Es preocupante la falta de combustibles en la ciudad, en la provincia y en gran parte del país
La falta de combustible en las estaciones de servicios ha sido el tema que más preocupación generó en la jornada de ayer, incluso desplazó a la inflación y al precio del dólar que venían marcando la agenda económica.
En las estaciones de servicios locales las cargas son restringidas: la que más comercializa lo hace si el surtidor no supera los 5.000 pesos; las demás venden en cuotas menores, si es que venden.
Así, en toda la ciudad, pero también en la provincia y a lo largo y a lo ancho del país, las estaciones de servicio repiten el mismo discurso: tiene problemas para llegar al final del día con combustible suficiente como para satisfacer a la demanda.
El problema se genera en el ritmo cansino al que avanzan los precios en el surtidor, lo que genera grandes diferencias significativas de precios entre las distintas marcas y vuelca el peso de la demanda a las más baratas, según la explicación a la que accedió EL ARGENTINO por parte de la Cámara de Estaciones de Combustibles y Anexos de Entre Ríos. A eso se le debe agregar las dificultades para importar, aunque este punto fue resuelto en las últimas horas de la tarde de ayer.
Lo otro que está sucediendo es una dinámica propia de la incertidumbre: los automovilistas buscan llenar el tanque y de ese modo anticiparse a posibles nuevos aumentos y, en otros casos, por directamente por temor de quedarse sin combustible. Ese combo tensiona la libre relación entre oferta y demanda.
Hace cinco días la petrolera YPF aumentó hasta 5 por ciento sus precios en surtidor, tanto para naftas como para combustible diésel. La suba se justificó para responder a uno de los problemas habituales que sufre la petrolera cuyo paquete accionario tiene al Estado como principal titular. Y eso es que al sostener el precio más bajo del mercado suele verse abrumada por la demanda y tener que ajustar sus precios para reducir su cuota de mercado.
El aumento de esta semana, sin embargo, le hizo pocos favores en ese sentido a YPF. Según fuentes del mercado, algunas de las empresas competidoras aprovecharon las subas del 3 por ciento al 5 por ciento que aplicó la petrolera a su tarifario para responder, de inmediato, con subas del 7 al 8 por ciento. La brecha de precios, más allá de los aumentos, creció.
A eso se suman problemas para importar. En estas horas, el sector sigue con atención la suerte de tres barcos que esperan entrar Dock Sud para descargar combustible necesario para el abastecimiento del mercado local. Pero, luego deberá ser distribuido y eso demandará un par de días.
“La situación de faltantes se ve a lo largo y a lo ancho del país. No existe la cantidad de producto suficiente para cubrir esa demanda, porque las petroleras les imponen cupos a las estaciones”, reflejó a Infobae Carlos Gold, ex presidente y actual secretario de Relaciones Institucionales de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha).
“En épocas normales las compañías entregan el producto refinado localmente que es el 80 por ciento de la demanda y el resto entregan combustible importado. Ese 20 por ciento que se importa no se está volcando al mercado porque hay problemas con la nacionalización de los barcos, no están apareciendo las divisas que necesitan las petroleras para pagarlo. Entonces no se puede cubrir la totalidad de la demanda”, explicó el dirigente empresario.
Garantizar la importación
La secretaria de Energía, Flavia Royon, recibió ayer al mediodía a las principales operadoras de combustibles del país para analizar los problemas de abastecimiento que en los últimos días registraron en el sector.
En el encuentro se acordó la importación de 10 barcos de combustible para normalizar el suministro y se estableció que se van a terminar las paradas técnicas en los próximos diez días, lo que aumentará la capacidad de refinado de las principales refinerías del país, lo cual solucionará recién en los próximos días los faltantes.
Además, se concluyó que el suministro estará garantizado, para llevar “tranquilidad a la población de que no habrá desabastecimiento y desalentar maniobras especulativas”.
De la reunión en la cartera de Energía participaron Pablo González (presidente de YPF), Martín Urdapilleta (gerente general de Trafigura), Marcos Bulgheroni (CEO de Pan American Energy) y Andrés Cavallari (CEO de Raízen Argentina).
Entre los ejes del encuentro, los directivos detallaron que se registró una mayor demanda en los últimos días, con incrementos de hasta el 15 por ciento respecto del mismo mes del año pasado. Esto también obedeció a una mayor actividad, dado que hubo un fin de semana que marcó un récord en materia turística en todo el país.
Por otra parte, destacaron la mayor actividad del campo, pues el sector agropecuario está necesitado de combustible para la siembra, mientras que en octubre no fue ajeno el factor elecciones: durante el fin de semana (comicios generales) hubo consumos inusuales, alentado por una expectativa de una devaluación en algunas provincias.
