El reclamo contra las pasteras continúa
La Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú –como todos los años- invita a toda la comunidad a sumarse el 8 de mayo a la marcha que se realizará al Puente Internacional General San Martín, en protesta por la instalación de Botnia (hoy UPM) frente al río Uruguay.
Se trata de la séptima marcha de abrazo al río que ha consolidado la lucha por el NO a las papeleras con su correlato del SI a la vida.
La pertinencia de esta convocatoria no sólo radica en que Botnia sigue funcionando violando la licencia social, sino que Argentina ha descendido en el ranking mundial en materia de salud ambiental.
Es decir, frente a un Estado que ha retrocedido en materia ambiental, hay una ciudadanía que se moviliza en su defensa. La lectura también debería invitar a reflexionar por qué Argentina viene realizando pocos esfuerzos y casi ninguna inversión en materia de protección medioambiental.
De acuerdo al Índice de Desempeño Ambiental, Argentina ocupa actualmente el puesto 70 a nivel mundial. Esto significa que incluso ha descendido en la calidad del medioambiente.
El Índice de Desempeño Ambiental es un método para cuantificar y clasificar numéricamente el desempeño ambiental de las políticas de un país. Lo elaboran las Universidades estadounidenses de Yale y Columbia, que analizan 163 países en base a 25 criterios ecológicos.
Entre los factores que se tienen en cuenta para este estudio están las emisiones de gases efecto invernadero (que ocasionan el cambio climático); el impacto de los sistemas agrícolas y pesqueros; la conservación de los bosques; la protección de la biodiversidad vegetal y animal; la calidad del agua y su índice de estrés hídrico y la contaminación del aire en las ciudades, entre otras cosas.
Para tener una idea, Islandia y Suiza ocupan los dos primeros lugares. En América Latina Cuba, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Paraguay, Brasil y Venezuela están mejor posicionadas que Argentina y Uruguay está peor que nuestro país porque se ubica en el puesto 83.
Es fundamental para revertir esta realidad que Argentina colabore más en la construcción y desarrollo de ecosistemas sanos y con alta biodiversidad. El medioambiente no es un tema solamente para expresar discursos, sino para demostrar con hechos concretos que el compromiso con la distribución de la riqueza y con lograr mejores parámetros en materia de salud ambiental.
El 8 de mayo Gualeguaychú se moviliza una vez más, esta vez animados por el lema “Por la vida de todos, escuchemos la naturaleza”, justo en un tiempo donde la naturaleza viene dando demasiadas señales de alerta y hace tronar su voz a través de diversas catástrofes. Estas catástrofes muchas veces se las percibe como “naturales”, pero en rigor son provocadas por la actividad humana que pone el capital al servicio del capital y no del hombre.
No se trata solamente de una marcha puntual, sino también de una interpelación hacia todos, dado que la defensa del medioambiente depende de todos. Pero, el que mayor responsabilidad tiene en esta materia es el Estado y como ya se indicó, Argentina no está haciendo las cosas bien. No es casual que las asambleas ciudadanas broten en todas los puntos geográficos defendiendo nada menos que el hogar de todos.
La pertinencia de esta convocatoria no sólo radica en que Botnia sigue funcionando violando la licencia social, sino que Argentina ha descendido en el ranking mundial en materia de salud ambiental.
Es decir, frente a un Estado que ha retrocedido en materia ambiental, hay una ciudadanía que se moviliza en su defensa. La lectura también debería invitar a reflexionar por qué Argentina viene realizando pocos esfuerzos y casi ninguna inversión en materia de protección medioambiental.
De acuerdo al Índice de Desempeño Ambiental, Argentina ocupa actualmente el puesto 70 a nivel mundial. Esto significa que incluso ha descendido en la calidad del medioambiente.
El Índice de Desempeño Ambiental es un método para cuantificar y clasificar numéricamente el desempeño ambiental de las políticas de un país. Lo elaboran las Universidades estadounidenses de Yale y Columbia, que analizan 163 países en base a 25 criterios ecológicos.
Entre los factores que se tienen en cuenta para este estudio están las emisiones de gases efecto invernadero (que ocasionan el cambio climático); el impacto de los sistemas agrícolas y pesqueros; la conservación de los bosques; la protección de la biodiversidad vegetal y animal; la calidad del agua y su índice de estrés hídrico y la contaminación del aire en las ciudades, entre otras cosas.
Para tener una idea, Islandia y Suiza ocupan los dos primeros lugares. En América Latina Cuba, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Paraguay, Brasil y Venezuela están mejor posicionadas que Argentina y Uruguay está peor que nuestro país porque se ubica en el puesto 83.
Es fundamental para revertir esta realidad que Argentina colabore más en la construcción y desarrollo de ecosistemas sanos y con alta biodiversidad. El medioambiente no es un tema solamente para expresar discursos, sino para demostrar con hechos concretos que el compromiso con la distribución de la riqueza y con lograr mejores parámetros en materia de salud ambiental.
El 8 de mayo Gualeguaychú se moviliza una vez más, esta vez animados por el lema “Por la vida de todos, escuchemos la naturaleza”, justo en un tiempo donde la naturaleza viene dando demasiadas señales de alerta y hace tronar su voz a través de diversas catástrofes. Estas catástrofes muchas veces se las percibe como “naturales”, pero en rigor son provocadas por la actividad humana que pone el capital al servicio del capital y no del hombre.
No se trata solamente de una marcha puntual, sino también de una interpelación hacia todos, dado que la defensa del medioambiente depende de todos. Pero, el que mayor responsabilidad tiene en esta materia es el Estado y como ya se indicó, Argentina no está haciendo las cosas bien. No es casual que las asambleas ciudadanas broten en todas los puntos geográficos defendiendo nada menos que el hogar de todos.
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