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Diario El Argentinoviernes 29 de marzo de 2024
Opinión

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La CELAC está en terapia intensiva

La CELAC está en  terapia intensiva

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Por Roberto García Moritán

 

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es un mecanismo regional que intenta promover la gradual integración y desarrollo de un espacio geográfico que aglutina a 32 países y 630 millones de personas. Sin embargo, los resultados han sido desalentadores. Desde su fundación no se han adoptado decisiones relevantes para reducir o atenuar las preocupaciones regionales más apremiantes. Los datos de 2021 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) lo ponen de manifiesto. El comercio interregional apenas supera el 20% y América Latina solo genera el 7,1% del PBI mundial. La tasa de pobreza es del 46,2% y 34 millones de personas viven con hambre. Más de 35 millones de latinoamericanos no estudian ni trabajan y miles convergen en la delincuencia y el crimen organizado.

La CELAC, con impacto declarativo en la década pasada, es hoy una institución con una muy reducida capacidad colectiva para contribuir a cambiar los parámetros de una América Latina degradada. Con una retórica de intenciones en ocasiones grandilocuentes, carece de la atmósfera diplomática indispensable para promover la concertación política que permita superar antagonismos. La unidad de América Latina en la diversidad no parece en la actualidad posible como lo refleja la decisión de Brasil de suspender su participación, por considerar que es un organismo que da un injustificado protagonismo a gobiernos no democráticos. En ese marco, la CELAC se encuentra en terapia intensiva y sin perspectiva de lograr consensos básicos para convertirse en una instancia multilateral latinoamericana eficaz.

Pese a circunstancias regionales poco propicias, la Argentina aspira a la Presidencia Pro Tempore para el período 2022. Presidir la CELAC, en uno de los momentos más devaluados de la cooperación latinoamericana, es un desafío que requiere de un prestigio y una aptitud diplomática para aproximar posiciones y construir puentes que hoy no parece ser una característica de la política exterior del gobierno argentino. México enfrentó una situación de credibilidad similar. El Presidente López Obrador logró en la Cumbre de México atraer a Cuba, Venezuela y Nicaragua, mientras que no acertó con Brasil, Chile o Colombia.

Una eventual Presidencia Pro Tempore de Argentina de la CELAC en el 2022 coincidiría con la Presidencia de Estados Unidos de la IX Cumbre de las Américas (la segunda con sede en EE.UU. tras la primera en Miami en 1994), en la que Washington pretende impulsar la defensa de la democracia regional y, entre otras cuestiones, el papel primordial de la OEA en esa materia. Las diferencias son sensibles entre lo que propone la CELAC y lo que impulsará la Cumbre de las Américas, ya que un número de países, como México y los que integran el ALBA, promueven reemplazar la OEA por la CELAC.

Los propósitos de integración regional seguirán siendo esquivos y una mera ilusión mientras persista el dogmatismo entre las dos Latinoamérica que integra la CELAC. Intentar a través de la CELAC imitar la ruta seguida por la Unión Europea (UE) supone compartir una base mínima de valores en particular en derechos humanos y democracia. También tener la voluntad política para dejar afuera a quienes no coincidan con esos principios como hizo, por ejemplo, la predecesora de la UE en 1957, de aislar a la Península Ibérica de Europa que estaba gobernada por dictadores.

 

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