“Carimba. La marca de fuego”, una obra que cuenta sobre nuestra historia
“Nosotros somos lo anti estable: una fábrica de motivación para que nuevas personas descubran sus condiciones y las desarrollen”, dijo convencida Socorro Barcia, directora del grupo de teatro Tablas que desde el primer jueves de enero presenta “Carimba. La marca de fuego” en los galpones del puerto.
La Asociación de Teatro Independiente Tablas, que dirige Socorro Barcia, está presentando los jueves y domingos de enero a las 22 la obra “Carimba, la marca de fuego”, en la nave 7 de los galpones del puerto, con entrada libre y gratuita.
Ella rescata la presencia de la comunidad negra en la historia de Gualeguaychú y su incidencia y propone pensar la realidad de la esclavitud en nuestra ciudad desde el presente yendo al pasado.
Tablas es una escuela de teatro, en tanto es un espacio de aprendizaje y formación teatral que parte de la concepción que cualquier persona que desee y se entrene, puede hacer teatro.
“Siempre partimos de analizar la concepción de las artes en nuestra comunidad y con el arte, en general, hay un prejuicio: parece destinado a iluminados, no a todos”, dijo Barcia al comenzar la charla.
“Nos propusimos revertir este concepto, siguiendo a otros maestros brasileros y españoles que eligieron este camino y demostraron que un obrero que trabajaba ocho o más horas diarias podía, adaptando los métodos y aviniéndose a los horarios y lugares, acercarse a esta disciplina y practicarla”, afirmó, dejando asentado el espíritu de trabajo.
Socorro arrancó 2011 con la puesta en escena de “Carimba, la marca de fuego”, que se presenta con una puesta diferente: un escenario central, sobre el que los actores trabajan de cara a los cuatro lados donde se ubica la gente.
Pero el trabajo que se ve tiene detrás un año de investigación, apropiación del tema, guionado y muchos ensayos.
“El tema se me ocurrió por algunas dudas que me aguijonean. Empecé a registrar cosas que no había visto antes. Con el apoyo de Rosa (Majul) y Alberto (Dorati) decidí hacerlo, porque está en la misma sintonía que las obras anteriores, comparte el objetivo de bucear en nuestra identidad”, dijo la actriz y directora.
El trabajo que emerge en el escenario
Dando una idea de cómo trabaja Tablas, Socorro dijo “hacemos una convocatoria abierta en febrero. Comenzamos los talleres de formación actoral, que transitan por la integración grupal, más las columnas del desarrollo del actor, el trabajo corporal, de la voz, la respiración y la relajación, pilares fundamentales en la formación actoral”.
“A medida que transcurren los encuentros, se explican los objetivos de Tablas, qué significa, que su meta no es terapéutica, sino que van a hacer el proceso de aprendizaje actoral incluyendo la presentación en público”.
Aquí le dijimos que este momento es un examen a dar delante de quienes durante todo el tiempo previo escucharon hablar de la obra y los ensayos.
Y Socorro sorprendió al decirnos “justamente les digo Ustedes no tienen que rendir examen a nadie. Tienen que disfrutar y confiar en lo que han logrado. Si se equivocan, bueno: son humanos. Crean en ustedes mismos y confíen en el compañero”.
“Esto se repite siempre cuando comienzan los ensayos -afirmó, recordando “les insisto en que el único acompañamiento que tendrán sobre el escenario es el otro, más la técnica que han venido incorporando, una estructura firme que se ha repetido en las prácticas para subir y exponer su cuerpo y su voz”.
“Además, hacen el ejercicio de salir y mirar las sillas vacías y les digo: allí habrá personas, van a mirarles a los ojos, a escuchar su respiración y sentirán su energía. No tengan miedo. Yo sé que mis actores entran reforzados al escenario”, dijo con la certeza que le da haber hecho una cantidad de talleres de perfeccionamiento, seminarios y trabajar en la temática luego de abrir en 1977 su taller de formación actoral.
“Tablas tiene como principio la participación de la gente partiendo de que cualquier persona puede desarrollar un arte, en este caso, lo teatral. Nosotros facilitamos un espacio y una metodología para que lo aprenda e incorpore, sin ninguna restricción económica ni de formación básica, sino de manera muy abierta y nos llevamos sorpresas: la gente misma comienza a descubrir condiciones que no creía tener. Y esto es incorporar nuevos protagonistas al teatro”.
Lo que enseña “Carimba...”
