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Diario El Argentinomiércoles 24 de abril de 2024
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La Guardería Esperanza recibe a diario más de cien chicos de la zona

La  Guardería Esperanza recibe a diario más de cien chicos de la zona

La guardería Esperanza está ubicada en el barrio del que lleva su mismo nombre. Recibe a diario niños de entre tres meses y 16 años, de los barrios: Yapeyú, Trinidad, Villa María, Zabalet, Covert, Pueblo Nuevo, La Tablada, el barrio 43 Viviendas e incluso del ATE.


La guardería infantil Esperanza nació como tal en el año 1986, en una zona muy humilde de la ciudad pero, en realidad en este mismo espacio funcionaba desde el año 1965 un pequeño jardincito, mucho más pequeño y humilde en su estructura pero con los mismos objetivos de brindar amor, contención y una taza de leche a los chicos del barrio. Por aquellos años estaba a cargo del lugar la hermana Angelita Rodríguez.
Con el cierre del Frigorífico, principal fuente de trabajo de la zona, se incrementó mucho el número de niños ya que sus padres debieron dejarlos allí mientras salían a buscar trabajo. Fue en el año 86 que el jardín pasó a depender del gobierno provincial y a partir de allí y con la ayuda de empresas de la ciudad, comenzaron los avances que antes eran casi imposibles hacer sin fondos ni ayuda alguna, más que la colaboración de la comunidad de Gualeguaychú y el tesón de la hermana Angelita y quienes en aquellos años la ayudaban en su tarea.
La esperanza es un sentimiento que surge cuando las cosas van mal, tener esperanza es tener un presentimiento o fe de que las cosas irán mejor en un tiempo no determinado y antes de que el hecho ocurra. En este sentido se puede concluir que esta guardería lleva muy bien su nombre porque en aquellos primeros años, cuando funcionaba solo el pequeño jardincito y las cosas no iban muy bien, sus mentoras siempre pensaron que la situación mejoraría. Hoy la guardería es mucho más grande y cómoda. Poseen un gran salón comedor, que tiene dos equipos de aire acondicionado -que fueron donados-, ventiladores de techo y una televisión, además hay una cocina, una despensa y varias aulas que reciben cada día a los 120 niños y adolescentes que allí se acercan.
La Guardería Esperanza es un sitio sencillo pero muy cálido, sus paredes de colores claros, decoradas con dibujos infantiles que las propias maestras han pintado y la impecable limpieza, hacen del lugar un espacio muy agradable. Allí, los chicos se sienten contenidos por el cariño del personal y los directivos de la guardería quienes fortalecen su autoestima en el trato cotidiano, dando pautas de comportamiento que retraducen en conductas responsables. Además fomentan la socialización de cada menor en forma permanente.

Un día en la Guardería


A eso de las 7 de la mañana comienzan a aparecer los primeros niños, llevados por sus padres antes de ir a sus respectivos trabajos. A medida que van llegando comienzan a desayunar. “En el comedor estamos más o menos hasta poco antes de las 9, porque a los chicos los van trayendo los papás antes de ir a trabajar, entonces vienen en distintos horarios. Esperamos que todos desayunen, mientras el resto mira la televisión y charla”, indicó Marta Rojas, quien está a cargo de la dirección y trabaja en el lugar desde hace más de 20 años.
Luego del desayuno todas las mañanas los chicos acostumbran rezar a la virgen para agradecer y pasan cada uno a su salita, acompañados cada cual por su maestra. A media mañana reciben un refuerzo alimentario y luego, al mediodía, el almuerzo con un rico postre.
Son cinco las salas que actualmente están funcionando.
Por su parte, los grupos de chicos más grandes, practican dos veces por semana deportes en el Polideportivo, también reciben apoyo escolar, van a catequesis y hacen manualidades.
“Nuestro trabajo en la Guardería con los chicos es más que nada de contención, se les enseñan hábitos y conductas. La mayoría de los adolescentes son chicos que vienen a la guardería desde que muy pequeños y no se quieren ir. Muchos tienen comedor en las escuelas a las que asisten pero ellos quieren venir acá a comer. La guardería es como una casa para ellos”, explicó a EL ARGENTINO, Marta Rojas quien aclaró: “A partir de este año implementamos una modalidad nueva. Todos los chicos que vienen a la mañana, que son cerca de 80, son hijos de mamás que trabajan. Pero al comedor, además de los 80 chicos vienen todos los que lo necesitan”.
La guardería Esperanza está ubicada muy cerca del Hospitalito Juan Baggio, semanalmente personal de este centro se acerca a hacer control de peso y certificados de vacunas de los chicos, además de ver si hay alguna necesidad puntual.
En la guardería trabajan en total ocho personas, las cocineras son Susana Urristi y María Etayo, en las salitas están: Graciela González, Norma Carro, Graciela Patriarca, Lina Carro, Marta Suárez y a cargo de la dirección Marta Rojas. Además hay una colaboradora que es Cecilia Mengochea y dos mamás que ayudan en la limpieza del lugar, Vanesa Carro y Natalia Cabezas.
“Para trabajar con niños hay que tener un carisma muy especial. Cuando iba al secundario yo ya venía a ayudar en la guardería. Después estudié maestra jardinera y nunca me fui de este lugar”, cuenta Marta Rojas.
En esta guardería todo se hace a fuerza de pulmón, si bien reciben los fondos para los gastos fijos del lugar, del mantenimiento mínimo e indispensable se encarga todo el personal. Ellas pintan las aulas, las decoran y van haciendo pequeñas cosas que hacen al día a día del jardincito. A través de la venta de alfajores, tortas y pastas que se venden, más la colaboración de la comunidad que nunca se olvida de esta guardería, van juntando dinero para lo que van necesitando.

Se necesita

La Guardería Esperanza necesita pintar el frente del edificio. Por lo que reciben donaciones de pintura de todo tipo, tanto para madera, como para paredes o dinero para comparar pintura. También hace falta cambiar un vidrio y un técnico que les revise unas computadoras que recibieron en donaciones pero que no pueden utilizar. El teléfono de la Guardería es 433048.


Placita Barrio Médanos - Agradecimiento

La placita del Barrio Médanos está comenzando a nacer en primavera, para ello no podemos dejar de agradecer a todas las personas que hicieron posible con su granito de arena este sueño que se está haciendo realidad. En primer lugar a Emilio Montefinale quién dispuso de su tiempo y dedicación, además al “Desafío” y a María Marta Feldkamp y por su intermedio a todos los donantes y demás personas que colaboraron para la compra de un trepador.


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