El día que Gualeguaychú explotó con el carnaval de La Renga
La previa del recital de La Renga mostró una ciudad desbordada aunque sin incidentes. Los fanáticos acamparon en el Parque Unzué, la Costanera y en las principales plazas a la espera del show, mostrando su fidelidad por la banda de Mataderos.
Gualeguaychú descubrió ayer el “Fenómeno La Renga”, un fenómeno difícil de explicar pero absolutamente palpable. Cientos y cientos de fanáticos de todo el país, inclusive también de Uruguay, Chile y Paraguay, coparon la ciudad y disfrutaron a su manera de la previa al show que por la noche brindaron en el Corsódromo.
Desde bien temprano, los micros y combis empezaron a llegar a Gualeguaychú y se diseminaron por diferentes lugares. El Parque Unzupé fue el lugar preferido por aquellos que arribaron por la mañana y ya cerca del mediodía, el humo de los asados y la música de La Renga coparon la escena. Cual hinchada de fútbol, colgaron sus banderas para marcar presencia, en el Puente Méndez Casariego, en los veredones de la Costanera, en los árboles, cualquier lugar fue bueno para colgar los “trapos”.
Debajo de unos árboles que daban una buena sombra, Claudio, Lucas y Martín, oriundos de Ezpeleta, dialogaron con EL ARGENTINO. “Seguimos a la banda desde 2001 cuando los vimos por primera vez y desde ahí tratamos de no faltar nunca a un recital. Gualeguaychú nos queda cerca, vinimos en el auto y habíamos comprado las entradas hace como quince días en un local donde siempre venden para los recitales”, dijeron casi a coro. “La Renga tiene algo que no se puede explicar, hay que sentirlo y vivirlo. Vienen familias enteras a ver los shows, son una banda increíble”, sentenciaron, con un vaso grande de fernet en la mano.
Frente al Club Neptunia, un importante grupo de Campana se animaron con un asado para disfrutar de “una previa increíble”, según ellos mismos titularon. “Somos 14, vinimos en una combi que alquilamos, cosa de pegar la vuelta al toque del recital, nos queda cerca y no dudamos ni un instante cuando nos enteramos que tocaban en Gualeguaychú”, sostuvo Fabiana, que tiene un tatuaje del grupo en una de sus piernas. Carlos, su esposo, también con un tatuaje de La Renga en la espalda, expresó que “nosotros siempre que podemos viajamos a verlos, esta vez nos hicieron el aguante mis viejos que se quedaron con los nenes. Por ahora no nos animamos a traerlos a un recital, pero seguramente tendrán su bautismo renguero pronto”.
En el Parque Chico, frente a la cancha de Central y al Club Regatas, los micros y combis fueron ubicados para que pudieran salir sin problemas en el momento de arrimarse para el Corsódromo para el show. El propio jefe de Policía, Comisario Jorge Lázzari coordinó el operativo, donde se sintió la ausencia del personal de Tránsito que se encuentra en conflicto y no brindó servicios ayer.
Frente a la playa Papaya, cientos de fanáticos pugnaba por un lugar para poder ingresar a presenciar un show en vivo que hacía bailar a todos en el lugar. Cecilia y Patricia, oriundas de Grand Bourg vinieron en uno de los micros. “Compramos el paquete con pasaje y entrada, nos pareció copado porque es cerca. Gualeguaychú es hermoso, habíamos venido al carnaval hace dos veranos y ahora nos mandamos con La Renga”, dijeron las dos morochas, ambas ataviadas con jeans recortados y remeras negras, obviamente de La Renga.
El mismo panorama se vio en las cercanías del Corsódromo, donde desde horas tempranas los fanáticos de La Renga empezaron a hacer su propia vigilia. Los comercios del lugar aprovecharon para hacer “un adelanto del Carnaval”, como indicó Martín a EL ARGENTINO.
