Opinión
Las obreras de la solidaridad
Hoy es un día de reivindicaciones, reclamos y reconocimientos. Reinvidicaciones a todas las conquistas que tanto han costado a las mujeres, comenzando por el derecho a valerse por sí mismas.
Reclamos de políticas de estado que las respeten y con esto, las igualen a los varones.
Y reconocimientos a tantas líderes que pusieron el cuerpo y se atrevieron a desafiar el orden imperante.
Porque ¿qué otra cosa eran -o son- el patriarcado y el machismo oscurantista?
Planteado esto, vale hacer un reconocimiento a las mujeres que vemos todos los días, en distintos lugares, trabajos, ocupaciones, situaciones y circunstancias.
Y de manera especial, en esta columna, a las que con todas las horas del día ocupadas, distribuidas en el abanico de responsabilidades asumidas, se hacen un tiempo para los demás.
Integradas a cualquiera de las cientos de organizaciones de bien público que tenemos en Gualeguaychú, que sabemos que en su mayoría son conducidas por mujeres.
Estas son anónimas para quienes no tienen idea de lo que ellas hacen, pero vaya paradoja: cuánto se necesita que lo hagan.
Porque su servicio se multiplica en agradecimientos y entonces no importa cuánto se haya trabajado, cuántas horas se hayan robado al descanso, porque una y otra vez vuelve a triunfar la solidaridad.
Y esa es la fuerza que las mueve.
En el día de la mujer, entonces, detengámonos un minuto a pensar en cuántas de estas obreras de la solidaridad conocemos.
Y alegrémonos por tenerlas.
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