Acerca de si tras cada función, sienten que la gente se llevó lo que tanto trabajo costó, Socorro Barcia dijo “sí, mucho más de lo que esperábamos. El tema es difícil por lo duro que es, casi irracional y no obstante, hemos tenido juicios como “golpea pero no lastima”, porque se cuidó que prevaleciera la estética, que la dureza fuera lo más poética posible, sin golpes bajos”.
La investigación hecha por el grupo sobre la historia local respecto de los esclavos negros que llegaron a estas tierras es similar a la de tantos lugares de nuestro país. Por eso no se acota a Gualeguaychú y por esta razón el turista lo entiende.
En la América Colonial era de uso frecuente tener esclavos traídos desde África, a los que se les marcaba la piel con un hierro candente que identificaba a su propietario para facilitar la captura y recuperación de los que se fugaban buscando dejar atrás tanto suplicio.
Sobre esto escribieron Lidia Viduzzi y Socorro Barcia, tomando textos de Eduardo Galeano y José Hernández, citas del Periódico de Río Negro, fragmentos de canciones tradicionales, cartas de Archivo de Bandos del Cabildo de Gualeguaychú, documentos de Archivo-Registro de las Parroquias- , citas de Aristóteles, San Agustín y San Pedro.
Con tanto material recopilado -el que integra la obra y el que debió sacrificarse- preguntamos si tienen pensado hacer un encuentro que permita compartir todo lo aprendido con quienes les interese el tema y Socorro, entusiasmada con la posibilidad, recordó que ya lo hizo antes con otras obras y que en este caso “sería bueno armar paneles con la gente que nos ayudó, que son profesores de Gualeguaychú y que sin el trabajo de hormiga que han hecho no podríamos haber encontrado mucho de nuestra historia”.
El agradecimiento de Tablas, que los incluye, es extenso pero necesario. Las fuentes donde abrevaron son el Instituto Magnasco, los profesores Alicia Uscarriague, Fabio Sanbartolomeo, Micaela García, María Eugenia Faué, Delia Reynoso, Elisa Fernández, Nati Sarrot, Olga Massoni, Carlos Cerutti, la publicación Cuadernos de Gualeguaychú, Hermanos Petizco, Marcelo britos, José y Griselda García, Cooperativa textil (Darío Ricciutti) Tirso Fiorotto, Pedro Capdevila (Radio Tiempo), Ángel Eckerdt (encargado de los galpones puerto), Club Central entrerriano, Carlos Falco, los diputados provinciales Juan Alberto Bettendorff, Jaime Benedetti, Héctor de la Fuente, la Dirección municipal de Cultura y el Instituto Nacional de Teatro, que auspicia la puesta en escena.
Ella rescata la presencia de la comunidad negra en la historia de Gualeguaychú y su incidencia y propone pensar la realidad de la esclavitud en nuestra ciudad desde el presente yendo al pasado.
Tablas es una escuela de teatro, en tanto es un espacio de aprendizaje y formación teatral que parte de la concepción que cualquier persona que desee y se entrene, puede hacer teatro.
“Siempre partimos de analizar la concepción de las artes en nuestra comunidad y con el arte, en general, hay un prejuicio: parece destinado a iluminados, no a todos”, dijo Barcia al comenzar la charla.
“Nos propusimos revertir este concepto, siguiendo a otros maestros brasileros y españoles que eligieron este camino y demostraron que un obrero que trabajaba ocho o más horas diarias podía, adaptando los métodos y aviniéndose a los horarios y lugares, acercarse a esta disciplina y practicarla”, afirmó, dejando asentado el espíritu de trabajo.
Socorro arrancó 2011 con la puesta en escena de “Carimba, la marca de fuego”, que se presenta con una puesta diferente: un escenario central, sobre el que los actores trabajan de cara a los cuatro lados donde se ubica la gente.
Pero el trabajo que se ve tiene detrás un año de investigación, apropiación del tema, guionado y muchos ensayos.
“El tema se me ocurrió por algunas dudas que me aguijonean. Empecé a registrar cosas que no había visto antes. Con el apoyo de Rosa (Majul) y Alberto (Dorati) decidí hacerlo, porque está en la misma sintonía que las obras anteriores, comparte el objetivo de bucear en nuestra identidad”, dijo la actriz y directora.
El trabajo que emerge en el escenario
Dando una idea de cómo trabaja Tablas, Socorro dijo “hacemos una convocatoria abierta en febrero. Comenzamos los talleres de formación actoral, que transitan por la integración grupal, más las columnas del desarrollo del actor, el trabajo corporal, de la voz, la respiración y la relajación, pilares fundamentales en la formación actoral”.
