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Diario El Argentinosábado 20 de abril de 2024
Opinión

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“Campos Floridos”: un nuevo libro de historia

“Campos Floridos”: un nuevo libro de historia

El domingo 18 de julio, en la comunidad de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, presenté un nuevo hijo literario en el templo, esquina de las calles Colombo y Corrientes. Esta es mi quinta producción en formato de libro después de “De letras y Tierra Roja”, “Siesta en el Río de los Pájaros”, “Las Celebraciones Litúrgicas Sanan” y “Letra Chica & Anotaciones al Margen”.


Por Waldemar Oscar von Hof (*)

 

-Ya tiene hijos, escribió libros ¿Ya plantó un árbol? -Me preguntó uno de los presentes.

Se repite a menudo esta frase cuando nace un hijo o se edita un libro. Esta tríada Libro-Árbol-Hijo tiene que ver con el desarrollo evolutivo del ser humano. Una persona sabe lo que quiere y piensa, cuando tiene en claro su manera de ver el mundo y lo puede poner negro sobre blanco, es decir en letras.

Pero, también es necesaria, para una madurez, el tener en claro a que se va a dedicar profesional o vocacionalmente, que tiene que ver con el aspecto económico de resolver su vida, es decir plantar una producción, simbolizada en el árbol. La madurez también se expresa en los sentimientos de conformar una familia, tener un hijo, para lo cual es necesario tener resueltos los dos aspectos anteriores.

El libro “Campos Floridos, La congregación Evangélica San Antonio En Retrospectiva” es un repaso del origen y el desarrollo de las comunidades que componen a la actual congregación conformada sobre todo por la inmigración de los alemanes de Rusia. A partir de la imagen de los “Campos Floridos”, que era el nombre que tenían las tierras existentes en la época colonial, entre el Gualeyán al sur y el Gená al norte, repasa la vida de la congregación. Este libro de historia propone una mirada sobre las diez actuales comunidades (Basavilbaso, Concepción del Uruguay, El Potrero, Gualeguaychú, Irazusta, San Antonio, San Juan, Santa Celia, Urdinarrain, Villaguay), como también a las que se desarrollaron y no prosperaron como El Alto, La Selmira, Almada o Gilbert entre otras. Esta revisión de la historia, presentada en su versión en papel como en la versión en EBook, contiene además una descripción de los templos y un panorama de las comunidades, para luego echar luz a una propuesta de perspectiva hacia el futuro.

El emérito pastor, doctor y profesor René Krüger enfatizó, en su disertación de presentación, sobre la importancia de estos libros de historia, ya que posibilitan una profundización en lo vivido por las personas, las comunidades y la sociedad toda, a través del tiempo. Esta proposición, afirmó, se suma a una larga trayectoria de autores que han incursionados en la investigación del pasado tanto en las propuestas de tesis, como en investigaciones de posgrado en distintas universidades. La escritura de este tipo de literatura son una necesidad ya que posibilitan, a partir de la mirada crítica del pasado, mirar hacia el futuro, a partir de un aprendizaje y la posibilidad de no repetir errores cometidos. Esto no significa que se realice una “hagiografía” es decir un repaso de la historia como un hecho sin errores, que tiene su objetivo en otros ámbitos, como lo es en la catequesis, donde se quiere resaltar los aspectos santos, perfectos y positivos de personajes de la historia. El profesor acentuó la necesidad de animar a jóvenes estudiantes a incursionar en la investigación histórica.

La presidenta de la Congregación, Betina Wagner, quien también ha escrito las palabras de presentación en el libro, celebró la publicación de esta propuesta que es la conclusión de los datos recogidos y los aportes de los miembros de las comunidades, en ocasión de celebrarse el centenario de la fundación de la congregación en el año 2013. Afirmó que “anima ver reflejada la historia en un libro, ya que deja en evidencia lo mucho que han trabajado, pero también lo mucho que han sufrido nuestros abuelos y bisabuelos, para construir cada una de las comunidades”. Utilizó el dicho de Luisa Riffel con el que se encabeza el libro “No somos nosotros los que construimos la Iglesia, sino aquel que dijo ‘yo estoy con ustedes todos los días’…” para afirmar que es Jesucristo quien nos sostiene para mirar hacia adelante en nuestro trabajo dentro de las comunidades.

La pandemia, con su consecuente tiempo de encierro, me dio la oportunidad de echarle tinta al papel con un aporte a las comunidades, a la cultura y a la sociedad toda, avivando la fe en Jesucristo, quien es el que construye la Iglesia siendo nosotros tan solo sus herramientas.

 

(*) Waldemar Oscar von Hof es pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.

 

 

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