Condenan a una mujer que mató y ocultó a su pareja en un ropero

Un tribunal sentenció a 11 años y 6 meses de prisión a una mujer por el homicidio de su pareja, un hombre que en febrero de 2019 fue hallado sin vida y tapado con cemento en un ropero de una casa del partido bonaerense de Lomas de Zamora, aunque la Justicia dispuso que la ahora condenada cumpla su pena en su domicilio, monitoreada con una tobillera electrónica, informaron hoy fuentes judiciales.

Se trata de Gilda Acosta Duarte (50), quien había sido considerada culpable por un jurado popular tras un juicio que culminó el 8 de mayo último en los Tribunales de Lomas de Zamora.

Según había considerado la defensa, Acosta Duarte había asesinado a su marido Alejandro Sánchez Escobar (28) tras los reiterados ataques de violencia familiar y los abusos sexuales a los que eran sometidos sus hijos por parte del hombre asesinado.

Según las fuentes, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de Lomas de Zamora, a cargo de la jueza Marianela Mazzola, dispuso que Duarte cumpla su pena en su domicilio, en el que deberá permanecer con una tobillera electrónica.

Durante los alegatos, la fiscal de juicio, Marcela Dimundo, había pedido que la acusada sea condenada a 13 años de prisión con arresto domiciliario, mientras que la defensa de Duarte solicitó que reciba 8 años de prisión, la pena mínima de ese delito.

El pasado 8 de mayo un jurado popular había declarado culpable a Duarte por el "homicidio mediando circunstancias extraordinarias de atenuación" de Sánchez Escobar.

El debate con jurados populares comenzó el miércoles 4 de mayo y en la segunda audiencia, Acosta Duarte sufrió una descompensación mientras uno de sus hijos declaraba sobre los supuestos abusos sexuales que era sometido por su padre.

Ante esa situación, la audiencia fue suspendida y se pasó a un cuarto intermedio para ese sábado por la mañana, cuando declararon los últimos testigos y, por último, se arribó al veredicto.

Antes del inicio del debate, en una entrevista televisiva la mujer aseguró que el desencadenante del crimen fue el haberse enterado que Sánchez Escobar había abusado sexualmente de sus dos hijos de 12 y 13 años.