Condenado a un año y diez meses de prisión por amenazas, agresiones y resistencia a la autoridad

La vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones de la jurisdicción, Alicia Vivian, condenó ayer a Martín José Archaña (de 23 años y con antecedentes), a la pena de un año y diez meses de prisión de efectivo cumplimiento, por los delitos de amenazas agravadas por el uso de arma impropia (dos hechos), daño agravado, resistencia a la autoridad y lesiones leves agravadas por tratarse la víctima de un funcionario policial.

Archaña admitió su responsabilidad en los hechos endilgados, y como la fiscal Natalia Bartolo como el defensor oficial Pablo Ledesma, expresaron su renuncia a los plazos de impugnación, la sentencia de Vivian quedó firme.

El 16 de abril pasado en el horario de las 17:30, mientras el propietario de una vivienda de calle Quijano al 500 se encontraba sacando el vehículo de su garaje con su familia a bordo (dos niños menores de edad y su esposa), con el fin de infundirle temor se hizo presente Archaña y de modo agresivo le pidió que le diera un cigarrillo, mientras blandía un palo de madera en sus manos de unos 60 centímetros de largo.

Al contestarle la víctima que no tenía, Archaña sacó entre sus prendas un cuchillo tipo tramontina, y lo amenazó con expresiones impropias.

Ante el temor infundido, la víctima ingresó con su familia nuevamente a su casa y se comunicó telefónicamente con personal de la Comisaría Sexta, a fin de denunciar lo ocurrido.

El segundo hecho ocurrió ese mismo día, pero aproximadamente a las 18, cuando Archaña se hizo presente en la casa de un familiar, ubicado en Quijano al 600, en un estado completo de agresión entre insultos y ejerciendo violencia sobre las personas, blandiendo un cuchillo tipo carnicero. Luego se retiró del lugar infundiendo temor y continuando con la violencia ejercida al tiempo que gritaba amenazas.

El tercer hecho se produjo diez minutos más tarde, cuando personal de la Comisaría Sexta identificados como el oficial Nahuel Tesuri y el sargento Ricardo Cano, acudieron a bordo del Móvil JP 188 hasta las inmediaciones del domicilio de Archaña, en la misma calle Quijano, pero, por otro llamado telefónico que daba cuenta de que estaba ocasionando los disturbios mencionados en el segundo hecho.

Así, al pasar el personal policial por el lugar, observó a Archaña que se encontraba en la puerta de la vivienda, y al hacer unos metros más, el móvil policial fue detenido por la víctima del primer hecho, quien también puso en conocimiento a los funcionarios que el imputado Archaña blandiendo un palo de madera y un cuchillo lo había coaccionado cuando salía con su familia del domicilio.

Archaña comenzó a gritarle al personal policial con el fin de infundirles temor: “Vengan milicos a ver si se la aguantan. Vengan, que los voy a matar”. Al bajarse los funcionarios del móvil, Archaña comenzó arrojarles botellas de vidrio contra los funcionarios, logrando que una de las botellas impacte en la espalda del oficial Tesuri, y le ocasionó lesiones en la zona lumbar izquierda. Además, con el fin de dañar intencionalmente el móvil policial JP 188 continuó arrojando botellas impactando sobre el parabrisas, que lo astilló, y también en el guarda barro izquierdo, que quedó abollado, de acuerdo al informe del mecánico policial en turno.

Seguidamente, Archaña se dio a la fuga del lugar atravesando calle Quijano hacia el descampado; al tiempo que era perseguido por los funcionarios quienes constantemente le daban la voz de alto, a la cual el imputado hacía caso omiso, mientras corría con el cuchillo y el palo de madera en su poder.

Se solicitó refuerzo policial para la persecución, mientras Archaña a la carrera tomó por calle 10 de Junio, descartando el palo de madera. Cuando estaba por cruzar el bulevar Pedro Jurado fue alcanzado por los funcionarios policiales, a quienes intentó agredir con el cuchillo, poniendo en riesgo la vida de los mismos. Finalmente, Archaña, haciendo caso omiso a la voz de alto, una vez más logró cruzar el bulevar Pedro Jurado hasta que finalmente fue interceptado sobre calle Martínez Paiva, entre sus similares Pedro Jurado y San Vicente de Paul.

Allí comenzaron a rodearlo diversos funcionarios que habían llegado a bordo de los móviles 1333, 1414, 513, 1332, 1331 entre los que se hallaban el sargento Carlos Cardozo, la oficial Marina Marín, el sargento Gonzalo Gómez y el oficial Miguel Ramos, a fin de resguardar su vida sino la de los vecinos presentes en el lugar; mientras el imputado seguía blandiendo el cuchillo con el fin de infundir temor a los policías.

Al principio se intentó por medio del diálogo que Archaña depusiera su actitud y arrojara el cuchillo; mientras éste amenazaba al guardia especial identificado como Miguel Ramos. Se decidió efectuar detonaciones con cartuchería de goma, y el imputado tropezó sobre su paso, cayó al piso, soltó el cuchillo que blandía y pudo ser aprehendido.