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La escuelita del Vagón recibió una importante donación para mejoras edilicias
Se trata de un gesto solidario que la gualeguaychuense, Susana Silbodi, venía realizando hace años con la institución y que tras su fallecimiento, sus hijos decidieron continuar.
La conocida escuelita del Vagón, donde funciona por la mañana la escuela secundaria Nuestra Señora de Fátima y por la tarde la primaria San José, fue beneficiada por muchos años por Susana Silboldi, una mujer oriunda de la ciudad que hace años vivía en Estados Unidos y colaboraba económicamente con el establecimiento.
Ambas instituciones son de gestión privada pero no cobra aranceles a sus alumnos, por tal motivo no cuenta con ingresos de ningún tipo. Es así que tres veces al año los docentes y las autoridades organizan ventas de pastas para tener dinero para costos de limpieza, internet y demás gastos que puedan tener los colegios.
En este sentido, la parroquia Nuestra Señora de Fátima los ayuda con el pago de la luz. Es por esto que, los fondos que anualmente aportaba Susana Siboldi eran fundamentales para realizar mejorar edilicias.
Alicia Bianchi, apoderada legal de ambos establecimientos, contó a DIARIO EL ARGENTINO que la escuela fue mejorando estructuralmente a partir de las donaciones que hacía esta gualeguaychuense que falleció el año pasado.
“Susana tuvo un accidente en Julio del año pasado y para la navidad trajeron sus cenizas y vino toda la familia. Sus hijos, Patricio y Cinthia Ríos, se comprometieron a seguir colaborando con nosotros. Nos preguntaron que necesitábamos y les mandamos un listado de todo y nos mandaron el dinero para hacerlo”.
Con la donación de los hijos de Siboldi, la institución estuvo en obras desde enero hasta fines de agosto. A partir del dinero aportado, se logró revocar el tapial que rodea toda la escuela, se hizo un patio interno, se colocaron nuevos pisos en las aulas de la planta superior, se pintó todo el establecimiento, se hizo la cocina nueva, se construyó un patio central y se ensanchó la cancha de básquet.
Como la escuela cuenta con comedor, que diariamente alimenta a más de 70 chicos, también se lo puso en condiciones. Incluso se arreglaron las paredes de varios lugares del establecimiento que tenían humedad.
A modo de reconocimiento, en la institución se encuentra una placa que recuerda a Susana Siboldi: “Lo que hacemos por nosotros mismos muere con nosotros. Lo que hacemos por otros y el mundo permanece y es inmortal”.
La colaboración de Siboldi siempre fue desinteresada, en este sentido la apoderada resalta la importancia del gesto que tuvo esta gualeguaychuense: “A Susana lo único que le importaba eran los chicos, todo lo que ella aportaba era para que ellos estuvieran bien, estuvieran más cómodos, ya que si no tenían un espacio lindo y cómodo en sus casas, la escuela fuera ese lugar. Ese era su objetivo principal”.
Durante la visita de los hijos de Susana, se les mostro las instalaciones y el nieto de la benefactora se sorprendió al conocer la sala de computación, que dicho sea de paso no tiene conexión a internet. Las maquinas disponibles son muy viejas, es por esto que cuando regresó a Estados Unidos lo compartió con sus compañeros y logró juntar 18 notebooks marca Mac para donar. Sin embargo, al día de la fecha la institución no ha logrado ingresarlas al país por las políticas de importación.
A pesar de los obstáculos económicos que tiene la escuelita del vagón, tanto su directora Natalia Carreras, como la secretaria Jorgelina Benedetti, resaltan el recurso humano que tienen.
“La escuela es un espacio de contención para muchas familias. Nuestras familias son grandes familias, ellos están presentes. Y en tiempo de pandemia nos sorprendió como trabajaron, en lo que podían estaban presentes. En los actos escolares siempre está lleno. Eso demuestra que son chicos felices acá en la escuela”.
Quienes quieran colaborar con la institución pueden acercarse a Camila Nievas y Goldaracena tanto de mañana como de tarde.