La realidad local de los celíacos
Desde la sanción de la Ley de Celíaco a nivel nacional y provincial, el problema de quienes padecen celiaquía viene cobrando trascendencia y por ende se lo viene tratando con mayor fuerza.
Pero en Gualeguaychú, desde hace unos veinte años que existe un grupo de personas y profesionales que vienen trabajando para mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad y también de sumar aportes para facilitar el acceso a alimentos que son aptos para ellos.
En esta oportunidad, EL ARGENTINO dialogó con integrantes de ACELA Entre Ríos y de la Facultad de Bromatología para saber cómo es la realidad de quienes padecen esta enfermedad en la ciudad, cómo acceden a los alimentos, cuál es el costo de los mismos y si existe stock, entre otras cuestiones.
Susana Mostto, presidenta de ACELA Entre Ríos indicó a EL ARGENTINO: “nosotros fuimos pioneras en la provincia hace unos veinte años cuando comenzamos a trabajar, luego comenzaron a funcionar otros grupos pero fueron posteriores al nuestro”.
Según los datos que maneja ACELA, a nivel local hay más de 400 celíacos que han pasado por la institución. “Se sabe que hay una cantidad mayor diagnosticada pero manejan su dieta y no se acercan a la Asociación, lo que no es obligatorio sino voluntario”, destacó Susana.
A modo de ejemplo, Susana Mostto contó: “un día en el supermercado me encuentro con una caja de galletitas tipo surtidas que traía 120 grs. a un precio de 22 pesos –hace varios meses atrás. Yo en mi casa, hice las mismas galletitas surtidas con la misma presentación y saque por el mismo precio un kilo de galletitas”.
En este sentido, María Clara Melchiori –decana de la Facultad de Bromatología- añadió: “lo que yo observo y que creo es de destacar del trabajo de ACELA a nivel local y en el caso de Susana, por haberlo vivido de manera personal, es que se han dedicado a aprovechar los recursos, hacer los productos en su casa, a aprender a elaborar las recetas y todos los cuidados que hay que tener”.
En este punto, la decana de la Facultad de Bromatología señaló: “uno ve que en otras agrupaciones el énfasis está puesto en reclamar que haya más productos industrializados disponibles y por supuesto de bajo costo, lo que no está mal. Son posturas de los propios celíacos de enfrentar el problema de un modo diferente”, destacó y añadió que “la industria de los alimentos suple una necesidad que pasa por tener los alimentos cuando no se tiene tiempo de hacerlos y bienvenido que así sea. Pero a la hora de cuidar el dinero y planificar una dieta para la familia es importante lo que brinda ACELA”, concluyó María Clara.
En esta búsqueda de abaratar el precio de los alimentos que pueden consumir, desde la asociación realizan compras comunitarias de diferentes materias primas básicas para producir sus propios alimentos, que luego son ofrecidas a quienes asisten a los talleres que realizan. La Facultad posee también un molino en el que se hace la harina de arroz y también se usa para moler otros productos utilizados diversificar la alimentación de los celíacos.
En este sentido, Susana destacó que el celiaco o quien tiene familiares celíacos debe amigarse con la cocina y explicó que “la mayoría de los alimentos pueden hacer aptos para celíacos. Se pueden hacer ravioles, sorrentinos, empanadas, pizzas, tortas fritas, tortas e incluso pasteles de hojaldre; todo lo que se logra con harina de trigo se puede lograr con otro tipo harinas. Incluso con una proporción determinada de fécula de maíz, fécula de mandioca y harina de arroz se logra un producto terminado con una textura similar a la harina de trigo”, detalló Susana.
“Por supuesto que tiene su grado de dificultad, en cuanto a cómo se trabajan los ingredientes, las proporciones y cómo se agregan los líquidos, pero siempre se logra”, añadió.
En este marco, invitaron a todos los que padezcan esta enfermedad o tengan familiares o amigos celíacos a que se acerquen al Taller Itinerante de Cocina para Celíacos que se desarrolla en la Facultad de Bromatología (Presidente Perón y 25 de Mayo) todos los miércoles a partir de las 16. La actividad es gratuita y libre y allí no sólo aprenderán a cocinar alimentos sino que también pueden compartir su experiencia con el grupo.
