Gualeguaychú será la primera ciudad en la provincia en erradicar un asentamiento
La lluvia, según el contexto, tiene la benevolencia –por ejemplo- de aquel que la recibe como un Don porque regará los campos que acunan la siembra. Para otros, la lluvia es una visita indeseada porque no tiene mínimas condiciones para guarecerse.
Aquí, lo bueno y lo malo no es intrínseco sino que depende del contexto.
La lluvia indeseada despide por estos días a los vecinos del asentamiento Primero de Mayo y Montana que están preparando sus últimos bolsos para mudarse al barrio de Costa Uruguay Sur y al barrio de bulevar De María y San Juan. Se trata de la misma lluvia que en esos predios riega por estas horas las huertas que ya están expresando su mayor esplendor.
El miércoles será un día histórico para Gualeguaychú: 94 familias que hoy viven en el asentamiento de Montana y 1° de Mayo, no sólo contarán con una vivienda propia digna sino que también con una extensión de tierra destinada a la producción hortícola con galpones productivos con el fin de generar micro emprendimientos que permitan ganarse el sustento diario.
En rigor, 54 familias se mudarán a Costa Uruguay Sur y otras cuarenta al bulevar De María y San Juan.
Esto se canalizará a través del Programa de Desarrollo de la Infraestructura Social de Entre Ríos (1). Techo, pan y trabajo, todo bajo el soporte de la educación integral. De eso se trata y por eso se reconoce a esta iniciativa como una experiencia fundante, que bien puede escribirse diciendo que en el principio hay oportunidad.
Octubre de 2008 fue un mes difícil para la comunidad: las primeras familias se radicaban como podían en el asentamiento de bulevar Montana y 1º de Mayo. Una imagen dolorosa que interpeló a toda la sociedad, porque frente a la pobreza nadie puede quedar indiferente. Luego se fueron agregando más ranchos construido con trozos de madera costanera, plásticos y cartones, en medio de una pobreza extrema y en condiciones socio ambientales más parecidas a un infierno que a una vida en sociedad.
La falta de urbanización de la villa y de perspectivas de futuro generó violencia y a lo largo de los años estigmatizó a esas familias que prácticamente lo habían perdido todo, aunque en rigor nunca pudieron acceder a casi nada.
Cientos de niños tuvieron al barro y a una zanja a cielo abierto como el patio para sus juegos, sin sanitario ni mínimas comodidades para la higiene personal… y el hacinamiento que asfixia a cualquier familia.
En estos días, las 94 familias palpitan más que nunca que están frente a un cambio esencial: saben que en Costa Uruguay Sur y bulevar de María y San Juan, los espera una nueva oportunidad para dejar atrás ese infierno y comenzar a vivir en una tierra prometida.
La iniciativa
La Unidad Ejecutora de Programas Especiales está dirigida por Daniel Irigoyen. Ex intendente de Gualeguaychú y senador departamental con mandato cumplido, Irigoyen es reconocido por propios y extraños como un gran gestor de viviendas. Antecedentes como el Mil Viviendas en Gualeguaychú es ineludible a la hora de establecer una coordenada en esta materia.
Pero en la actual gestión del gobernador Sergio Urribarri, Entre Ríos dará este miércoles un paso gigantesco que podría ser un hito incluso a nivel nacional: a los asentamientos o a las villas se las puede urbanizar, pero también ofrecer un medio semi rural como alternativa para completar el circuito de una mejor calidad de vida.
Esta iniciativa se canalizó a través del Programa Federal de vivienda y mejoramiento del hábitat para pueblos originarios y rurales, y en Entre Ríos además de erradicar los asentamientos se le agrega una unidad de producción para generar micro emprendimientos.
El intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, expresó a EL ARGENTINO: “No son paredes las que vamos a inaugurar. Son proyectos de vida que se están construyendo” y agregó: “El Estado no puede tratar por iguales a quienes son desigual”, en clara referencia de que se necesita más Estado para quienes no tienen casi nada.
