Opinión
Infracciones que pueden ser caóticas
Todos los días hay algo para marcar (y con fibrón rojo, para mala suerte de todos) respecto de tránsito en Gualeguaychú. Si no es que vemos automovilistas conduciendo y hablando por teléfono, es porque estacionan en la semi peatonal, o tapando una rampa, o la entrada a un garaje...
Cuando no se trata de algo de esto, damos cuenta de los que salen a la calle y a la ruta (la que une nuestra ciudad con Pueblo Belgrano, por ejemplo) sin luces de posición y apenas con un foco en condiciones en el frente del vehículo.
Ahora también debemos agregar (la lista que podríamos hacer con todas las observaciones hechas en esta columna es casi interminable) la casi usanza que está queriendo imponerse: la de quienes estacionan sobrepasando la línea que está pintada en el cordón de la vereda justamente, para indicar que ese es el límite.
Y este no es un comentario porque sí, ya que se está viendo con asiduidad a quienes dejan la rueda trasera del auto a la altura de esta línea, obligando a los peatones, en consecuencia, a cruzar ocupando parte de la calzada.
Esto se vuelve un problema cuando viene un auto de frente, que como se supone, debe esquivarlos.
¿Quién resultará culpable si ocurriera un siniestro?
La respuesta es obvia.
Lo que no lo es para nada, es la certeza que tienen los desaprensivos de que nunca va a suceder algo así.
O mejor dicho: que no provocarán un hecho absolutamente evitable.
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