Las acciones actuales
Susana Mostto, en representación de Asistencia al Celíaco de la Argentina (ACELA) y María Clara Melchiori, en representación de la UNER, participan actualmente del programa de Detección, Diagnóstico y Seguimiento de la Enfermedad Celíaca de la provincia de Entre Ríos, que depende del Ministerio de Salud de la Provincia.
Pero en la provincia de Entre Ríos existen grupos desde mucho antes de la creación de este programa y antes de la sanción de la Ley de Celíaco provincial o nacional.
“El programa en el que estamos participando cuenta con el aporte de distintos sectores, grupos de personas, asociaciones de distintas procedencia, profesionales y en el trabajo de campo nos damos cuenta de la diferencia de enfoques con la que hemos trabajado e incluso seguimos trabajando y eso se nota fuertemente”, destacó María Clara Melchiori.
“Desde este programa también se procura incentivar a la industria de los alimentos para que produzcan más productos apropiados para celíacos o que las producciones que ya se realizan, si su composición lo permite, se elaboren bajo prácticas de manufacturas seguras que signifique que no los van a contaminar. Se puede tener la mejor materia prima pero contaminarla en la línea de producción”, aclaró Melchiori.
ACELA tiene desde hace veinte años su sede en la facultad de Bromatología, donde posee libertad para usar los espacios de la institución, sobre todo la cocina. La universidad ha participado con proyectos de extensión universitaria o de voluntariado universitario, en diferentes acciones con ACELA, lo que significa contar con el financiamiento para las tareas.
Hay momentos en que ambas trabajan de manera conjunta y otros en que lo hacen por separado, pero sin duda es en el trabajo conjunto donde han surgido las mejores experiencias.
Por Rocío Fernández
EL ARGENTINO
En esta oportunidad, EL ARGENTINO dialogó con integrantes de ACELA Entre Ríos y de la Facultad de Bromatología para saber cómo es la realidad de quienes padecen esta enfermedad en la ciudad, cómo acceden a los alimentos, cuál es el costo de los mismos y si existe stock, entre otras cuestiones.
Susana Mostto, presidenta de ACELA Entre Ríos indicó a EL ARGENTINO: “nosotros fuimos pioneras en la provincia hace unos veinte años cuando comenzamos a trabajar, luego comenzaron a funcionar otros grupos pero fueron posteriores al nuestro”.
Según los datos que maneja ACELA, a nivel local hay más de 400 celíacos que han pasado por la institución. “Se sabe que hay una cantidad mayor diagnosticada pero manejan su dieta y no se acercan a la Asociación, lo que no es obligatorio sino voluntario”, destacó Susana.
Propuestas frente a los alimentos caros
El costo de los alimentos aptos para personas celíacas es elevado y muchas veces se torna inaccesible para quienes no poseen los medios necesarios para comprarlos. Esto hace difícil que muchos celíacos puedan cumplir con el tratamiento.A modo de ejemplo, Susana Mostto contó: “un día en el supermercado me encuentro con una caja de galletitas tipo surtidas que traía 120 grs. a un precio de 22 pesos –hace varios meses atrás. Yo en mi casa, hice las mismas galletitas surtidas con la misma presentación y saque por el mismo precio un kilo de galletitas”.
En este sentido, María Clara Melchiori –decana de la Facultad de Bromatología- añadió: “lo que yo observo y que creo es de destacar del trabajo de ACELA a nivel local y en el caso de Susana, por haberlo vivido de manera personal, es que se han dedicado a aprovechar los recursos, hacer los productos en su casa, a aprender a elaborar las recetas y todos los cuidados que hay que tener”.
