En noviembre estará terminado el primer Ecoparque de la provincia
Dentro de tres meses el Ecoparque comenzará a operar, justo a tiempo para el comienzo de la temporada estival 2015, donde la generación de residuos crece exponencialmente. Es la única instalación de su tipo en la provincia. El secreto de su éxito dependerá de la correcta separación de residuos en los domicilios.
Cada día ingresan cien toneladas de residuos al centro de disposición final, y se acumulan en las montañas de basura que luego son esparcidas con maquinaria pesadas. Al mismo tiempo un grupo de cooperativistas recorre el basural recolectando el material que podrán ser vendidos a la industria del reciclaje. Ellos trabajan con temperaturas extremas en verano e invierno, es una tarea netamente manual y las condiciones laborales son de riesgo al caminar por el basural.
Pero a partir del próximo verano todo podrá cambiar para los cooperativistas, porque con una inversión de 31 millones de pesos, el municipio logrará pronto resolver uno de los grandes problemas ambientales que tenía la ciudad que es el actual basural a cielo abierto.
Ahora al tener un manejo sustentable de los residuos, y automatizar el sistema de recuperación de materiales, para ser vendidos en la industria del reciclaje.
Ayer el intendente Juan José Bahillo, la directora de Medioambiente municipal Noelia Indart, concejales y funcionarios, recorrieron las instalaciones junto a la prensa local.
En la nueva planta de procesamiento, que está ubicada a unos 200 metros del viejo basural, los camiones compactadores ingresarán al predio a una balanza, para ser pesados, luego se dirigirán hasta la planta clasificadora, donde verterán su contenido en una fosa, para dar inicio a la clasificación.
“Esta es una obra civil que contempla oficinas, baños y refugios para el persona que opere la balanza, permitirá pesar los camiones que ingresan al predio y con qué peso salen los vehículos que llevan el material a reciclar”, explicó a EL ARGENTINO Maximiliano Guzmán coordinador de obra de la firma EVA.
Los residuos orgánicos irán a parar al complejo de piletones compuesto por cinco módulos, para su biodegradación y tratamiento de los líquidos lixiviados. Las piletas están impermeabilizadas con dobles membrana en su piso y laterales para evitar que esos líquidos contaminantes producto de la descomposición de los residuos orgánicos contaminen las napas.
El complejo está siendo construido de noviembre del año pasado, y pese a la gran cantidad de días de lluvia que retrasaron la obra, la empresa que ganó la licitación EVA con domicilio en Buenos Aires, ya lleva un 60 por ciento de avance en su obra civil, y espera tener listo el Ecoparque en el mes de noviembre próximo.
El galpón donde funcionará la automatización del recupero de materiales a reciclar, ya está terminado y su maquinaria instalada. Se fijó como meta el mes de septiembre para comenzar con las pruebas de la maquinaria con el fin de hacer los ajustes necesarios en la planta de separación, que se espera triplique la capacidad de materiales recuperados con destino a la industria del reciclaje. En la actualidad, con los métodos manuales que se emplean solo se logra vender 25 toneladas mensuales de material reciclado.
A su vez la planta de separación cuenta con una chipeadora, que permite triturar los residuos producido por la poda, del área de Espacios Verdes o los que se generen en los domicilios. Al poder reducir este residuo orgánico servirá para producir compost con destino a la lombricultura y la producción de abono para los espacios verdes de la ciudad.
A mediano plazo el complejo podrá integrar a las 84 personas, que en la ciudad se ganan la vida recolectando residuos inorgánicos para el reciclaje.
En el comienzo trabajarán treinta operarios que en la actualidad integran la cooperativa “Manos a la obra” en la recuperación de materiales en la planta de separación de residuos ubicada en las instalaciones de Higiene Urbana en el Frigorífico.
El complejo de Costa Uruguay Sur, cuenta con baños, duchas, un comedor y oficinas administrativas. Es un enorme avance en mejorar la calidad de vida de los trabajadores del centro de disposición final, si se tiene en cuenta que desde que se creó a fines de los años 90 nunca tuvo agua potable y electricidad.
El complejo contará con cuatro pozos para el monitoreo de la calidad del agua de las napas, el viejo basural se tapará con diferentes capas de tierra y se colocarán dispositivos para el venteo del gas metano.
El compromiso ciudadano
De todos los generadores de residuos domiciliarios, solo el 63 por ciento de los frentistas hace la clasificación de residuos y el 75 por ciento está al tanto del programa. Aún queda un largo camino de concientización, debido a que los módulos donde irán depositados los residuos orgánicos, tendrán una vida útil de cinco años y su menor o mayor durabilidad dependerá del compromiso ciudadano de asegurar que los residuos lleguen lo más limpio posible a la planta clasificadora.
“La vida útil de los módulos (piletones) dependerá de cuánto enterremos, cuando mayor sea la clasificación, mayor será la vida útil del relleno”, explicó Noelia Indart.
