Secciones
Diario El Argentino
Secciones
Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
Opinión

.

Disociación entre política y economía

Disociación entre política y economía

La política y la economía desde hace mucho tiempo caminan por veredas distintas.


Por  Luis Alberto Dalcol

Recurrentemente se observa un desencuentro entre lo racional económico y las decisiones de la política. En muchos casos la repetición de errores es notoria y sorprende el desconocimiento de los funcionarios sobre dichos asuntos.

En los últimos tiempos, los ejemplos que presentan esta anormalidad es primaria y elemental y su reiteración desconcierta. Posiblemente, su implementación se guíe por urgencias electorales en búsqueda del poder inmediato, mas el perjuicio provocado al país es muy alto y marca un rumbo imprevisible que aleja todo aliento a la inversión productiva que requiere nuestra economía.

El costo de la desbordada inflación se la pretende cargar al productor del bien que la sufre. Aumenta el precio de la carne y se  impide exportarla para que esa producción se vuelque al mercado interno y baje los precios. El que la produce  producirá menos y a futuro el precio será mayor porque se reducirá la cantidad ofertada.

La economía pregona que cuando un precio sube más productores querrán incorporarse a los existentes y éstos bregarán por producir más; luego, el precio buscará equilibrarse por el aumento genuino de la cantidad ofertada.

Aquí se agrava más porque la exportación genera divisas que el sistema interno necesita; y, más aún, cuando a fines del año pasado los distintos sectores económicos y sociales firmaron un acuerdo que incluía como prioridad  la necesidad de favorecer e  incrementar la exportación.

Cuando el producto aumenta de valor hay que destinarlo a generar divisas y modificar el consumo interno. Ahora, el inversor del sector se desconcierta y no sabe qué hacer.

Sobre las tarifas pasa algo similar. Si no se paga su costo el Estado se hace cargo con subsidios y la paga con emisión que genera inflación; posteriormente el consumidor la pagará indirectamente con la baja real de salarios y el aumento de precio de otros productos de consumo.

Agrava esta cuestión que las tarifas baratas desordenan el cuidado del consumo y se debe importar energía a precio internacional con salida de reservas extenuadas. Con el  precio pleno no se desperdicia energía, porque cuesta y se tiende a su ahorro.

La política y la economía desde hace mucho tiempo caminan por veredas distintas. Los asesores económicos no persuaden a los dirigentes políticos en sus objetivos hacia el poder y desestabilizaban a la población que quieren gobernar.

La elevada pobreza generada es el colofón de las decisiones tomadas.

    ComentariosDebés iniciar sesión para poder comentar