En este sentido, Raizen informó acerca de un récord de procesamiento de combustibles, así como altos niveles de utilización de la capacidad de refino en el país, mientras que desde Axion señalaron la posibilidad de aumentar el volumen de refinación.
Incertidumbre
En toda la ciudad –pero ocurre en cada localidad de la provincia- las estaciones de servicio manifiestan tener problemas para llegar al final del día con combustible suficiente como para satisfacer a la demanda.
Por su parte, EL ARGENTINO accedió a la declaración realizada por la Confederación, Federaciones, Asociaciones y Cámaras de todo el país, que alertan sobre el agravamiento en la provisión de combustibles y que tiene fecha de ayer, viernes 27 de octubre.
“Ante los crecientes problemas en la provisión de combustibles a las estaciones de servicio del país por parte de todas las compañías petroleras, que son de público y notorio conocimiento, la Confederación, Federaciones, Asociaciones y Cámaras representativas del sector, informamos:
1) Que en los últimos tiempos se vienen profundizando los problemas de abastecimiento en las redes de estaciones de servicio de todas las petroleras. Lo que se inició con quiebres dispersos de stock en regiones o zonas puntuales, se ha ido generalizando rápidamente con mayor intensidad a todos los productos, a lo largo y lo ancho del país, generando zozobra en nuestra actividad y complicaciones a los consumidores.
2) Que las Estaciones de Servicio no tenemos injerencia en la falta de una adecuada provisión de combustibles. Nuestra actividad consiste en poner a disposición de los clientes, la totalidad del volumen en nuestros establecimientos, viéndonos ahora imposibilitados de disponer de las cantidades necesarias por factores totalmente ajenos a nosotros. Ello pone en jaque la supervivencia de nuestros negocios y hace que los consumidores deban trasladarse entre distintas estaciones de servicio para lograr abastecerse del combustible necesario.
3) Que solicitamos al Gobierno Nacional arbitrar las medidas conducentes a regularizar la situación planteada, adoptando todos los medios a su alcance, que permitan a las petroleras regularizar el abastecimiento de las estaciones de servicio.
“Todos necesitamos combustible y en estos momentos no hay el suficiente para atender a la demanda. Urge una pronta solución”, cierra el comunicado de prensa que por Entre Ríos firma la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha).
Inspecciones sorpresivas
Los estacioneros alzaron su voz para desmentir la acusación de ser los culpables de la falta de naftas y gasoil en el país, argumentando que están siendo injustamente imputados por una situación que escapa a su control.
En Entre Ríos y regiones cercanas se convirtieron en el centro de esta controversia. En los últimos días, inspectores de Defensa del Consumidor realizaron auditorías en los establecimientos de combustible sin autorización previa, alegando que las Estaciones de Servicio se niegan a vender porque especulan en la posibilidad de que los precios suban.
Esta acción desencadenó la indignación de la Confederación de Expendedores de Combustibles de la provincia (CECAER), que hizo público su repudio contra la postura del gobierno provincial.
En este contexto, Julio Asencio, un empresario PyME del sector, expresó en diálogo con el portal “surtidores”, su preocupación y frustración ante la “confusión por parte de las autoridades”.
El dirigente de la entidad, señaló que los expendedores de combustibles no tienen responsabilidad en la cantidad de litros disponibles para la venta, dado que enfrentan restricciones de entrega impuestas por las petroleras.
Además, aseveró que el congelamiento de precios y la escasez de dólares han generado distorsiones en el mercado, lo que afecta gravemente a las Estaciones de Servicio que no pueden satisfacer la demanda y se ven limitadas en la actualización de precios al público, lo que afecta su capital de trabajo diariamente.
Esta situación se tornó aún más compleja para los estacioneros, ya que deben lidiar con el enojo y la ira de los clientes que no encuentran una solución al problema de abastecimiento. Asencio denunció que no solo tuvieron que enfrentarse a inspectores, a los cuales se refirió como una “patota”, sino que también sus empleados fueron víctimas de agresiones verbales e incluso intentos de violencia física, por parte de los clientes que deben esperar en largas filas o recorrer varias operadoras para conseguir combustible.
Al respecto, la CECAER afirmó que el caso de Asencio no está aislado y se ha repetido en diversas Estaciones de Servicio de Entre Ríos. Tras reunirse para analizar la situación, los directivos aseguraron que “el gobierno, en lugar de culpar a las Estaciones de Servicio, debería abordar las políticas que han generado la escasez de combustible en Argentina”.
Los estacioneros esperan que las autoridades tomen medidas adecuadas para solucionar este problema que afecta a toda la sociedad y que se evite estigmatizar injustamente a un sector que se esfuerza por mantener sus puertas abiertas a pesar de las dificultades.