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Diario El Argentinoviernes 19 de abril de 2024
Colaboraciones

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Ese imperativo llamado Diaconía

Ese imperativo llamado Diaconía

Por Waldemar Oscar von Hof (*)


Especial para EL ARGENTINO

 

En el vocabulario de los que participamos o trabajamos en la iglesia aparecen palabras que las tenemos naturalizadas. Vocablos como liturgia, homilía o diaconía, son para laicos términos muchas veces ininteligibles e incluso desconocidos.

Quiero detenerme hoy en el término “Diaconía” que lo utilizamos mucho en estos tiempos de necesidades. Vocablo que viene del griego y no significa más que servicio. Es toda acción que realiza la iglesia para servir al prójimo, es decir al necesitado, al enfermo, al huérfano o al anciano desvalido. Un orfanato, un hogar de ancianos, un comedor, son obras diacónicas, que sirven al necesitado. Es, dicho de una manera simple, la cobertura de ayuda que realiza la iglesia con establecimientos que están bajo su administración.

Hace dos mil años, cuando la iglesia nacía junto a los discípulos y a los que se iban agregando, la comunidad salió al encuentro de los más débiles. Se nos cuenta en el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 6 :1-7) que, al ver las necesidades de las viudas, que eran discriminadas en la distribución diaria de los alimentos, se eligieron siete personas respetadas, llenos del Espíritu y de sabiduría para que se ocupen de ellas. Con esta historia se inaugura la era de la “diaconía”, en las comunidades, para con aquellos que la estaban pasando mal.

Esta tradición tuvo una honda raigambre, ya que el decir y el hacer se conjugan en la fe, como lo afirma Santiago en su carta “…la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil” (Santiago 2:16). Múltiples son las necesidades, como variadas son las posibilidades de salir al encuentro de ellas. La iglesia y los cristianos no han dejado de estar presente con su ayuda en las peores situaciones de la humanidad siendo para muchos la obra social, el auxilio en emergencias y hasta el comedor y la mesa.

La Congregación San Antonio de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata no ha sido ajena a las necesidades que la coyuntura ha ido generando y les quiero contar algo de sus instituciones diacónicas que lleva adelante con mucho cariño y no poco esfuerzo.

Caja de Emergencia. Es una caja, que surgió en la crisis del campo en 1988, con un pequeño fondo, logrado con ofrendas, para salir al encuentro de las personas que por cuestiones de salud tienen que realizar una erogación grande. Este dinero luego es devuelto en cuotas acordadas con el solicitante. Esta caja también tiene un banco ortopédico con elementos que son necesarios en la rehabilitación y están a disposición de los miembros de la comunidad.

Hogar de adolescentes. A partir de la ayuda, en hospedaje, que daban varias familias de Urdinarrain a los jóvenes que debían abandonar el hogar de Gilbert, para hacer el secundario, se conformó un espacio que sirvió de residencia. En 1989 se adquirió un terreno y mediante trabajo y donaciones se creó el Hogar sobre uno de los accesos de la ciudad. En el año 2004 cambiaron las leyes para los patronatos, cambiando de paradigma esta institución. Hoy cumple la función de atender con apoyo escolar a un gran grupo de niños y adolescentes aportándoles una dieta complementaria.

Colonia San Antonio. El 12 de mayo de 1996 se inauguró en San Antonio el primer módulo con tres departamentos dando lugar al geriátrico, que en este año cumple su aniversario de plata. Esta obra cuenta con cuatro módulos de 4 departamentos y un módulo de 3 departamentos de unos 27 metros cuadrados, un edificio comunitario con una cocina, un comedor y el sector de internación, además de un amplio SUM. Esta residencia tiene una capacidad de 42 adultos mayores.

El proyecto “La Cigarra” es la obra más joven de la congregación, surge a partir de la necesidad de dar clases de apoyo a niños del Barrio 348 en el espacio de Madres Cuidadoras. Hoy, después de casi doce años de trabajo, se dan talleres, clases de apoyo, y una merienda a los niños. En estos tiempos de pandemia la ayuda virtual en las tareas a niños y madres han sido una de las mayores tareas que han asumido las y los talleristas. 

Estas instituciones son llevadas adelante por la congregación y están a disposición de toda la sociedad sin diferenciar credos. Nos anima el evangelio, que nos invita a “dar frutos a partir del amor recibido del Padre por medio de Jesucristo”. La diaconía es una pequeña gota de amor y de frutos que podemos derramar en este mundo caldeado de necesidades.

 

(*) Waldemar Oscar von Hof es pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.

 

 

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