Carta de Lectores
Coincidencia con la Editorial del 23 de mayo de 2011
Por fin se habló de uno de los padecimientos más injustos que sufrimos los dadores de trabajo. La Editorial de ese día, inequívocamente realista, tuvo la valentía de mostrar la desvergüenza, tanto de los que solicitan certificados médicos truchos, como de los que los otorgan.
Esa irracionalidad que menciona, involucrando al Estado, a los gremios y especialmente a los docentes, debe incluir como víctimas a todos los dadores de trabajo: comerciantes, emprendimientos pequeños y a amas de casa que trabajan fuera del hogar –que, para desarrollar sus tareas necesitan empelados.
Esta Editorial apuntó al corazón de un problema: los médicos que otorgan los certificados truchos son algunos profesionales que han perdido el respeto a la sociedad en la que viven y les da la razón de ser.
La industria del juicio se instaló hace tiempo y ésta: la de certificados truchos, también.
Las dos no tendrán jamás la licencia social. Somos muchos los perjudicados en mucho dinero para nuestra capacidad productiva.
Vuestra Editorial nos da valor a los empleadores para llevar a juicio, por deshonestidad profesional a los que las otorguen y a tener el derecho de despedir sin indemnización a los que las soliciten.
Y el Colegio Médico ¿Qué opina?
Comerciante damnificada.
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