Con las banderas colgadas del alambre, cantando las canciones clásicas y con un clima festivo, “Los Mismos de Siempre”, tal cual se autodenominan los seguidores de la banda, armaron su propio carnaval.
Justamente en la Capital del Carnaval, la ciudad vivió un carnaval diferente, el inigualable carnaval que genera La Renga.
Desde bien temprano, los micros y combis empezaron a llegar a Gualeguaychú y se diseminaron por diferentes lugares. El Parque Unzupé fue el lugar preferido por aquellos que arribaron por la mañana y ya cerca del mediodía, el humo de los asados y la música de La Renga coparon la escena. Cual hinchada de fútbol, colgaron sus banderas para marcar presencia, en el Puente Méndez Casariego, en los veredones de la Costanera, en los árboles, cualquier lugar fue bueno para colgar los “trapos”.
Debajo de unos árboles que daban una buena sombra, Claudio, Lucas y Martín, oriundos de Ezpeleta, dialogaron con EL ARGENTINO. “Seguimos a la banda desde 2001 cuando los vimos por primera vez y desde ahí tratamos de no faltar nunca a un recital. Gualeguaychú nos queda cerca, vinimos en el auto y habíamos comprado las entradas hace como quince días en un local donde siempre venden para los recitales”, dijeron casi a coro. “La Renga tiene algo que no se puede explicar, hay que sentirlo y vivirlo. Vienen familias enteras a ver los shows, son una banda increíble”, sentenciaron, con un vaso grande de fernet en la mano.
Frente al Club Neptunia, un importante grupo de Campana se animaron con un asado para disfrutar de “una previa increíble”, según ellos mismos titularon. “Somos 14, vinimos en una combi que alquilamos, cosa de pegar la vuelta al toque del recital, nos queda cerca y no dudamos ni un instante cuando nos enteramos que tocaban en Gualeguaychú”, sostuvo Fabiana, que tiene un tatuaje del grupo en una de sus piernas. Carlos, su esposo, también con un tatuaje de La Renga en la espalda, expresó que “nosotros siempre que podemos viajamos a verlos, esta vez nos hicieron el aguante mis viejos que se quedaron con los nenes. Por ahora no nos animamos a traerlos a un recital, pero seguramente tendrán su bautismo renguero pronto”.
En el Parque Chico, frente a la cancha de Central y al Club Regatas, los micros y combis fueron ubicados para que pudieran salir sin problemas en el momento de arrimarse para el Corsódromo para el show. El propio jefe de Policía, Comisario Jorge Lázzari coordinó el operativo, donde se sintió la ausencia del personal de Tránsito que se encuentra en conflicto y no brindó servicios ayer.
Frente a la playa Papaya, cientos de fanáticos pugnaba por un lugar para poder ingresar a presenciar un show en vivo que hacía bailar a todos en el lugar. Cecilia y Patricia, oriundas de Grand Bourg vinieron en uno de los micros. “Compramos el paquete con pasaje y entrada, nos pareció copado porque es cerca. Gualeguaychú es hermoso, habíamos venido al carnaval hace dos veranos y ahora nos mandamos con La Renga”, dijeron las dos morochas, ambas ataviadas con jeans recortados y remeras negras, obviamente de La Renga.
El mismo panorama se vio en las cercanías del Corsódromo, donde desde horas tempranas los fanáticos de La Renga empezaron a hacer su propia vigilia. Los comercios del lugar aprovecharon para hacer “un adelanto del Carnaval”, como indicó Martín a EL ARGENTINO.
Con las banderas colgadas del alambre, cantando las canciones clásicas y con un clima festivo, “Los Mismos de Siempre”, tal cual se autodenominan los seguidores de la banda, armaron su propio carnaval.
Justamente en la Capital del Carnaval, la ciudad vivió un carnaval diferente, el inigualable carnaval que genera La Renga.
Por Daniel Serorena
EL ARGENTINO
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