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Diario El Argentinojueves 25 de abril de 2024
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La coherencia se perdió y estamos a la deriva

La coherencia se perdió y estamos a la deriva

Un manto de impunidad cubrirá la muerte del fiscal Alberto Nisman y su denuncia.


Hace años que sufrimos ciclos agobiantes que nos atrasan y es como la repetición de una lección que debemos aprender para no volver a equivocarnos jamás. De lo contrario seguiremos a la deriva.

  

Por Jorge Pedro Jurado (*)

 

El resto del mundo salvo excepciones avanza y avanza y nosotros retrocedemos y nos hallamos a la deriva, parafraseando el recordado cuento de Horacio Quiroga.

Cuando me refiero a otros países cito como ejemplo a Afganistán que retrocedió 20 años con el regreso de los talibanes o Gran Bretaña donde no podemos creer escaseen los combustibles por la huelga del Moyano British o algunos de África.

El nuestro sigue en picada, sin rumbo y a la deriva si no advertimos que resulta inaceptable ver a un gobernador inaugurando una canilla o el presidente tratando de captar votos haciéndose el simpático con un cantante popular o violando la normativa sobre aforos en lugares abiertos lo que es un delito penal.

Ya violó su propio decreto una vez con el cumpleaños y la evidencia incontrastable de la foto y ahora nuevamente lo hace. En tanto las intrigas de palacio pululan en la Corte Suprema y en el resto de los poderes para ver cómo será la nueva mayoría.

La matemática gobierna el mundo decíamos no hace mucho y lo vemos especialmente en nuestra pobre Patria. Veintiún millones de planes asistenciales, seis millones de empleados del estado, más empleos en negro y menos que aportan a la alicaída ANSES, treinta mil Pymes que cerraron definitivamente y multinacionales que se fueron, mientras que en la semana pasada entró un proyecto de ley a diputados para que existan en las compañías con más de cien empleados comisiones mixtas para fijar condiciones de trabajo diferentes a la ley que regula la relación trabajador-empleador, llamada Ley de Contrato de Trabajo. Así no habrá inversiones ni crecimiento. Les aseguro.

Hoy el relato sigue en pie. Un diputado oficialista afirma que sus millones de pesos declarados son los que heredó de sus padres, pero hay evidencias que afirman todo lo contrario. Entonces me pregunto qué hace la justicia si a todas luces se trataría de un enriquecimiento ilícito.

Nada hace ni harán los jueces hasta después de saber el resultado de las elecciones de noviembre. Y por si esto fuera poco se acaba de confirmar el sobreseimiento de las personas que trataron de encubrir el mayor atentado terrorista de la historia en este bendito país y todo pasa desapercibido. Un manto de impunidad cubrirá la muerte del fiscal Alberto Nisman y su denuncia.

Sigo diciendo que nosotros o mejor dicho algunos, suman o restan muy alejados del rigorismo de esa ciencia exacta. Si la norma dice que el aforo es del 50% para todos los eventos celebrados en una cancha de fútbol no solo el Monumental o el Fortín sino también para los actos políticos en Nueva Chicago, entonces hay diferencias y no lo afirmo porque sea bostero quien escribe.

Resulta que, de golpe y por decreto, se terminó la pandemia y debemos recordar que en las PASO si mojabas el sobre con la lengua te contagiabas. Hoy hay fútbol y boliches, pero aún no hay presencialidad total en las universidades. Tuvimos hasta la fecha más de 115.000 muertes en gran parte evitables y nada sucedió. Es joda. Mas que eso. Es inaceptable.

La gente tiene hambre, sufre inseguridad, ansía trabajar y tener una vivienda, pero los senadores todos se reunieron presencialmente para recibir retos de la vicepresidente y para aprobar por unanimidad el proyecto de creación del “Día del Kimchi” en Argentina. Oficialismo y el resto siguen viviendo en otro mundo. Por si alguien no lo averiguó se trata de una comida coreana en base a vegetales. No hay asado pues entonces vamos a promover los vegetales y dale que va.

Al gobierno no le importan los pobres, ni los jubilados ni el aumento de precios. Se comieron los millones de dólares de los derechos de giro y muy probable que en noviembre se comerán otra derrota. Después no digan que fueron sorprendidos.

Háganse cargo y basta de echarle la culpa al otro. Pobre país.

 

(*) El autor de este artículo es abogado, escritor, periodista, columnista de radio, ha escrito varios libros y Director del periódico digital Grupo de El Censor de Gualeguaychú que se emite por la red social de Facebook.

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