LA CORRUPCIÓN MATA, HISTORIAS DE SOBREVIVIENTES
A 20 años de Cromañón: “Hay un montón de mitos que quedaron instalados y que es necesario derrumbar”
Bruno Larocca suma una larga trayectoria como periodista vinculado al rock. Es autor de “Voces, Tiempo, Verdad”, el libro que, sostenido en la información de la causa judicial, da cuenta de una trama oscura de corrupción, influencias, política y manejos espurios que dejó un saldo de 194 muertos y 16 jóvenes suicidados con posterioridad. “Después de Cromañón Callejeros fue una banda perseguida y censurada”, expresó.
Por Luciano Peralta
Este lunes, en el Teatro del Puerto de Gualeguaychú, el periodista Bruno Larocca, junto a sobrevivientes de la tragedia que el 30 de diciembre del 2004 causó la muerte de 194 jóvenes, presentará el libro “Voces, Tiempo, Verdad”. Será un día después del show de Don Osvaldo, banda que lidera Patricio Santos Fontanet (ex Callejeros), en el Polideportivo Norte de la ciudad.
Antes, Larocca dialogó con EL ARGENTINO. Es un periodista que suma una vasta trayectoria, no sólo en el periodismo relacionado al rock: En el 2014 una de sus crónicas, que tuvo a René Favaloro como protagonista, publicada en la revista Gatopardo (México), fue seleccionada por la Fundación García Márquez para el Premio Gabo como uno de los mejores tres textos de Latinoamérica. En abril de ese mismo año, el comunicador llegó a Gualeguaychú para cubrir el recital del Indio Solari y sus Fundamentalistas del Aire Acondicionado, quienes, junto a varios ex Redonditos de Ricota, protagonizaron uno de los shows más convocante de la historia argentina. Antes, Larocca había estado en el corsódromo de la ciudad para cubrir la presentación de La Renga, en un ya lejano 2013.
“Se trata de un libro autogestionado, financiado por una organización de sobrevivientes que cumple una función social muy importante, incluso con las víctimas de Cromañón, a las que le da asistencia psicológica. No nos cuenten Cromañón es una organización que no depende de ningún partido político, ni recibe ningún tipo de subsidio”, aclaró el autor de “Voces, Tiempo, Verdad”.
- ¿Qué era Callejeros para vos antes de la tragedia y qué fue después?
-Antes de la tragedia Callejeros era una de las bandas nuevas con mayor proyección en el rock argentino. Era una banda que había irrumpido en la escena con otra lírica, con un cantante que realmente llegaba al público y rompía esas barreras que tenían otros artistas, como Los Redondos, donde la relación con el público y los fans era mucho más lejana. Bueno, Pato era el líder de una banda de rock que solía estar muy cerca de los seguidores, de la gente, que se perfilaba para los estadios. Ya había hecho Excursionista y tenía mucha convocatoria. Yo tuve la suerte de poder verlos desde el comienzo, desde los primeros shows en Tapiales y en el oeste del Gran Buenos Aires, cuando tocaban para 30 personas. Todos los que estábamos ahí presentes sabíamos que con Callejeros iba a pasar algo. Tenía que ver con esa magia que tienen ciertas bandas que es muy difícil de conseguir. Pato era un gran letrista desde muy chico y le hablaba a un montón de pibes que en aquellos entonces, en aquellos comienzos del 2000, nos sentíamos identificados con sus letras. Pero después de Cromañón Callejeros fue una banda perseguida y censurada. Eso está claro y está comprobado, hay testimonio de ello, de lo que les costó volver a tocar en el escenario. Fueron perseguidos políticamente a nivel nacional y fueron prohibidos en todo el país. Sufrieron la suspensión de muchísimos shows, hubo una decisión política de sacar tajada de la situación. Fue algo muy triste, por lo que representa la palabra censura, que censuren a un artista en democracia es algo inadmisible. Pero creo que les tocó ser parte de una etapa muy lamentable a nivel político y cultural en nuestro país. Mirá si ha sido difícil el camino que 19 años después de Cromañón recién pudieron volver a hacer un show en la ciudad de Buenos Aires.