El funcionamiento del complejo será costoso para los contribuyentes, porque requerirá de más operarios, más maquinarias, más camiones, pero como lo fue en su momento la erradicación de las areneras de la costa del Río Gualeguaychú, la construcción de la Laguna Sanitaria, la declorinación de los transformadores con PCB y ahora la construcción del Ecoparque, la comuna invierte hacia un futuro sustentable, e intenta consolidar un paradigma medioambiental que constituya un ejemplo en el país.
Pero a partir del próximo verano todo podrá cambiar para los cooperativistas, porque con una inversión de 31 millones de pesos, el municipio logrará pronto resolver uno de los grandes problemas ambientales que tenía la ciudad que es el actual basural a cielo abierto.
Ahora al tener un manejo sustentable de los residuos, y automatizar el sistema de recuperación de materiales, para ser vendidos en la industria del reciclaje.
Ayer el intendente Juan José Bahillo, la directora de Medioambiente municipal Noelia Indart, concejales y funcionarios, recorrieron las instalaciones junto a la prensa local.
En la nueva planta de procesamiento, que está ubicada a unos 200 metros del viejo basural, los camiones compactadores ingresarán al predio a una balanza, para ser pesados, luego se dirigirán hasta la planta clasificadora, donde verterán su contenido en una fosa, para dar inicio a la clasificación.
“Esta es una obra civil que contempla oficinas, baños y refugios para el persona que opere la balanza, permitirá pesar los camiones que ingresan al predio y con qué peso salen los vehículos que llevan el material a reciclar”, explicó a EL ARGENTINO Maximiliano Guzmán coordinador de obra de la firma EVA.
Los residuos orgánicos irán a parar al complejo de piletones compuesto por cinco módulos, para su biodegradación y tratamiento de los líquidos lixiviados. Las piletas están impermeabilizadas con dobles membrana en su piso y laterales para evitar que esos líquidos contaminantes producto de la descomposición de los residuos orgánicos contaminen las napas.
El complejo está siendo construido de noviembre del año pasado, y pese a la gran cantidad de días de lluvia que retrasaron la obra, la empresa que ganó la licitación EVA con domicilio en Buenos Aires, ya lleva un 60 por ciento de avance en su obra civil, y espera tener listo el Ecoparque en el mes de noviembre próximo.
El galpón donde funcionará la automatización del recupero de materiales a reciclar, ya está terminado y su maquinaria instalada. Se fijó como meta el mes de septiembre para comenzar con las pruebas de la maquinaria con el fin de hacer los ajustes necesarios en la planta de separación, que se espera triplique la capacidad de materiales recuperados con destino a la industria del reciclaje. En la actualidad, con los métodos manuales que se emplean solo se logra vender 25 toneladas mensuales de material reciclado.
A su vez la planta de separación cuenta con una chipeadora, que permite triturar los residuos producido por la poda, del área de Espacios Verdes o los que se generen en los domicilios. Al poder reducir este residuo orgánico servirá para producir compost con destino a la lombricultura y la producción de abono para los espacios verdes de la ciudad.
A mediano plazo el complejo podrá integrar a las 84 personas, que en la ciudad se ganan la vida recolectando residuos inorgánicos para el reciclaje.
En el comienzo trabajarán treinta operarios que en la actualidad integran la cooperativa “Manos a la obra” en la recuperación de materiales en la planta de separación de residuos ubicada en las instalaciones de Higiene Urbana en el Frigorífico.
El complejo de Costa Uruguay Sur, cuenta con baños, duchas, un comedor y oficinas administrativas. Es un enorme avance en mejorar la calidad de vida de los trabajadores del centro de disposición final, si se tiene en cuenta que desde que se creó a fines de los años 90 nunca tuvo agua potable y electricidad.
El complejo contará con cuatro pozos para el monitoreo de la calidad del agua de las napas, el viejo basural se tapará con diferentes capas de tierra y se colocarán dispositivos para el venteo del gas metano.
El compromiso ciudadano
De todos los generadores de residuos domiciliarios, solo el 63 por ciento de los frentistas hace la clasificación de residuos y el 75 por ciento está al tanto del programa. Aún queda un largo camino de concientización, debido a que los módulos donde irán depositados los residuos orgánicos, tendrán una vida útil de cinco años y su menor o mayor durabilidad dependerá del compromiso ciudadano de asegurar que los residuos lleguen lo más limpio posible a la planta clasificadora.
“La vida útil de los módulos (piletones) dependerá de cuánto enterremos, cuando mayor sea la clasificación, mayor será la vida útil del relleno”, explicó Noelia Indart.
El funcionamiento del complejo será costoso para los contribuyentes, porque requerirá de más operarios, más maquinarias, más camiones, pero como lo fue en su momento la erradicación de las areneras de la costa del Río Gualeguaychú, la construcción de la Laguna Sanitaria, la declorinación de los transformadores con PCB y ahora la construcción del Ecoparque, la comuna invierte hacia un futuro sustentable, e intenta consolidar un paradigma medioambiental que constituya un ejemplo en el país.
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