En este punto, la decana de la Facultad de Bromatología señaló: “uno ve que en otras agrupaciones el énfasis está puesto en reclamar que haya más productos industrializados disponibles y por supuesto de bajo costo, lo que no está mal. Son posturas de los propios celíacos de enfrentar el problema de un modo diferente”, destacó y añadió que “la industria de los alimentos suple una necesidad que pasa por tener los alimentos cuando no se tiene tiempo de hacerlos y bienvenido que así sea. Pero a la hora de cuidar el dinero y planificar una dieta para la familia es importante lo que brinda ACELA”, concluyó María Clara.
En esta búsqueda de abaratar el precio de los alimentos que pueden consumir, desde la asociación realizan compras comunitarias de diferentes materias primas básicas para producir sus propios alimentos, que luego son ofrecidas a quienes asisten a los talleres que realizan. La Facultad posee también un molino en el que se hace la harina de arroz y también se usa para moler otros productos utilizados diversificar la alimentación de los celíacos.
¿Hay escasez?
Consultada acerca de si sufren la escasez de productos aptos para su dieta, Susana Mostto, señaló que la semana pasada consultó a las personas que asisten al taller sobre este tema y “todos dijeron que se consiguen las cosas”. “En la ciudad no hay escasez pero los productos industrializados son caros”, reconoció la presidenta de ACELA.En este sentido, Susana destacó que el celiaco o quien tiene familiares celíacos debe amigarse con la cocina y explicó que “la mayoría de los alimentos pueden hacer aptos para celíacos. Se pueden hacer ravioles, sorrentinos, empanadas, pizzas, tortas fritas, tortas e incluso pasteles de hojaldre; todo lo que se logra con harina de trigo se puede lograr con otro tipo harinas. Incluso con una proporción determinada de fécula de maíz, fécula de mandioca y harina de arroz se logra un producto terminado con una textura similar a la harina de trigo”, detalló Susana.
“Por supuesto que tiene su grado de dificultad, en cuanto a cómo se trabajan los ingredientes, las proporciones y cómo se agregan los líquidos, pero siempre se logra”, añadió.
En este marco, invitaron a todos los que padezcan esta enfermedad o tengan familiares o amigos celíacos a que se acerquen al Taller Itinerante de Cocina para Celíacos que se desarrolla en la Facultad de Bromatología (Presidente Perón y 25 de Mayo) todos los miércoles a partir de las 16. La actividad es gratuita y libre y allí no sólo aprenderán a cocinar alimentos sino que también pueden compartir su experiencia con el grupo.
Las acciones actuales
Susana Mostto, en representación de Asistencia al Celíaco de la Argentina (ACELA) y María Clara Melchiori, en representación de la UNER, participan actualmente del programa de Detección, Diagnóstico y Seguimiento de la Enfermedad Celíaca de la provincia de Entre Ríos, que depende del Ministerio de Salud de la Provincia.
Pero en la provincia de Entre Ríos existen grupos desde mucho antes de la creación de este programa y antes de la sanción de la Ley de Celíaco provincial o nacional.
“El programa en el que estamos participando cuenta con el aporte de distintos sectores, grupos de personas, asociaciones de distintas procedencia, profesionales y en el trabajo de campo nos damos cuenta de la diferencia de enfoques con la que hemos trabajado e incluso seguimos trabajando y eso se nota fuertemente”, destacó María Clara Melchiori.
“Desde este programa también se procura incentivar a la industria de los alimentos para que produzcan más productos apropiados para celíacos o que las producciones que ya se realizan, si su composición lo permite, se elaboren bajo prácticas de manufacturas seguras que signifique que no los van a contaminar. Se puede tener la mejor materia prima pero contaminarla en la línea de producción”, aclaró Melchiori.
ACELA tiene desde hace veinte años su sede en la facultad de Bromatología, donde posee libertad para usar los espacios de la institución, sobre todo la cocina. La universidad ha participado con proyectos de extensión universitaria o de voluntariado universitario, en diferentes acciones con ACELA, lo que significa contar con el financiamiento para las tareas.
Hay momentos en que ambas trabajan de manera conjunta y otros en que lo hacen por separado, pero sin duda es en el trabajo conjunto donde han surgido las mejores experiencias.
Por Rocío Fernández
EL ARGENTINO
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