Realizan una escultura de Jesús en uno de los eucaliptus talados del Parque Unzué
Susana Baez es una vecina de la ciudad que se aboca desde hace un tiempo a la realización de una escultura de Jesús en uno de los eucaliptus colorados de la Laguna del Parque Unzué.
Se trata de una escultura de Jesús, de cuerpo entero, tallada en la madera del árbol que tiene aproximadamente una circunferencia de 5 metros y una altura de 4 metros.
Según explicó a EL ARGENTINO Susana Baez, “esta es una obra muy importante para mí porque en 2007, cuando me encontraba paseando por acá, tuve una visión en este árbol. Lo vi a Jesús saliendo del árbol”, recordó Susana desde lo alto del andamio donde se encuentra trabajando en el rostro de Jesús.
A partir de ese momento esta vecina, que realiza de manera autodidacta tallas en madera desde muy joven, comenzó a averiguar quién le podía permitir realizar allí una escultura.
No fue fácil conseguir la autorización porque no supo a quien acudir, “pero, casi milagrosamente –como todo lo que rodea a esta obra- cuando participé de la entronización del Cristo de madera en el ingreso a la ciudad vi al intendente, me acerque y le conté el proyecto que tenía pensado y él enseguida me dio el visto bueno y me indicó que fuera a Casa de la Cultura para organizar la tarea”, explicó Susana.
Desde que consiguió la autorización Susana Baez, quien está pronta a cumplir 67 años, trabaja en esta escultura. Todos los días que el clima lo permite se dirige en horas de la mañana “con una manzana y una botella de agua”, y permanece allí trabajando hasta que los últimos rayos de sol la alumbran.
“Este es un regalo para todo el pueblo de Gualeguaychú, para la ciudad, para que los vecinos puedan venir a rezar aquí o simplemente puedan apreciarlo como una obra de arte”, afirmó la vecina.
Hasta el momento la escultura, cuenta con el rostro de Jesús que, poco a poco, va surgiendo del robusto tronco de eucaliptus gracias al don de la artista local.
Susana Baez trabaja a diario frente a la Laguna del Parque Unzué. Allí pasa horas martillando con sus herramientas este imponente trozo de madera y descubriendo una de las imágenes más significativas para gran parte de la humanidad.
La vecina está dispuesta a recibir ayuda o compañía de quien desee brindársela.
Según explicó a EL ARGENTINO Susana Baez, “esta es una obra muy importante para mí porque en 2007, cuando me encontraba paseando por acá, tuve una visión en este árbol. Lo vi a Jesús saliendo del árbol”, recordó Susana desde lo alto del andamio donde se encuentra trabajando en el rostro de Jesús.
A partir de ese momento esta vecina, que realiza de manera autodidacta tallas en madera desde muy joven, comenzó a averiguar quién le podía permitir realizar allí una escultura.
No fue fácil conseguir la autorización porque no supo a quien acudir, “pero, casi milagrosamente –como todo lo que rodea a esta obra- cuando participé de la entronización del Cristo de madera en el ingreso a la ciudad vi al intendente, me acerque y le conté el proyecto que tenía pensado y él enseguida me dio el visto bueno y me indicó que fuera a Casa de la Cultura para organizar la tarea”, explicó Susana.
Desde que consiguió la autorización Susana Baez, quien está pronta a cumplir 67 años, trabaja en esta escultura. Todos los días que el clima lo permite se dirige en horas de la mañana “con una manzana y una botella de agua”, y permanece allí trabajando hasta que los últimos rayos de sol la alumbran.
“Este es un regalo para todo el pueblo de Gualeguaychú, para la ciudad, para que los vecinos puedan venir a rezar aquí o simplemente puedan apreciarlo como una obra de arte”, afirmó la vecina.
Hasta el momento la escultura, cuenta con el rostro de Jesús que, poco a poco, va surgiendo del robusto tronco de eucaliptus gracias al don de la artista local.
Susana Baez trabaja a diario frente a la Laguna del Parque Unzué. Allí pasa horas martillando con sus herramientas este imponente trozo de madera y descubriendo una de las imágenes más significativas para gran parte de la humanidad.
La vecina está dispuesta a recibir ayuda o compañía de quien desee brindársela.
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