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Diario El Argentinomartes 16 de abril de 2024
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El país que se viene luego de la muerte de Kirchner

El país que se viene luego de la muerte de Kirchner

Especial de NA, por Daniel Casal -- Néstor Kirchner definió en vida un modelo de conducción política centralizado y basado en la construcción del día a día que prácticamente no deja herencias ni legados explícitos, sólo a Cristina en la soledad del poder.


La Presidenta ya decidió que comenzará trabajar el lunes y, para ello, deberá sacar fuerzas frente a la pérdida de su esposo y compañero político de toda la vida.
La situación de posible debilidad institucional fue percibida de inmediato por el jefe de la UIA, Héctor Méndez, y el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, quienes sellaron, por ahora de palabra, un acuerdo de convivencia para aportar a la paz social.
Moyano debería pasar ahora a un plano más alto de la política argentina en su carácter de jefe de de la CGT y titular del PJ bonaerense, pero su alianza era con Néstor, mientras que su relación con Cristina siempre fue más distante.
Las dudas son muchas y una es que la Presidenta no cuenta con demasiadas personas de extrema confianza.
En principio, ganarían espacio en su círculo íntimo del poder el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, el titular de la SIDE, Héctor Icazuriaga y el canciller Héctor Timerman.
Este último ya dio una muestra excesiva de su fidelidad al anticipar la propuesta de reelección de Cristina, cuando todavía la Presidenta recibía en la Casa Rosada a la gente que fue a despedir los restos de su esposo.
Tampoco se descarta que Cristina haga regresar al país al actual embajador en España, Carlos Bettini, alguien de extrema confianza de la jefa de Estado.
Hay pocos cristinistas puros, como el ministro Amado Boudou y el jefe de la ANSeS, Diego Bossio, pero éstos no mueven ni un grado el sismógrafo dentro del partido Justicialista.
Además, las sombras de las dudas aparecen cuando se habla del sector económico, ya que los números siempre fueron manejados con extremo celo desde Santa Cruz.
Es más, en el universo de negocios se entusiasman con un giro en materia económica hacia posiciones más conciliadoras con el mercado.
Es aquí donde el ministro Julio De Vido puede convertirse en alguien de mayor confianza de la jefa de Estado, a pesar de que nunca comulgaron en la misma religión.
Sucede que el ministro de Planificación supo cultivar relaciones aceptables con amplios sectores empresarios, a pesar de los momentos de confrontación del Gobierno con varios hombres de negocios.
En el imaginario colectivo de ellos también aparece la posibilidad de que Cristina se saque de encima de una vez por todas a Guillermo Moreno, un “fiel soldado” de Néstor Kirchner, como él mismo se denomina.
Una menor intromisión en los mercados y un sinceramiento de las cifras del INDEC suenan como música para ellos.
La preocupación general instalada desde la gris mañana del miércoles no es menor si se tiene en cuenta que la primera gran puja política se dará en el propio Partido Justicialista.
Daniel Scioli quedó como cabeza del PJ y él cultiva un estilo totalmente distinto al sembrado por Kirchner durante tantos años. Es más, siempre sirvió de contrapeso al carácter impulsivo del ex presidente.
Las preguntas no son pocas y una de ellas es si se podrá pasar ahora de la confrontación como estrategia a la conciliación extrema como siempre abonó Scioli.
Otra es si el Gobierno intentará conciliar las líneas internas del PJ, incluso a los que se fueron por sus disidencias con el modelo político kirchnerista. O, si al final, el grueso del PJ tomará la decisión que Cristina se ponga al frente del partido fundado por Juan Perón.
El trance tampoco es fácil para el Peronismo Federal, más si se tiene en cuenta el impactante apoyo popular que se vio en el cortejo fúnebre.
Además, hay otros datos de una realidad que sin dudas ha mutado: como que Eduardo Duhalde ya no podrá seguir presentándose como la contracara kirchnerista.
El Peronismo Federal ingresará, entonces, en un virtual estado deliberativo para definir los pasos a seguir en un nuevo escenario, ya que el sentido de su existencia se basada en la pelea con Kirchner.
En el resto de la oposición, la tarea no será tampoco sencilla ya que por el momento, los principales referentes quedaron desdibujados por las expresiones masivas que apoyo que logró la Presidenta.
En ese marco, el vicepresidente Julio Cobos se convirtió en el centro de todos los insultos de estos días por parte los militantes justicialistas.
La oposición deberá esperar que los ecos de la muerte de Kirchner se vayan apagando como para barajar y dar de nuevo en la siempre complicada mesa de la política argentina.
En especial, si se tienen en cuenta los datos de algunas encuestas que todavía no vieron la luz que muestran la imagen positiva de la Presidenta bastante por encima del 50 por ciento.
Y también por el aluvión de jóvenes que se vio por estos días el lado de féretro que casi increpan a Cristina para que se presente como candidata a la reelección.
Para ellos, seguramente, en especial para “La Campora” y Máximo Kirchner, no habrá posibilidades de otras alternativas como la de Moyano o la de Scioli.
Al parecer, los miles de jóvenes son los únicos que se consideraron herederos directos del mensaje del jefe fallecido.
Aunque, por el momento, sólo en las manos de Cristina y en su poder de decisión casi en soledad quedará la posibilidad de que pueda transitar sin mayores sobresaltos su último año de gobierno, e incluso, aspirar a otro período al frente de la Rosada.



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