Los cambios en la costanera son muchos y se notan
Con el comienzo de la temporada alta, la calle San Lorenzo volvió a ser peatonal. La medida se adopta por el momento sólo las noches de los sábados, pero se anunció que podrá ampliarse.
La imagen que presenta la calle San Lorenzo los sábados por la noche, cuando se vuelve peatonal desde Bolívar a Del Valle es una muestra de lo necesario que era esta medida.
El sector gastronómico se beneficia al poder colocar mesas también al borde de la calzada y quienes optan por este servicio al aire libre, disfrutan sin el paso de automóviles que aunque lo hacían a marcha muy lenta, era una carga notable para esta zona.
La arquitecta Amalia Peroni, titular de la Secretaría de Planeamiento municipal, dijo a EL ARGENTINO que comenzó a implementarse esta modalidad en 2009, como prueba piloto.
“Era una prueba porque siempre hay resistencias a los cambios, pero la verdad es que nos sorprendió la aceptación que tuvo y la movida que se armó”, dijo aludiendo al turismo familiar que puede disfrutar una cena sin el inconveniente de los autos pasando al lado de la mesa.
Peroni remarcó que también este verano la peatonalización de la calle San Lorenzo se adopta solamente los sábados a la noche, “porque los días de semana, así como fuera de la temporada estival, la costumbre de la vuelta a la costanera se respeta porque es un paseo inamovible en Gualeguaychú”.
La funcionaria consignó que el acuerdo establecido con los comerciantes es que pueden colocar sólo una línea de mesas bajando la calzada, de manera de no entorpecer el paso de los caminantes y que se harán controles para preservar esta modalidad.
“El proyecto incluye incorporar a futuro las plazoletas, a las que se les hará un mejoramiento integral, interviniendo las veredas: a la ubicada del lado de la ciudad se le colocará pavimento articulado (tal como se hizo con el veredón de la costanera, de los obeliscos hacia el puerto), en tanto a la vereda que da al río se le quitará un metro para posibilitar el estacionamiento en 45 grados. Una vez resuelto esto, se convocará a los comerciantes a que coloquen mesas -en determinados días y horario- debajo de las pérgolas de manera de integrar este sector al que ya está funcionando”, adelantó Peroni agregando que de tener buen eco, la disposición de no permitir el paso vehicular podrá extenderse a viernes y domingos (siempre, claro, en temporada alta) “pero todo cambio debe ser progresivo”, insistió.
Más cambios
Con el trabajo de limpieza que se ha hecho en el balneario municipal, más las mejoras incorporadas, se ha logrado realzar un lugar pospuesto durante mucho tiempo.
El cambio se aprecia sin necesidad de ingresar, con la imagen que ofrece el sector de los obeliscos, delimitado y con una propuesta de mesas y livings con vista a la costanera.
Desde este lugar y hacia el puerto -como se dijo- no pasa desapercibido el mejoramiento de la vereda, ahora sí transitable sin riesgos.
Hacia el lado del puente Méndez Casariego, llama la atención el desnivel que une la Plaza de los amigos con la terraza de la costanera.
La funcionaria explicó “el proyecto original que teníamos en 2008, era unir estos dos puntos con la elevación de la calzada que, de paso, obliga a disminuir la velocidad al tránsito vehicular. La plaza quedaba perdida y de esta forma se une a la terraza y además, el cruce peatonal se vuelve más accesible en ese punto”.
Habiendo mencionado al puente, consultamos a Peroni sobre su estado y puesta a punto desde lo estético, a lo que respondió “se le va a realizar una limpieza comenzando con un arenado, un paso importante si pensamos que hace veinte años no se le hace nada” y en cuanto al puente alternativo para cruzar al parque Unzué, dijo escuetamente “primero nos vamos a abocar al que tenemos. Después seguiremos con el alternativo”.
El sector gastronómico se beneficia al poder colocar mesas también al borde de la calzada y quienes optan por este servicio al aire libre, disfrutan sin el paso de automóviles que aunque lo hacían a marcha muy lenta, era una carga notable para esta zona.
La arquitecta Amalia Peroni, titular de la Secretaría de Planeamiento municipal, dijo a EL ARGENTINO que comenzó a implementarse esta modalidad en 2009, como prueba piloto.
“Era una prueba porque siempre hay resistencias a los cambios, pero la verdad es que nos sorprendió la aceptación que tuvo y la movida que se armó”, dijo aludiendo al turismo familiar que puede disfrutar una cena sin el inconveniente de los autos pasando al lado de la mesa.
Peroni remarcó que también este verano la peatonalización de la calle San Lorenzo se adopta solamente los sábados a la noche, “porque los días de semana, así como fuera de la temporada estival, la costumbre de la vuelta a la costanera se respeta porque es un paseo inamovible en Gualeguaychú”.
La funcionaria consignó que el acuerdo establecido con los comerciantes es que pueden colocar sólo una línea de mesas bajando la calzada, de manera de no entorpecer el paso de los caminantes y que se harán controles para preservar esta modalidad.
“El proyecto incluye incorporar a futuro las plazoletas, a las que se les hará un mejoramiento integral, interviniendo las veredas: a la ubicada del lado de la ciudad se le colocará pavimento articulado (tal como se hizo con el veredón de la costanera, de los obeliscos hacia el puerto), en tanto a la vereda que da al río se le quitará un metro para posibilitar el estacionamiento en 45 grados. Una vez resuelto esto, se convocará a los comerciantes a que coloquen mesas -en determinados días y horario- debajo de las pérgolas de manera de integrar este sector al que ya está funcionando”, adelantó Peroni agregando que de tener buen eco, la disposición de no permitir el paso vehicular podrá extenderse a viernes y domingos (siempre, claro, en temporada alta) “pero todo cambio debe ser progresivo”, insistió.
Más cambios
Con el trabajo de limpieza que se ha hecho en el balneario municipal, más las mejoras incorporadas, se ha logrado realzar un lugar pospuesto durante mucho tiempo.
El cambio se aprecia sin necesidad de ingresar, con la imagen que ofrece el sector de los obeliscos, delimitado y con una propuesta de mesas y livings con vista a la costanera.
Desde este lugar y hacia el puerto -como se dijo- no pasa desapercibido el mejoramiento de la vereda, ahora sí transitable sin riesgos.
Hacia el lado del puente Méndez Casariego, llama la atención el desnivel que une la Plaza de los amigos con la terraza de la costanera.
La funcionaria explicó “el proyecto original que teníamos en 2008, era unir estos dos puntos con la elevación de la calzada que, de paso, obliga a disminuir la velocidad al tránsito vehicular. La plaza quedaba perdida y de esta forma se une a la terraza y además, el cruce peatonal se vuelve más accesible en ese punto”.
Habiendo mencionado al puente, consultamos a Peroni sobre su estado y puesta a punto desde lo estético, a lo que respondió “se le va a realizar una limpieza comenzando con un arenado, un paso importante si pensamos que hace veinte años no se le hace nada” y en cuanto al puente alternativo para cruzar al parque Unzué, dijo escuetamente “primero nos vamos a abocar al que tenemos. Después seguiremos con el alternativo”.
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