El trabajo silencioso de la OPJ
O.P.J. se aboca a brindar asistencia y contención a mamás solteras, apoyo escolar a jóvenes y pensiones estudiantiles
Cuatro jóvenes estudiantes conviven en una cómoda casa ubicada en el Barrio Parma. Una mesa llena de libros, papeles y un diccionario son los elementos que enmarcan un espacio de estudio. Ellas son Anahí, Yoana, Tania y Ana Laura, casualmente las cuatro son de la ciudad de Larroque. Estas cuatro jóvenes tienen hoy la posibilidad de estudiar en Gualeguaychú porque pueden vivir en la Casa de Orientación para las Jóvenes, una amplia y acogedora residencia que cuenta con todas las comodidades que necesitan.
Las chicas colaboran con una suma mínima que es para cubrir los gastos de la residencia, suma que es mucho menor a lo que gastarían si viajaran todos los días desde Larroque a nuestra ciudad. “Estamos super bien y acá tenemos todas las comodidades, sólo trajimos la ropa y cualquier cosa que necesitamos llamamos a las integrantes de O.P.J. y ellas nos ayudan”, comentaron las estudiantes de Larroque.
Esta residencia estudiantil pertenece a O.P.J., tres de sus integrantes: Patricia Luján, “Lela” Bacigalupo y “Chinita” Oliva, se acercaron a la “casita”, ubicada en Rivadavia al 2100, para conversar con EL ARGENTINO. Ellas explicaron que la asociación forma parte una institución que existe a nivel internacional y que se llama Asociación Católica Internacional de Servicios a la Juventud Femenina (ACIJF). “Todas las integrantes somos mujeres que en el tiempo libre nos dedicamos a ayudar y colaborar con la asociación”, asegura Patricia López quien aclara que los cargos solo responden a los requisitos necesarios para la conformación de la asociación.
“La Casa de O.P.J. surgió a raíz de que en Gualeguaychú el abanico de posibilidades educativas se fue ampliando y había muchas chicas que no podían continuar con sus estudios porque no podían pagar las cuotas y los elevados alquileres, por eso se creó la residencia estudiantil”, explica “Chinita” Oliva.
Esta residencia estudiantil se pudo hacer con la cuota de los socios, que allá por el año ’90 eran muchos más y con el aporte de toda la comunidad que ayudó a través de las rifas y todas las comidas que se hicieron para ir construyendo la casa.
Patricia López asegura que “el objetivo de la institución es despertar la dignidad en las personas y consideramos que una manera de ser digno es a través de la educación y el trabajo”. Ellas informaron que las tres actividades centrales de O.P.J. son: las pensiones estudiantiles femeninas, la asistencia y contención a las mamás solteras y el apoyo escolar, actividad que se realiza en el Salón Comunitario de La Cuchilla. Esta actividad está a cargo de “Lela” Bacigalupo y se viene realizando desde hace dos años a raíz de una necesidad social puntual que captaron en la zona de La Cuchilla “la idea es despertar el interés en los jóvenes y darles la posibilidad de que continúen sus estudios”, destaca “Lela”.
Muchas de las mamás solteras a las que O.P.J. ayudó a lo largo de los años, terminaron sus estudios, hoy son profesionales y tienen una familia conformada.
La OPJ necesita de la colaboración de todos. A lo largo de los años la cantidad de socios ha disminuido y las necesidades sociales han aumentado, esto dificulta mucho la tarea si no se cuenta con la ayuda de la comunidad.
Además de no abundar los recursos económicos tampoco abundan los recursos humanos, por eso desde O.P.J. se convoca a todo aquél que quiera acercarse a colaborar con la institución. También invitan a profesionales de diversas áreas para poder hacer “gabinetes”, responder consultas o brindar charlas mensuales o semanales.
Una necesidad específica que tienen en este momento es la de dar clases de apoyo, una vez a la semana, de inglés, física y química y matemática en el Salón Comunitario de La Cuchilla.
Por consultas, colaboraciones o donaciones se pueden comunicar al 423243 o al siguiente mail: [email protected].
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