En ese marco recordó: “El 15 de diciembre de 2012 en la Guardería Nazareth tuvimos la primera reunión con los vecinos del asentamiento donde compartimos esta iniciativa. Claro que hubo incredulidad, pero también muchas expectativas porque el sueño era grande”.
El 2 de enero 2013 Bahillo e Irigoyen formalizaron el anuncio oficial y desde entonces este proyecto fue gestionado de manera especial. “Seremos testigos y protagonista al mismo tiempo, porque es indudable que se dejará una huella importante: se trata de una gestión que reivindica a la política como experiencia para la transformación de la sociedad”.
“Los asentamientos son una imagen que nos duele. Pero no nos hemos quedamos en ese dolor, sino que lo hemos transformamos junto a los vecinos en esperanzas”, dijo Bahillo.
“Siento que con esta realidad, Gualeguaychú es un poco más justa e igualitaria, porque expresa ese espíritu solidario que tanto la ha caracteriza a lo largo de toda su historia”, valoró para agregar: “Frente al dolor de la injusticia social, nadie puede ser indiferente”.
En ese marco, recordó que el nuevo barrio lleva como nombre La Toto, “en memoria de María Isabel Méndez Casariego de Irigoyen, que fue la madre de Daniel Irigoyen, pero esencialmente la fundadora de la Guardería Nazareth y una abanderada de los que menos tienen”. La memoria sirve para avanzar.
Techo y trabajo
Cada vivienda cuenta de tres a cinco habitaciones, de acuerdo a las necesidades de cada familia, y a su vez posee un terreno de mil metros cuadrados destinado a huertas y granja. El objetivo es que el excedente de esa producción pueda ser comercializado en la ciudad a través de una feria o como los futuros productores dispongan.
Para garantizar el éxito de la producción hortícola, la agencia del INTA Gualeguaychú se trasladó con todo su equipo de profesionales hasta el barrio de Costa Uruguay Sur. No se trata solamente de una oficina, sino de una tarea educativa a cielo abierto donde el surco es el pizarrón y el trabajo su contenido. Aprender a trabajar la tierra, ser agradecidos porque de su vientre nacerán los alimentos también es parte de esta experiencia que tiene a los vecinos del asentamiento como protagonistas.
El proyecto productivo está a cargo del ingeniero agrónomo y titular del INTA de Ibicuy, Hugo Benavídez. Él lo explica de manera más pedagógica: “El objetivo es generar actividades de granja, pero la base es el programa Pro huerta que tiene que ver con frutas, hortalizas y gallinas ponedoras”. (2)
Para los profesionales del INTA también es una experiencia nueva y un desafío. Ellos son parte de esta propuesta que puede ser sintetizada como un cambio cultural que deberán hacer dos generaciones que nunca gozaron de un trabajo estable en el mercado laboral.
Irigoyen lo explica del siguiente modo: “No se trata solamente de una ayuda social, sino de crear hábitos y disciplina, porque todo emprendimiento productivo requiere de esas dos condiciones”.
El barrio se inaugurará este miércoles y las viviendas se entregarán al día siguiente, pero las capacitaciones vienen realizándose desde hace por lo menos un año y medio. Quien haya visitado Costa Uruguay Sur, habrá apreciado que a la par de que se levantaban las paredes, había hombres y mujeres con azada y palas en mano aprendiendo huertas.
De la necesidad al derecho
Quien deja atrás la calle Irazusta en la zona sur de la ciudad, se encontrará atravesando el Arroyo El Cura. El ejido municipal queda atrás para ingresar a la Junta de Gobierno de Costa Uruguay Sur. El camino de ripio ya anticipa el medio rural.
Esta nueva barriada se encuentra en un predio de 22 hectáreas, que está perimetrado con alambre olímpico. Además de cada vivienda con su terreno, los vecinos contarán con una chacra de casi seis hectáreas para producción comunitaria de alimentos y cuyo excedente podrá ser comercializado en ferias verdes.
