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La comunidad educativa “María Elena Walsh” espera desde hace una década su nuevo edificio
Con el anuncio del llamado a licitación para la construcción del edificio propio de la Escuela primaria “María Elena Walsh”, que funciona en el Barrio Suburbio Sur, espera el sueño de su edificio propio desde el 2014 cuando se desarrolló la primer licitación, pero la obra nunca se llevó a cabo.
La primer apertura de sobres para la construcción del edificio de la escuela que comenzó a funcionar en marzo del 2011 en el club Defensores del Sur, se desarrollará el 30 de septiembre de 2014 en Paraná. En aquel entonces tenía un presupuesto oficial de más de nueve millones de pesos con un plazo de ejecución de 12 meses.
En la actualidad la escuela funciona desde el 2011 en el Club Defensores que está ubicado en Av. Irazusta frente a Plaza Hadad. Desde entonces, el Club presta sus instalaciones, en la que se acondicionaron los espacios con el objetivo de construir las aulas para la primaria y nivel inicia. Con los años fue incrementando la matrícula y actualmente cuenta con 175 alumnos.
Por segunda vez, el municipio, la Supervisión Departamental de Escuelas y Arquitectura Provincial reflotaron el proyecto de construir la escuela en el predio que la provincia había destinado antiguamente como el centro de control vehicular en Av. Irazusta y Angel Nicolás Jordán.
En el predio se proyecta la construcción del nuevo edificio de 3200 m2. El terreno cuenta con una construcción existente, la que se aprovechó para proyectar el nuevo edificio del nivel primario. Al respecto, la directora de la zonal de Arquitectura “Gualeguaychú” Leticia Bogliolo mencionó que “partiendo de esta construcción de 300 m2, se conserva la estructura de hormigón a modo de “cáscara” para albergar las necesidades edilicias”.
El proyecto cuenta con 2 niveles. En planta baja se desarrollan un SUM, Área de gobierno, 2 aulas y grupo sanitario; a través de una rampa se accede al nivel superior (planta alta) donde se encuentran las 4 aulas restantes y un grupo sanitario.
Enfatiza la integración del espacio interior con el exterior, contando con un “patio seco” con pérgolas y vegetación incluida, como también áreas de espacios verdes parquizadas para el esparcimiento de los niños.