A las enfermedades estacionales se suman en Gualeguaychú los casos de parotiditis

“Las patologías prevalentes en este momento son la deshidratación, los golpes de calor, las gastroenteritis virales y la parotiditis que no cesa, porque hace picos y valles”.

Como se recuerda, en noviembre pasado el responsable del Nodo Epidemiológico del Hospital Centenario informó que conjuntamente con la Dirección de Epidemiología de la Provincia, iniciaron acciones de investigación del brote de Parotiditis (Paperas) que se registraba en  Gualeguaychú.

Por entonces, Gauna  informó que  la población afectada correspondía a adolescentes y adultos jóvenes y que las complicaciones detectadas fueron orquitis y pancreatitis. 

En la charla que mantuvo con EL ARGENTINO,  el profesional explicó,  respecto de quiénes enferman de paperas “generalmente los pacientes son adolescentes y adultos jóvenes, que pueden no estar vacunados, porque la obligatoriedad de  vacuna contra la parotiditis  comenzó en el año 98”.

Dicho esto aclaró que la vacuna “no asegura que el paciente no vaya a tener la enfermedad, pero sí le da un cierto grado de inmunidad y puede hacer que tenga síntomas más leves si el virus lo afecta”.

Respecto de si la parotiditis es una enfermedad grave en sí, el profesional explicó que no lo es pero puede tener complicaciones como las ya mencionadas: orquitis y pancreatitis, “pero de los casos registrados no hemos tenido ninguno con complicaciones graves, sino algunos cuadros de orquitis  y algunos pacientes que en estudios de laboratorio tenían elevada la amilasa, una enzima que produce el páncreas. 

Fueron controlados y no tuvimos ninguna pancreatitis por parotiditis”:

Acerca del tratamiento de la comúnmente llamada paperas, Gauna informó “no hay ninguna medicación para tratarla, sino medidas de sostén, cuidados que mejoran al paciente: reposo, analgésicos, antipiréticos e hidratación. 

Además se recomienda que el paciente quede en casa, porque la enfermedad se transmite de persona a persona al hablar, toser o estornudar y por contacto directo con objetos contaminados. El período de incubación -dijo- es de 15 a 25 días y se transmite desde 48 horas antes del comienzo de la enfermedad y durante el período en que el cuadro está declarado.  

Faltaba saber cuáles son los síntomas que pueden observarse en casa y el médico enumeró “dolor en la zona del cuello, en la retro mandibular, dolor peri orbitario y puede haber fiebre, de manera que ante cualquiera de estos síntomas, se debe hacer la inmediata consulta al médico”.

 Gauna habló antes  de cuadros de deshidratación y golpes de calor, cuadros que afectan principalmente a chicos y ancianos.

“Las  personas mayores tienen poca sensibilidad para detectar cuando tiene sed, entonces toman poco líquido. En el caso de los chiquitos, la deshidratación es producida por el calor, asociado  una enteritis aguda que puede ser producida por un virus o una   bacteria que puede transmitirse por falta de higiene  en las manos, en algún alimento mal lavado o   alimentos que pierden la cadena de frío y se contaminan con gérmenes. Las medidas generales son de sostén: rehidratación, bebidas frescas, si el chico toma el pecho, aumentar  la frecuencia de amamantamiento”, refirió.

Finalmente, incorporó a las atenciones típicas de verano las que deben hacerse por traumas.

“Los accidentes en la vía pública están a la orden del día. En líneas generales, la incidencia aumenta en verano, por una cuestión estacional: las personas hacen más actividades al aire libre y  se incrementan los desplazamientos nocturnos. A raíz de los operativos de control de las motos, los casos de trauma relacionados con esto han disminuido, pero es continuidad  en la guardia recibir pacientes politraumatizados, de distintos grados”.