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Instrumentos de Paz

Instrumentos de Paz

Por Waldemar Oscar von Hof (*) Especial para EL ARGENTINO


En las redes de nuestra iglesia circula un video sobre la paz. Mujeres y jóvenes sostienen carteles donde se ven terribles imágenes de la guerra, alternado con frases como: “Nuestras vidas comienzan a terminar el día que hacemos silencio sobre cosas que importan” (Martin Luther King). “No hay camino para la paz, la paz es el camino” (Mahatma Gandhi).

La musicalización de este video también fue realizada por los jóvenes con la letra de la oración de San Francisco por la paz, en la versión del Círculo franciscano francés durante la Primera guerra Mundial. La melodía es de la canción “Let It Be” de Paul Mc. Cartney y John Lennon. En nuestros grupos juveniles cantábamos en la década del ´70 esta canción en los campamentos junto al fogón, creo que vale la pena transcribirla.

 

Letra Oración simple

Señor, que pueda ser instrumento de tu paz,

donde haya odio, que yo ponga el amor.

Donde ofensas hay quiero dar de tu perdón,

Entre las discordias, procurar la unión.

(Estribillo) Para hacerlo, tu ayuda necesito Señor;

muéstrame el camino que nos marca tu amor.

Si reina el engaño, hable yo con la verdad.

Donde exista duda, que transmita la fe.

Que infunda la esperanza a aquellos que bajan los brazos                                   

Y entre las tinieblas, que encienda una luz.

Prefiero consolar, a ser yo el consolado,                                                           

Escuchar al otro, antes que hablar yo.

Y con mi alegría animar al que esté triste,                                                

compartir mi pan donde haya hambre y sed.

Pues sé que cuando doy es entonces que recibo,                                               

y cuando perdono yo obtengo perdón.                                                        

Negarse a uno mismo, a su orgullo y egoísmo                                                   

es como morir, renaciendo al amor.

 

Al ver el video quedé impresionado porque jóvenes entre 14 y 18 años se comprometen a plantear un tema tan antiguo como la humanidad misma. Tema que ha sido muy caro a San Francisco de Asís, allá por el 1200, cuando en plena guerra de las cruzadas inició un dialogo con el Sultán contra el cual el cristianismo estaba en guerra.

En este tiempo post pascual, cuando recordamos las palabras de despedida de Jesús a sus discípulos, antes de ascender al cielo, insiste una y otra vez sobre este tema y afirma “Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo” (San Juan 14:27, versión Nueva traducción viviente).

El maestro desea a sus seguidores una “paz en la mente”, cualquiera de nosotros sabe cuan necesaria es esta paz cuando nuestros pensamientos se desordenan o están en ebullición y no podemos ni siquiera dormir. También “Paz en el corazón”, que es la paz física y emocional. Claro que se dispara el corazón con sus taquicardias cuando no tenemos esta paz tan necesaria. Solamente si hay paz, hay futuro, hay visiones, hay bienestar y hay posibilidad de realizar los sueños.

Felicito y celebro que nuestros jóvenes reclamen una vez más un mundo y una realidad atravesada por la paz.

Necesitamos paz en la educación. Un contexto áulico que garantice la posibilidad de la precensialidad continua de los alumnos, con seguridades para los docentes. Un presupuesto que asegure la viabilidad de la docencia y un marco evaluativo y de exigencia a los alumnos que garantice el aprendizaje.

Necesitamos que las iglesias aseguren en discurso y en acciones la paz hacia adentro y hacia afuera. Una catequesis y el cuidado de los niños que construya la paz sin violencias ni abusos. Las iglesias son gestores de paz y esto no podemos negarlo.

Necesitamos que el estado comunique en sus distintas instancias democráticas políticas de paz. Los concejos deliberantes, los congresos provinciales y nacionales deben ser constructores de una democracia sin corrupciones, sin excluidos y atentos a las funciones del sistema judicial y el ejecutivo profundizando así la democracia.

Necesitamos comunicadores de la paz. Vemos últimamente que el asesinato de periodistas va en aumento y esto tiene que ver con un compromiso de estos actores sociales en su rol de denunciadores. Actores que deberíamos elevarlos a la categoría de mártires cuando sus denuncias fueron a tono con este tema.

Necesitamos un mundo que tenga como objetivo la búsqueda de la paz sin armas y tan solo por medio del diálogo y las conversaciones. La ONU y la OEA deben ser claros portavoces de la paz.

Tal vez deberíamos rescatar de nuestro baúl de recuerdos, más de una canción, que nos vuelva a recordar que sin la paz nuestro mundo y nuestra tierra no son posibles. Cada uno es y no puede eludir su rol en la búsqueda y en la realización de la paz.

 

(*) Waldemar Oscar von Hof es pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y escritor.

 

 

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