora en “Fratelli Tutti” (“En el nombre de los pobres, los desdichados, de los necesitados y de los marginados que Dios ha ordenado socorrer como un deber requerido a todos los hombres y en modo particular a cada hombre acaudalado y acomodado”), con el acompañamiento de los pueblos postergados, esperan ser escuchados. Lo último que se pierde es la esperanza de un mundo mejor.

Mientras tanto, aquí y en muchos países, incluso del primer mundo, asistimos a la llamada info demia: la constante, penetrante y torturante desinformación deliberada.

La llamada post verdad, la fake news, emerge sin tapujos. Quienes podemos conservar un actitud crítica-cada vez más debilitada-, nos asombra, hasta nos produce “ternura” el desgraciado papel de los medios hegemónicos y sus títeres comunicadores. Todos al servicio de la continuidad del sistema productivo –rentista, causante de la pandemia.

Sistemática transgresión de los básicos principios de un periodismo al servicio de la verdad y del interés público-.

 Actuando así, como el principal sujeto político de una democracia que debilitan sin escamoteo, en aras de los intereses económicos en juego, para lo cual imponen la agenda y marcan el relato de la oposición política. Esta pareciera carecer de ideas propias, y canta al ritmo del establishment. Y el oficialismo, agobiado por una realidad pre-pandemia (de la cual no es ajena), debilitado por el coronavirus, hace lo que puede, arrastrando también sus propias deficiencias.

Es hora de levantar nuestras voces.  Poniendo límite ante tanta irreverencia que impone la realidad del sistema imperante, el cual revela la avaricia al no querer acompañar con el impuesto a la riqueza y otras medidas compensatorias del esfuerzo del estado. Por el contrario, continúan con su análisis sectorial, del lucro sin límite, ignorando que la pandemia impone nuevas, urgentes y solidarias medidas.

El espectáculo de algunos estamentos de la representación política, determinada y limitada por la dirigencia económica financiera, es lamentable, triste ante nuestra cosmovisión humanitaria.

Debemos exigir el respeto a la soberanía popular. Debe gobernar la mayoría, ante la crisis provocada por el SARS-COV 2 y con el respaldo de la oposición, demostrando que no es el círculo rojo (poderes facticos) el que impone el camino. Pedir al Poder Judicial que resuelva problemas políticos-de salud pública en pandemia-, es la demostración cabal de la debilidad de quien lo hace.

Sin caer en repeticiones sobre la nota anterior referida (La naturaleza no perdona al inviable sistema capitalista financiero globalizado), resaltamos que hasta las mismas  estructuras del orden mundial (ONU, FMI) están reclamando, en situación de pandemia, mayor intervención de los estados, mas protección a los sectores vulnerables-excluidos, y hasta la imposición de un impuesto especial a las empresas multinacionales, por dos motivos: 1) acompañar la situación de grave crisis y 2) para tratar de imponer a estos grandes jugadores (dueños de la pelota y con arcos blindados) que vuelvan al “juego de la sana competencia” puesto que están debilitando el sistema de libre mercado, al imponer  precios y “salarios” , dejando de invertir , innovar, haciendo peligrar hasta el llamado “optimismo tecnológico”, (Convicción en encontrar la solución científica-técnica para superar los daños ambientales de la cuestionada producción), del cual se jacta el sistema, cuando se critica la producción agrícola-ganadera, pesquera, minera ilimitada, no sustentable, causante de la degradación de la Madre Tierra y de todos los seres vivientes.

Optimismo tecnológico que sí ha permitido en tiempo record lograr la esperada vacuna, pero que impide transitar un nuevo sistema de producción y consumo, adecuado al tiempo de recuperación del agua, tierra y aire que nos cobija. Ya no es válida una simple reacción de prevención, puesto que el sistema económico financiero globalizado nos lleva inexorablemente a nuevas enfermedades comunitarias.

En el mundo y en Argentina sobran incendiarios y faltan bomberos, que se movilicen en nuevos senderos de producción, servicios y consumo respetuoso de la naturaleza, de la casa común.

 

(*) Eduardo García Jurado es profesor de Política Ambiental (Uader – Gestión Ambiental) y de Criminología (UNL de Zamora) e integrantes del Centro de Estudios Penales y Sociales de Gualeguaychú.

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