IOSPER: sin acuerdo para subir los aportes a los cónyuges
La idea fue elevarlo del 3 al 1,5%, eliminando así todo tipo de restricción, como padecer alguna patología previa, tal cual el esquema que rige hoy.
El Instituto Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (Iosper) no pudo todavía acordar una suba en el aporte para que los afiliados titulares puedan incorporar a sus cónyuges como beneficiarios del sistema, sin ningún tipo de restricción.
La idea que se baraja es que el afiliado, en vez de su aporte personal del 3%, sume un adicional del 1,5%, y así se llegue al 4,5%, para la incorporación de su cónyuge. De ese modo, se eliminaría la restricción actual que establece como requisito sine qua non para la incorporación la inexistencia de algún tipo de enfermedad previa.
A decir verdad, la mayoría del directorio del Iosper aprobó la aplicación de esa modificación, pero no hubo acuerdo entre la totalidad de los siete directores, por lo que la medida fue pospuesta sin fecha. “La resolución está aprobada, pero no se aplica”, admitió ayer a EL DIARIO el vicepresidente de la obra social, Ariel de la Rosa.
Uno de los sectores que se opuso a esa idea fue el de los municipales, con Maximiliano Torres, el director que representa ese sector, a la cabeza. De la Rosa junto al presidente del Iosper, Silvio Moreyra, propusieron a finales de 2010 establecer un régimen unificado de incorporación de los cónyuges a la obra social, y así superar el esquema hoy vigente.
Actualmente, la obra social pone algunas restricciones para sumar a los cónyuges: no deben tener obra social y carecer de patologías preexistentes. Si un cónyuge sufre de hipertensión, por ejemplo, se rechaza el pedido de afiliación.
La incorporación de adherentes al universo de afiliados al Iosper bajo esas nuevas condiciones supondría aumentar la base de aportantes, un dato clave para el Iosper. En 1994, la obra social estableció un sistema mediante el cual si una afiliada titular pretendía incorporar a su cónyuge como adherente, debía abonar el 5% de su remuneración; si esa misma pretensión la tenía un afiliado hombre, no debía abonar ningún tipo de aporte más que su aporte personal.
En 2007, y a través del decreto Nº 2.270 el Ministerio de Salud eliminó ese sistema que entonces se consideró “discriminatorio”, y así se fijó que hombres y mujeres estuviesen en igualdad de condiciones. El directorio que condujo la obra social entre 2006 y 2010, a cuyo frente estuvo quien hoy continúa como presidente, Silvio Moreyra, eliminó todo tipo de aporte adicional por cónyuge, pero estableció una condición: para incorporarse como afiliados del Iosper, los cónyuges no debían padecer ninguna patología preexistente.
La idea que se baraja es que el afiliado, en vez de su aporte personal del 3%, sume un adicional del 1,5%, y así se llegue al 4,5%, para la incorporación de su cónyuge. De ese modo, se eliminaría la restricción actual que establece como requisito sine qua non para la incorporación la inexistencia de algún tipo de enfermedad previa.
A decir verdad, la mayoría del directorio del Iosper aprobó la aplicación de esa modificación, pero no hubo acuerdo entre la totalidad de los siete directores, por lo que la medida fue pospuesta sin fecha. “La resolución está aprobada, pero no se aplica”, admitió ayer a EL DIARIO el vicepresidente de la obra social, Ariel de la Rosa.
Uno de los sectores que se opuso a esa idea fue el de los municipales, con Maximiliano Torres, el director que representa ese sector, a la cabeza. De la Rosa junto al presidente del Iosper, Silvio Moreyra, propusieron a finales de 2010 establecer un régimen unificado de incorporación de los cónyuges a la obra social, y así superar el esquema hoy vigente.
Actualmente, la obra social pone algunas restricciones para sumar a los cónyuges: no deben tener obra social y carecer de patologías preexistentes. Si un cónyuge sufre de hipertensión, por ejemplo, se rechaza el pedido de afiliación.
La incorporación de adherentes al universo de afiliados al Iosper bajo esas nuevas condiciones supondría aumentar la base de aportantes, un dato clave para el Iosper. En 1994, la obra social estableció un sistema mediante el cual si una afiliada titular pretendía incorporar a su cónyuge como adherente, debía abonar el 5% de su remuneración; si esa misma pretensión la tenía un afiliado hombre, no debía abonar ningún tipo de aporte más que su aporte personal.
En 2007, y a través del decreto Nº 2.270 el Ministerio de Salud eliminó ese sistema que entonces se consideró “discriminatorio”, y así se fijó que hombres y mujeres estuviesen en igualdad de condiciones. El directorio que condujo la obra social entre 2006 y 2010, a cuyo frente estuvo quien hoy continúa como presidente, Silvio Moreyra, eliminó todo tipo de aporte adicional por cónyuge, pero estableció una condición: para incorporarse como afiliados del Iosper, los cónyuges no debían padecer ninguna patología preexistente.
Este contenido no está abierto a comentarios