“A medida que transcurren los encuentros, se explican los objetivos de Tablas, qué significa, que su meta no es terapéutica, sino que van a hacer el proceso de aprendizaje actoral incluyendo la presentación en público”.
Aquí le dijimos que este momento es un examen a dar delante de quienes durante todo el tiempo previo escucharon hablar de la obra y los ensayos.
Y Socorro sorprendió al decirnos “justamente les digo Ustedes no tienen que rendir examen a nadie. Tienen que disfrutar y confiar en lo que han logrado. Si se equivocan, bueno: son humanos. Crean en ustedes mismos y confíen en el compañero”.
“Esto se repite siempre cuando comienzan los ensayos -afirmó, recordando “les insisto en que el único acompañamiento que tendrán sobre el escenario es el otro, más la técnica que han venido incorporando, una estructura firme que se ha repetido en las prácticas para subir y exponer su cuerpo y su voz”.
“Además, hacen el ejercicio de salir y mirar las sillas vacías y les digo: allí habrá personas, van a mirarles a los ojos, a escuchar su respiración y sentirán su energía. No tengan miedo. Yo sé que mis actores entran reforzados al escenario”, dijo con la certeza que le da haber hecho una cantidad de talleres de perfeccionamiento, seminarios y trabajar en la temática luego de abrir en 1977 su taller de formación actoral.
“Tablas tiene como principio la participación de la gente partiendo de que cualquier persona puede desarrollar un arte, en este caso, lo teatral. Nosotros facilitamos un espacio y una metodología para que lo aprenda e incorpore, sin ninguna restricción económica ni de formación básica, sino de manera muy abierta y nos llevamos sorpresas: la gente misma comienza a descubrir condiciones que no creía tener. Y esto es incorporar nuevos protagonistas al teatro”.
Lo que enseña “Carimba...”
Acerca de si tras cada función, sienten que la gente se llevó lo que tanto trabajo costó, Socorro Barcia dijo “sí, mucho más de lo que esperábamos. El tema es difícil por lo duro que es, casi irracional y no obstante, hemos tenido juicios como “golpea pero no lastima”, porque se cuidó que prevaleciera la estética, que la dureza fuera lo más poética posible, sin golpes bajos”.
La investigación hecha por el grupo sobre la historia local respecto de los esclavos negros que llegaron a estas tierras es similar a la de tantos lugares de nuestro país. Por eso no se acota a Gualeguaychú y por esta razón el turista lo entiende.
En la América Colonial era de uso frecuente tener esclavos traídos desde África, a los que se les marcaba la piel con un hierro candente que identificaba a su propietario para facilitar la captura y recuperación de los que se fugaban buscando dejar atrás tanto suplicio.
Sobre esto escribieron Lidia Viduzzi y Socorro Barcia, tomando textos de Eduardo Galeano y José Hernández, citas del Periódico de Río Negro, fragmentos de canciones tradicionales, cartas de Archivo de Bandos del Cabildo de Gualeguaychú, documentos de Archivo-Registro de las Parroquias- , citas de Aristóteles, San Agustín y San Pedro.
Con tanto material recopilado -el que integra la obra y el que debió sacrificarse- preguntamos si tienen pensado hacer un encuentro que permita compartir todo lo aprendido con quienes les interese el tema y Socorro, entusiasmada con la posibilidad, recordó que ya lo hizo antes con otras obras y que en este caso “sería bueno armar paneles con la gente que nos ayudó, que son profesores de Gualeguaychú y que sin el trabajo de hormiga que han hecho no podríamos haber encontrado mucho de nuestra historia”.
El agradecimiento de Tablas, que los incluye, es extenso pero necesario. Las fuentes donde abrevaron son el Instituto Magnasco, los profesores Alicia Uscarriague, Fabio Sanbartolomeo, Micaela García, María Eugenia Faué, Delia Reynoso, Elisa Fernández, Nati Sarrot, Olga Massoni, Carlos Cerutti, la publicación Cuadernos de Gualeguaychú, Hermanos Petizco, Marcelo britos, José y Griselda García, Cooperativa textil (Darío Ricciutti) Tirso Fiorotto, Pedro Capdevila (Radio Tiempo), Ángel Eckerdt (encargado de los galpones puerto), Club Central entrerriano, Carlos Falco, los diputados provinciales Juan Alberto Bettendorff, Jaime Benedetti, Héctor de la Fuente, la Dirección municipal de Cultura y el Instituto Nacional de Teatro, que auspicia la puesta en escena.
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