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Orden a partir de Cristo
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Por Waldemar Oscar von Hof (*)
Especial para EL ARGENTINO
En el salmo que encabeza las celebraciones del vigesimoséptimo domingo del año litúrgico, en nuestras misas y celebraciones culticas, el salmista describe a un Dios que ordena las cosas.
Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra!,
¡tu gloria se extiende más allá del cielo! Con la alabanza de los pequeños,
de los niñitos de pecho, has construido una fortaleza
para acabar con rebeldes y adversarios. Cuando veo el cielo que tú mismo hiciste, y la luna y las estrellas que pusiste en él,
pienso: ¿Qué es el hombre? ¿Qué es el ser humano?
¿Por qué lo recuerdas y te preocupas por él?
Pues lo hiciste casi como un dios, lo rodeaste de honor y dignidad,
le diste autoridad sobre tus obras, lo pusiste por encima de todo:
sobre las ovejas y los bueyes, sobre los animales salvajes, sobre las aves que vuelan por el cielo, sobre los peces que viven en el mar,
¡sobre todo lo que hay en el mar! Señor, soberano nuestro,
¡tu nombre domina en toda la tierra!
La lectura de este salmo se complementa con una lectura de la carta a los hebreos donde se afirma que:
En tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas. Ahora, en estos tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo…
…Por lo tanto, Jesús y los que él hace santos tienen el mismo Padre. Por esa razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos, pues le dijo a Dios:
“Anunciaré tu nombre a mis hermanos. Entre tu pueblo reunido te alabaré”.
Jesucristo nos hace parte de un Reino donde Dios, nuestro creador es el que ordena y vuelve a apostar una y otra vez a la nueva creación. Es el Dios que se nos describe en el Génesis, donde a partir del caos originario, se ordena el cosmos, se separan las oscuridades de la luz, se ponen los límites a los mares y se genera la vida tanto vegetal, animal y puesto como mayordomo de este perfecto orden, el ser humano.
Es cierto que, a partir de la caída, de la negación de este orden y de la división causada por el orgullo de ponerse por sobre este orden volvimos a caer en el caos. Se instaló entre nosotros la violencia, la guerra y la muerte, para cuyo ejemplo basta la muerte de Abel, causada por su hermano Caín. Es a lo que llamamos en nuestra jerga teológica estar en pecado.
A partir de la venida de Jesucristo a este mundo se vuelve a instalar el “Nuevo Orden” querido por Dios. Un Reino del cual somos parte a partir de nuestro bautismo, donde queda clara la diferencia entre la oscuridad y la luz, donde se apuesta a la paz, al dialogo, a la solidaridad y a la verdad. Conceptos que conocemos muy bien a partir del sermón de la montaña.
El sábado 18 de septiembre fuimos blanco de una pintada con una simbología que encarna lo peor de la historia de la humanidad. Una imagen que ha sido viralizada y que causó el rechazo de nuestra comunidad, de la sociedad y de muchas personas e instituciones del país. Agradecemos al presidente de nuestra iglesia, el pastor Leandro Schindler, a la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) a la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (ACIERA), a la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) tanto de Entre Ríos como a nivel nacional, al Obispo de Gualeguaychú Monseñor Héctor Zordán y a instituciones de los descendientes de inmigrantes alemanes y alemanes del Volga, para mencionar tan solo algunas de las demostraciones de solidaridad y de repudio al hecho.
Queda una vez más clara la necesidad de expresarnos libremente a favor de las verdades y tener una posición clara en contra de la mentira, de la corrupción y de las agachaditas. Necesitamos seguir construyendo, a partir de expresiones libres, una sociedad en la que la educación, la salud y la producción sean los fundamentos del progreso. Necesitamos seguir construyendo un país donde la democracia con sus derechos y sus obligaciones tengan como norte al Dios que ordena, como lo ha venido haciendo desde los principios de los tiempos. A este orden lo llamamos república, con un sistema judicial, un sistema legislativo y un ejecutivo que funcionen.
A decir del salmo 8, Dios tiene la mirada puesta en nosotros y nos hace parte en la construcción de una sociedad mejor, a la que llamamos Reino de Dios donde la libertad, la paz, la justicia y el derecho son la base.
(*) Waldemar Oscar von Hof es pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.