Opinión
Hacia el fin de la demagogia política
La situación macroeconómica está pasando por un momento difícil, corridas constante del dólar están consumiendo las reservas del Banco Central a un ritmo alarmante, la inflación sigue su escalada, el Gobierno no puede detener el déficit fiscal, y las medidas de bajar el gasto del Estado han sido insuficientes para lograr una reforma impositiva que abarate nuestro costo de vida.
Mientras tanto la clase política sigue discutiendo cuestiones del contexto y no de fondo que muestren gestos que acompañen a los sectores medios y obreros que son los que soportan el gran peso del ajuste.
Por un lado los oficialistas hacen alarde sobre la herencia kircherista que recibió este gobierno, y por el otro, la oposición que siempre tiene el peronómetro, alerta sobre la insensibilidad y la falta capacidad del equipo de Macri para sacar al país adelante.
Pero en el fondo la demagogia política es la que seguimos viendo cada vez que observamos a un diputado o senador hablar en los medios de comunicación.
La demagogia no es más que, falsas promesas que son populares pero difíciles de cumplir y otros procedimientos similares para convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de la propia ambición política.
Es tiempo que los ministros, senadores, diputados y concejales, anuncien un gesto de buena voluntad y decidan bajarse su sueldo entre un 20 al 30 por ciento y donar todo ese dinero a la asistencia social, que este invierno deberá hacer frente a necesidades de miles de familias que no tendrán qué comer y cómo calentarse. El esfuerzo debemos hacerlo entre todos, de lo contrario nuestros hijos vivirán en un país más pobre, con mayor inseguridad y desigualdad.
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