Adiós a la última Madre de Plaza de Mayo de Gualeguaychú: “Ella era docente, como nosotros”

Por Luciano Peralta

Eduardo Emilio Corfield fue secuestrado y desaparecido el 3 de marzo de 1978, en Lanús, cuando tenía 27 años. Olga Piedrabuena, su madre, quien fue una de las fundadoras locales de Madres de Plaza de Mayo, y lo buscó hasta el último día, falleció el último jueves. Era la última Madre de Plaza de Mayo de Gualeguaychú con vida. 

"Mi hijo estudió en Gualeguaychú y cuando terminó la escuela se fue a estudiar Psicología a La Plata. Después se fue a trabajar a Lanús Este, donde manejaba una camioneta. En ese momento vivía en la casa de mi hermana, en Lanús, y ahí fue donde lo buscaron y se lo llevaron", relató Olga, en una entrevista realizada por Mónica Farabello y publicada por ElDía. 

"De ahí, nunca supimos nada más de él. En ese momento tenía 27 años y yo realmente ignoraba todo, no sabía si militaba o no", expresaba, hace unos años atrás. Eduardo militaba, como tantos jóvenes de entonces, en el Frente Universitario de Revolución Nacional, mientras cursaba el tercer año de la Licenciatura en Psicología.

Desde su desaparición su mamá lo buscó y nunca perdió la esperanza de encontrar a su hijo. El jueves pasado encontró la muerte sin saber nada de él. Un sentimiento difícil de imaginar para quienes no han pasado por semejante cosa. 

“Ella era ama de casa, como el resto de las madres, como mi mamá. Olga, también, fue docente, como nosotros. Falleció hoy. Trabajaba en la Escuela Técnica N° 2 y su hijo fue desaparecido en dictadura”, expresó, el jueves pasado, Graciela "Chela" Savoy, docente jubilada, parte de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) y hermana de Adela Cristina “Leli” Savoy, secuestrada fue por fuerzas militares y policiales el 17 de diciembre de 1976 en plena dictadura cívico miliar. Tras 18 días de cautiverio fue fusilada. 

“Leli” Savoy había nacido en Gualeguaychú el 10 de abril de 1953, hija de Rafael Francisco Savoy y Odina Julieta Boffelli, y la tercera de cinco hermanos. Hace diez años sus restos fueron inhumados en el Cementerio Norte de Gualeguaychú, en el Espacio de la Memoria. Habían permanecido 38 años en el Cementerio Villegas de Isidro Casanova (Provincia de Buenos Aires), donde había sido enterrada como NN. Pero, gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense, se descubrió un acta del cementerio fechada el 5 de enero de 1977 que da cuenta del ingreso de diez NN muertos por impactos de balas. Entre ellos se pudo identificar el de “Leli” Savoy, que en el momento de su desaparición vivía en la ciudad de La Plata y cursaba su cuarto año de la carrera de Arquitectura.

“Quería compartir eso, nada más”, dijo, su hermanada, la semana pasada, en la puerta de la Dirección Departamental de Escuelas. Y, con la voz quebrada por la emoción, agregó: “En momentos en que el negacionismo existe, en memoria de ellas y en memoria de nuestros compañeros quería compartir este momento y esta información”. 

“Continuaremos su lucha”

“Despedimos a Olga Piedrabuena de Corfield, Madre de Plaza de Mayo de la ciudad de Gualeguaychú. Lo hacemos con honda tristeza, pero a la vez con un profundo reconocimiento a su ejemplo de lucha y convencidos de que junto a nuevos compañeros y compañeras continuaremos su lucha por la Memoria y su reclamo de Verdad y Justicia”, expresaron desde Agmer Gualeguaychú. 

“Olga es una de las Madres que desde los primeros años de la dictadura comenzaron a organizarse y salir a las calles y las plazas preguntando por sus hijos. Nadie le dio una respuesta, pero todo un pueblo acompañó y continúa su marcha. Olga Piedrabuena de Corfield, ¡presente!”, agregaron, en un comunicado oficial. 

“Su esperanza y su valentía nos inspiran”

Por su parte, desde el bloque de concejales del Partido Justicialista (PJ) expresaron un “profundo dolor” por la pérdida: “Su búsqueda incansable de su hijo Eduardo, desaparecido por la última dictadura militar, se extinguió hoy, pero su legado de lucha y esperanza permanece vivo”. 

“Olga fue una de las fundadoras de la emblemática organización de Derechos Humanos, símbolo de la resistencia contra la dictadura y la búsqueda incesante de justicia.  por los desaparecidos. Durante décadas, caminó con la foto de Eduardo en su pecho, exigiendo respuestas, verdad y memoria. Su voz, junto a la de sus compañeras, se alzó incansablemente en las calles, en los tribunales y en los organismos internacionales”, indicaron. Y remarcaron que “su lucha se convirtió en un faro de esperanza para miles de familias que también buscan a sus seres queridos”.

“Hoy, mientras el dolor por su partida nos embarga, honramos su legado y continuamos luchando por la búsqueda de la verdad, la memoria y la justicia. Su lucha, su esperanza y su valentía nos inspiran para seguir caminando, con la certeza de que la memoria de Olga, y de todas las Madres de Plaza de Mayo, perdurará para siempre”, cerraron desde el bloque legislativo.