- ¿Qué crees que significa la tragedia en la historia argentina?
- Cromañón es la tragedia no natural más importante de la historia de nuestro país. Creo que Cromañón nos marcó a toda una generación. Hay un antes y un después, en lo que tiene que ver con la música y el rock. Siempre pienso que cuando hablamos de Cromañón estamos hablando de corrupción, de la política presionando a la Justicia, estamos hablando de un jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires que ni siquiera fue llamado a declarar, cuando en los cuatro juicios, justamente, lo que la Justicia hizo fue cuestionar el rol del Estado en la tragedia. Todo funcionaba mal: Cromañón fue un caso visible de corrupción y una muestra de lo mal que funcionaba el sistema de inspectores del gobierno de Buenos Aires, que recibía coimas no solamente de los boliches sino también de todo tipo de comercios. Creo que, si queremos conocer la historia de Argentina de los 90 y del año 2000, repasar lo sucedido en Cromañón habla mucho de nosotros y de cómo funcionaba nuestro país.
- ¿Por qué el libro? ¿Cómo surgió?
- Porque creímos que era necesario dejar un documento que le haga honor a la verdad de la historia. Yo consideraba que había que hacer un libro con mucha información, porque lo que faltó justamente fue información, los medios de comunicación trataron de contar una historia, pero los que estuvimos en la escena del rock sabíamos que había otra historia que no nos estaban contando. Sabíamos que hablaban para tapar la corrupción y un montón de falencias de un sistema que funcionó mal antes y después de Cromañón. Para darte un ejemplo: las fallas del sistema de salud mental hicieron que por lo menos 16 chicos sobrevivientes se suicidaran después de la tragedia. Entonces, a las 194 víctimas deberíamos agregarle por lo menos 16 muertes jóvenes más, que tienen que ver con la falta de contención de un Estado que estuvo ausente antes de Cromañón y que siguió estando ausente después. Nos damos cuenta en las presentaciones del libro, cuando contamos la información de la causa, que hay un montón de cosas que el público no sabe, un montón de mitos que quedaron instalados a lo largo del tiempo y que hay que derrumbar. Como el que sostiene que en el baño de Cromañón había una guardería, cosa que no es cierta y que fue desmentida y desestimada por el juez en la causa.
- Contame sobre las presentaciones del libro, ¿qué pasa ahí? ¿cuál es el objetivo?
-Nos propusimos recorrer el país presentando el libro. Esto fue una idea, también, de No nos cuenten Cromañón, la organización de sobrevivientes con la que hacemos este trabajo colectivo. Teníamos la necesidad de que estas presentaciones no queden solamente en Buenos Aires, sino poder llegar con la palabra directa de los sobrevivientes y con el testimonio de esta historia a todos los lugares del país. Se trata de una edición independiente que no tiene una distribución nacional por una gran editorial, entonces cada presentación también es una buena oportunidad para llevar el libro y que todos puedan acceder a comprarlo. Además, en estas charlas debate abrimos siempre el micrófono para escuchar también qué es lo que piensan los que vienen a vernos.
-En diciembre se cumplen 20 años, ¿qué deseas en ese marco?
-En estas presentaciones, por las que ya recorrimos mitad del país, nos dimos cuenta que era completamente necesario dejar esta historia plasmada en un libro, un libro que no tiene opinión, tiene información que está en una causa judicial, que muy pocas personas se encargaron de leer. Hoy, más que nunca, cuando en Argentina se discuten un montón de cosas que tienen que ver con nuestra historia, creo que es completamente necesario hacer este ejercicio de memoria, de lo que ocurrió ese 30 de diciembre de 2004, para que Cromañón no vuelva nunca más a pasar.