No todo es lineal y ya se avizoran algunos conflictos potenciales: por ejemplo, con las fumigaciones con agrotóxicos que realizan los campos vecinos. La convivencia nunca será una tarea fácil, pero siempre requerirá de facilitaciones.
Como se apuntó, el barrio de “La Toto” –y en menor medida el de Bulevar De María y San Juan- están llamados a ser ejemplo a nivel nacional. Todo dependerá ahora de cómo se implementen las unidades productivas.
A diferencia de Costa Uruguay Sur, en el barrio de Bulevar de María, los terrenos son más pequeños y por eso la producción se concentrará en dos vectores: la actividad hortícola y la floricultura.
Pero los dos barrios tendrán mucho en común: por ejemplo, contarán con una infraestructura para la producción de bloques de ladrillos, de muebles de aluminio y aberturas. Así, Gualeguaychú pondrá en funcionamiento su poderosa red de entidades e instituciones públicas y privadas. En el siglo XXI no articular una red social no es una carencia, sino una omisión. Por eso, a la Unidad Ejecutora de Programas Especiales, se le debe sumar el esfuerzo de la Agencia del INTA y en un segundo paso casi inmediato se requerirá de los servicios del Senasa, del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y los aportes de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uner), a través de la Facultad de Bromatología con sus dos escuelas: la de Nutrición y Bromatología.
Quien ingrese al Barrio de Costa Uruguay Sur se encontrará con un enorme cartel que refleja una frase de Evita: “Donde existe una necesidad nace un derecho”. El desafío será comprender que cuando hay un derecho satisfecho, debe existir una obligación ciudadana.
Referencias
1) El 17 de enero de 2013 se creó el programa Prodiser con el objeto de promover la construcción de viviendas sociales y la ejecución de obras y actividades conexas a las mismas, destinadas a la población vulnerable, de escasos recursos y carentes de vivienda digna de Entre Ríos. Esta iniciativa es financiada a través del Fondo para la Infraestructura Social de Entre Ríos que se integra con los recursos que dispongan el Estado Nacional, provincial y los Estados Municipales y sus organismos pertinentes, y principalmente con la recaudación neta del impuesto a la transmisión gratuita de bienes.
2) EL ARGENTINO, 4 de octubre de 2014.
La lluvia indeseada despide por estos días a los vecinos del asentamiento Primero de Mayo y Montana que están preparando sus últimos bolsos para mudarse al barrio de Costa Uruguay Sur y al barrio de bulevar De María y San Juan. Se trata de la misma lluvia que en esos predios riega por estas horas las huertas que ya están expresando su mayor esplendor.
El miércoles será un día histórico para Gualeguaychú: 94 familias que hoy viven en el asentamiento de Montana y 1° de Mayo, no sólo contarán con una vivienda propia digna sino que también con una extensión de tierra destinada a la producción hortícola con galpones productivos con el fin de generar micro emprendimientos que permitan ganarse el sustento diario.
En rigor, 54 familias se mudarán a Costa Uruguay Sur y otras cuarenta al bulevar De María y San Juan.
Esto se canalizará a través del Programa de Desarrollo de la Infraestructura Social de Entre Ríos (1). Techo, pan y trabajo, todo bajo el soporte de la educación integral. De eso se trata y por eso se reconoce a esta iniciativa como una experiencia fundante, que bien puede escribirse diciendo que en el principio hay oportunidad.
Octubre de 2008 fue un mes difícil para la comunidad: las primeras familias se radicaban como podían en el asentamiento de bulevar Montana y 1º de Mayo. Una imagen dolorosa que interpeló a toda la sociedad, porque frente a la pobreza nadie puede quedar indiferente. Luego se fueron agregando más ranchos construido con trozos de madera costanera, plásticos y cartones, en medio de una pobreza extrema y en condiciones socio ambientales más parecidas a un infierno que a una vida en sociedad.
La falta de urbanización de la villa y de perspectivas de futuro generó violencia y a lo largo de los años estigmatizó a esas familias que prácticamente lo habían perdido todo, aunque en rigor nunca pudieron acceder a casi nada.
