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Diario El Argentinoviernes 19 de abril de 2024
Opinión

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Estafas virtuales bancarias en pandemia

Estafas virtuales bancarias en pandemia

Debemos estar atentos a lo que recibimos.


La creciente digitalización de los servicios ha hecho que nos volquemos a internet para hacer todo tipo de trámites, compras (de supermercado, indumentaria, electrodomésticos) e incluso hacer un mayor uso de las plataformas bancarias.

La pandemia del Covid-19 no ha hecho más que acelerar este fenómeno, al principio con mayores dudas que certezas. Pero, luego de un año de práctica no parece que hayamos aprendido mucho en cómo usar la tecnología para nuestro provecho y no el de los delincuentes.

Datos arrojados por la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia, indican que entre 2019 y 2020 crecieron un 3.000% las denuncias asociadas a phishing y delitos de contenido económico.

Y, sin dudas, el phishing bancario ha sido uno de los más extendidos, sobre todo la modalidad vía e-mail con réplicas casi idénticas a las de las entidades bancarias. Pero, tampoco quedaron atrás la suplantación de identidad en redes sociales, promociones falsas y todo "artilugio" tendiente a robar datos personales (como por ejemplo, credenciales de acceso).

A las claras, los ataques siguen siendo los mismos, lo que llamo el "cuento del tío de la era digital", y nosotros como usuarios seguimos siendo vulnerables al caer en las redes de los delincuentes.

Durante todo 2020 pudimos ver por distintos medios campañas de concientización en el uso de la tecnología, ya sea de entidades bancarias, comercios y todo tipo de empresas. Por eso, me pregunto cuánto hemos aprendido en todo este tiempo.

Quizá basta con solo estar atentos a lo que recibimos y mirar, por ejemplo, el remitente del correo electrónico para darnos cuenta que se trata de un engaño. Hay que recordar que ninguna entidad va a solicitar la clave de acceso a la plataforma, y mucho menos informar el mensaje aleatorio (token). Las estafas están muy bien hechas y simulan a la perfección los sitios o canales oficiales, pero eso no justifica ser presa de ellas.

Muchas veces sucede que nos acercamos a la tecnología sin ser conscientes de los riesgos que conlleva un uso irresponsable, o del valor que tiene nuestra información personal (qué es confidencial, qué se puede compartir, etc.), y ahí es donde dejamos abierta la ventana para que ingresen los delincuentes.

Siempre hago una analogía en este sentido: nosotros no le damos nuestra billetera a cualquiera, como tampoco nuestra información personal. De la misma manera debemos actuar en internet, más aún cuando usamos diversas plataformas que requieren nuestros datos personales.

(*) El autor de este artículo es el ingeniero Pablo Rodríguez Romeo (MP 49452-MN 5117), perito informático forense, especialista en seguridad.

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