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Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
Opinión

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El kirchnerismo un recuerdo que genera votos

El kirchnerismo un recuerdo que genera votos

El resultado de las elecciones del domingo, debilitó profundamente a La Cámpora de Máximo Kirchner y a Cristina Fernández de Kirchner quien ahora ya no tendrá poder absoluto en el Senado ¿Afectará esta pérdida de poder del kirchnerismo a la agenda nacional del intendente?


POR DIEGO ELGART

EL ARGENTINO

 

Parafraseando la frase del histórico dirigente peronista, Julio Bárbaro quien dijo:” El peronismo no existe es un recuerdo que da votos”, podemos extrapolarla al kirchnerismo que, con el resultado de ayer, demuestra que el Conurbano bonaerense es su último refugio de poder.

La propia provincia de Buenos Aires, donde el gobernador Axel Kicillof ganó la gobernación por el 52 por ciento de los votos hace dos años y ayer en la legislativa sacó un 38 por ciento de los votos con la lista que encabezaba Victoria Tolosa Paz. En apena dos años perdieron 14 puntos.

 El Instituto Patria, de Máximo Kirchner también fue el gran derrotado. Fueron los intendentes de la provincia de Buenos Aires, quienes pusieron en marcha el aparato electoral, los que terminaron evitando un desastre mayor y sostener un caudal electoral que permita revertir el resultado en 2023. 

Por otro lado, la líder del movimiento, Cristina Kirchner quien con su aguda astucia logró unir al peronismo en las elecciones presidenciales del 2019 y ganarlas con Alberto Fernández, ayer los números electorales demostraron que el Frente de Todos fue una buena idea para ganar las elecciones, pero pésimo e ineficiente para gobernar en un contexto de crisis económica y sanitaria.

El Presidente, con un parlamento sin mayoría en ambas cámaras, no tendrá otra alternativa que dejar al kirchnerismo de lado, para poder garantizar su gobernabilidad sosteniéndose en los sindicales afines, los gobernadores y los intendentes del Conurbano.

El kirchnerismo solo será una fuerza más dentro del peronismo, un recuerdo que genera votos. Concentrará un núcleo duro del 20 por ciento del electorado, pero ya no garantiza que el peronismo unido sirva para ganar una elección.

 

Hacia una nueva estrategia

 

El kirchnerismo es un movimiento político de centroizquierda1 y orientación mayoritariamente peronista. Surgido en 2003 y reúne los principales postulados ideológicos plasmados en los gobiernos de los presidentes Néstor Kirchner, entre 2003 y 2007 y entre 2007 y 2015, los que, en conjunto, ocuparon el Poder Ejecutivo Nacional durante 12 años, 6 meses y 15 días, período denominado por sus partidarios como “la Década Ganada”.

 En 2019 el kirchnerismo volvió al poder dentro de un frente más amplio llamado Frente de Todos, principalmente con sectores del peronismo no kirchnerista y el Peronismo Federal, como el Frente Renovador”, varias secciones provinciales del Partido Justicialista y la conducción de la CGT.

Fue en este movimiento de centroizquierda donde el joven médico cirujano de 28 años, Esteban Martín Piaggio, se unió a la gestión del intendente Juan José Bahillo a partir de 2007, desempeñándose como subdirector de salud Municipal, cargo que ocupó durante ocho años.

En 2015 llegó a la intendencia tras un apretado triunfo y a diferencia de otros intendentes de la provincia, desde un primer momento fue fiel al kirchnerismo, pese a que ya en 2016 comenzaban a destaparse los escándalos de corrupción de los dos mandatos de Cristina. 

Durante los cuatro años de la presidencia de Macri, Piaggio convirtió a la unidad básica de calle Perón en un centro kirchnerista provincia, por donde pasaron las figuras nacionales más cuestionadas, quienes fueron parte del gabinete de los ocho años de la ex Presidente.

En 2016, Piaggio, mantuvo una reunión en Buenos Aires con el diputado Máximo Kirchner y los diputados Andrés Larroque y Juan Huss, cuando la figura de Máximo tenía una pésima imagen positiva.

Abrió la sede del Instituto Patria en Gualeguaychú, y durante su segundo mandato a intendente, por primera vez la Cámpora logró meter a un concejal en el bloque oficialista, Pablo Fernández.

Junto con la vuelta del kirchnerismo a la escena nacional, Piaggio se convirtió en el intendente más votado desde 1983, y logró nueve bancas en el Concejo Deliberante. Otro récord que nadie pudo alcanzar.

Máximo y Cristina, al gravitar fuertemente en las decisiones de la marcha de la política y la economía del país durante estos dos años, permitió al intendente poder utilizar sus relaciones que mantuvo con el kirchnerismo cuando muchos dirigentes ya daban al movimiento como perdido inexorablemente.

Eso le permitió generar una agenda nacional en la que fue recibido por varios secretarios y ministros a nivel nacional, conseguir obras millonarias para la ciudad por más de 2500 millones de pesos, monto que fuera anunciado por la prensa oficial antes de las PASO.  

Durante la campaña para la segunda vuelta, llegaron dos figuras nacionales de La Cámpora a la ciudad, el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro y la directora nacional del PAMI, Luana Volnovich para firmar varios convenios con el Municipio.

A partir de las elecciones del domingo, el Instituto Patria quedará en un segundo plano y los espacios de poder, en el gabinete nacional comenzarán a llenarse por el peronismo tradicional.

El intendente Piaggio deberá hora replantearse su estrategia de gestión para entender el nuevo contexto nacional. En esta nueva era la gente ya no compra más la puja de estar al abrigo del Estado, a través de movimientos sociales que viven de planes, empresarios que son prestadores de servicio del Estado, allegados a la política que emplean a sus familiares en la administración pública. Este sistema se está agotando porque ya no hay manera de financiarlo.

Al ir perdiendo los contactos nacionales, los que durante estos dos años le abrieron las puertas para conseguir obras para la ciudad, podrá el intendente mantener una estructura municipal tan grande como la que supo construir en estos seis años de gobierno, o deberá aplicar una política de ajuste y austeridad.

Los próximos años serán difíciles para el país, en materia económica y con indicadores sociales muy peligrosos para el sostenimiento de la paz social, donde el diálogo con la oposición y distintos sectores de la ciudad tendrá que ser la moneda corriente para evitar otro colapso social como el 2001.

Una nueva partida de ajedrez política comenzará en los próximos dos años, en la cual el peronismo, un partido que necesita de la caja del Estado nacional y el poder para mantenerse cohesionado, deberá descubrir a su nuevo dirigente a nivel nacional y en la provincia.

 

 

 

 

 

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