Cientos de niños tuvieron al barro y a una zanja a cielo abierto como el patio para sus juegos, sin sanitario ni mínimas comodidades para la higiene personal… y el hacinamiento que asfixia a cualquier familia.
En estos días, las 94 familias palpitan más que nunca que están frente a un cambio esencial: saben que en Costa Uruguay Sur y bulevar de María y San Juan, los espera una nueva oportunidad para dejar atrás ese infierno y comenzar a vivir en una tierra prometida.
La iniciativa
La Unidad Ejecutora de Programas Especiales está dirigida por Daniel Irigoyen. Ex intendente de Gualeguaychú y senador departamental con mandato cumplido, Irigoyen es reconocido por propios y extraños como un gran gestor de viviendas. Antecedentes como el Mil Viviendas en Gualeguaychú es ineludible a la hora de establecer una coordenada en esta materia.
Pero en la actual gestión del gobernador Sergio Urribarri, Entre Ríos dará este miércoles un paso gigantesco que podría ser un hito incluso a nivel nacional: a los asentamientos o a las villas se las puede urbanizar, pero también ofrecer un medio semi rural como alternativa para completar el circuito de una mejor calidad de vida.
Esta iniciativa se canalizó a través del Programa Federal de vivienda y mejoramiento del hábitat para pueblos originarios y rurales, y en Entre Ríos además de erradicar los asentamientos se le agrega una unidad de producción para generar micro emprendimientos.
El intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, expresó a EL ARGENTINO: “No son paredes las que vamos a inaugurar. Son proyectos de vida que se están construyendo” y agregó: “El Estado no puede tratar por iguales a quienes son desigual”, en clara referencia de que se necesita más Estado para quienes no tienen casi nada.
En ese marco recordó: “El 15 de diciembre de 2012 en la Guardería Nazareth tuvimos la primera reunión con los vecinos del asentamiento donde compartimos esta iniciativa. Claro que hubo incredulidad, pero también muchas expectativas porque el sueño era grande”.
El 2 de enero 2013 Bahillo e Irigoyen formalizaron el anuncio oficial y desde entonces este proyecto fue gestionado de manera especial. “Seremos testigos y protagonista al mismo tiempo, porque es indudable que se dejará una huella importante: se trata de una gestión que reivindica a la política como experiencia para la transformación de la sociedad”.
“Los asentamientos son una imagen que nos duele. Pero no nos hemos quedamos en ese dolor, sino que lo hemos transformamos junto a los vecinos en esperanzas”, dijo Bahillo.
“Siento que con esta realidad, Gualeguaychú es un poco más justa e igualitaria, porque expresa ese espíritu solidario que tanto la ha caracteriza a lo largo de toda su historia”, valoró para agregar: “Frente al dolor de la injusticia social, nadie puede ser indiferente”.
En ese marco, recordó que el nuevo barrio lleva como nombre La Toto, “en memoria de María Isabel Méndez Casariego de Irigoyen, que fue la madre de Daniel Irigoyen, pero esencialmente la fundadora de la Guardería Nazareth y una abanderada de los que menos tienen”. La memoria sirve para avanzar.
Techo y trabajo
Cada vivienda cuenta de tres a cinco habitaciones, de acuerdo a las necesidades de cada familia, y a su vez posee un terreno de mil metros cuadrados destinado a huertas y granja. El objetivo es que el excedente de esa producción pueda ser comercializado en la ciudad a través de una feria o como los futuros productores dispongan.
Para garantizar el éxito de la producción hortícola, la agencia del INTA Gualeguaychú se trasladó con todo su equipo de profesionales hasta el barrio de Costa Uruguay Sur. No se trata solamente de una oficina, sino de una tarea educativa a cielo abierto donde el surco es el pizarrón y el trabajo su contenido. Aprender a trabajar la tierra, ser agradecidos porque de su vientre nacerán los alimentos también es parte de esta experiencia que tiene a los vecinos del asentamiento como protagonistas.
El proyecto productivo está a cargo del ingeniero agrónomo y titular del INTA de Ibicuy, Hugo Benavídez. Él lo explica de manera más pedagógica: “El objetivo es generar actividades de granja, pero la base es el programa Pro huerta que tiene que ver con frutas, hortalizas y gallinas ponedoras”. (2)
Para los profesionales del INTA también es una experiencia nueva y un desafío. Ellos son parte de esta propuesta que puede ser sintetizada como un cambio cultural que deberán hacer dos generaciones que nunca gozaron de un trabajo estable en el mercado laboral.
Irigoyen lo explica del siguiente modo: “No se trata solamente de una ayuda social, sino de crear hábitos y disciplina, porque todo emprendimiento productivo requiere de esas dos condiciones”.
El barrio se inaugurará este miércoles y las viviendas se entregarán al día siguiente, pero las capacitaciones vienen realizándose desde hace por lo menos un año y medio. Quien haya visitado Costa Uruguay Sur, habrá apreciado que a la par de que se levantaban las paredes, había hombres y mujeres con azada y palas en mano aprendiendo huertas.
De la necesidad al derecho
Quien deja atrás la calle Irazusta en la zona sur de la ciudad, se encontrará atravesando el Arroyo El Cura. El ejido municipal queda atrás para ingresar a la Junta de Gobierno de Costa Uruguay Sur. El camino de ripio ya anticipa el medio rural.
Esta nueva barriada se encuentra en un predio de 22 hectáreas, que está perimetrado con alambre olímpico. Además de cada vivienda con su terreno, los vecinos contarán con una chacra de casi seis hectáreas para producción comunitaria de alimentos y cuyo excedente podrá ser comercializado en ferias verdes.
No todo es lineal y ya se avizoran algunos conflictos potenciales: por ejemplo, con las fumigaciones con agrotóxicos que realizan los campos vecinos. La convivencia nunca será una tarea fácil, pero siempre requerirá de facilitaciones.
Como se apuntó, el barrio de “La Toto” –y en menor medida el de Bulevar De María y San Juan- están llamados a ser ejemplo a nivel nacional. Todo dependerá ahora de cómo se implementen las unidades productivas.
A diferencia de Costa Uruguay Sur, en el barrio de Bulevar de María, los terrenos son más pequeños y por eso la producción se concentrará en dos vectores: la actividad hortícola y la floricultura.
Pero los dos barrios tendrán mucho en común: por ejemplo, contarán con una infraestructura para la producción de bloques de ladrillos, de muebles de aluminio y aberturas. Así, Gualeguaychú pondrá en funcionamiento su poderosa red de entidades e instituciones públicas y privadas. En el siglo XXI no articular una red social no es una carencia, sino una omisión. Por eso, a la Unidad Ejecutora de Programas Especiales, se le debe sumar el esfuerzo de la Agencia del INTA y en un segundo paso casi inmediato se requerirá de los servicios del Senasa, del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y los aportes de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uner), a través de la Facultad de Bromatología con sus dos escuelas: la de Nutrición y Bromatología.
Quien ingrese al Barrio de Costa Uruguay Sur se encontrará con un enorme cartel que refleja una frase de Evita: “Donde existe una necesidad nace un derecho”. El desafío será comprender que cuando hay un derecho satisfecho, debe existir una obligación ciudadana.
Referencias
1) El 17 de enero de 2013 se creó el programa Prodiser con el objeto de promover la construcción de viviendas sociales y la ejecución de obras y actividades conexas a las mismas, destinadas a la población vulnerable, de escasos recursos y carentes de vivienda digna de Entre Ríos. Esta iniciativa es financiada a través del Fondo para la Infraestructura Social de Entre Ríos que se integra con los recursos que dispongan el Estado Nacional, provincial y los Estados Municipales y sus organismos pertinentes, y principalmente con la recaudación neta del impuesto a la transmisión gratuita de bienes.
2) EL ARGENTINO, 4 de octubre de 2014.
Por Nahuel Maciel
EL ARGENTINO
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