Los Centros de Salud Municipales recibieron la primavera
La Dirección de Salud, organizó el concurso “Salud en Primavera”, destinado a todos los Centros de Atención Primaria de la Salud (Caps).
La iniciativa consiste en compartir el trabajo en conjunto de los profesionales de los Centros y los vecinos, arreglando y decorando las dependencias del Caps y sus respectivas huertas y espacios de extensión comunitaria.
Un jurado integrado por periodistas y funcionarios municipales recorrieron ayer los Centros de Salud de los barios San Francisco, Munilla, Pueblo Nuevo y Villa María y hoy harán lo propio con Médanos, el CIC, el San Isidro y Suburbio Sur.
San Francisco
Recorrer las calles del barrio San Francisco es encontrarse con su mayor institución social, histórica y cultural: La parroquia San Francisco. Y es inevitable vincular el trabajo de salud de esta zona con la figura del Cura Gaucho, el padre Luis Jeannot Sueyro, el de la sonrisa eterna y la camperita gris.
El Barrio San Francisco se encuentra delimitado por la calle Boulevard Montana al Norte, Río Gualeguaychú al Este, Avenida Luis N. Palma al Sur y calle 1º de Mayo al Norte. Se trata de un territorio que si bien es vecino de la zona turística (Costanera Norte, Parque Unzué y diferentes tipo de alojamiento) y se encuentra muy cercano al centro histórico de la ciudad, es una zona postergada y con vecinos que encuentran en el Centro de Salud a un aliado incondicional para trabajar en la mejora de su calidad de vida.
Fue en 1984 y por iniciativa del Padre Jeannot Sueyro que se comienzan con algunas atenciones de salud en este barrio. Hoy el área programática alcanza a casi siete mil personas.
La huerta, el espantapájaros, quedarán para otro plano, dado que el mapa social invita a inclinar la cabeza hacia el lado de la reflexión. Es que en el Centro de Salud del Barrio San Francisco se respira en el ambiente “que el enfermo, el sufriente, es tierra sagrada”, como predicó el Cura Gaucho.
Barrio Munilla
Quien ingrese a la calle 3 de Caballería al Norte, o por Rubén Darío al Sur, o quien lo haga por Pellegrini al Oeste o Avenida Costanera por el Este, estará ingresando a los límites del mítico barrio Munilla, que comprende aproximadamente sesenta manzanas emblemáticas con sus historias de río e inundación.
El arroyo que le da nombre al barrio lo atraviesa casi como una cicatriz. Su nombre en rigor hace referencia a la antigua dueña de estas tierras María Echazarreta de Munilla.
Se trata de un barrio que linda –“linda”, buena palabra para hablar de vecindario- con una zona eminentemente turística, que posee obras de infraestructura urbanas que han cambiado la historia como la Avenida Parque, la Avenida Costanera, el Paseo del Puerto, el Muelle del Pescador, la Plaza “El rincón de los Niños”, la Costanera Sur, el Anfiteatro y el propio Parque Sur.
La Avenida Parque bordea casi dominando a gran parte del paisaje que confunde río con cielo. Fue esta obra –levantar las vías del ferrocarril y pavimentar- lo que hoy permite hablar de integración urbana.
Este barrio es notable por cómo algunas familias requieren de una fuerte presencia del Estado (no fue casual el éxito del Programa de Mejoramiento Barrial –Promeba) y otras (desde calle Buenos Aires hasta Doello Jurado) corresponde a familias con ingresos económicos más elevados, la mayoría con trabajos estables y cobertura médica. Sin embargo, pese a esas diferencias, el Centro de Atención Primaria de la Salud los identifica a todos por igual.
Una huerta bien producida y un centro de salud adornado con motivos primaverales resignifican el valor de la alegría como expresión de la salud. Pero eso no es lo más importante, lo esencial sigue siendo el sentido de pertenencia más allá de las diferencias.
Pueblo Nuevo
Pueblo Nuevo es una barriada nacida al ritmo de la cultura del trabajo y del esfuerzo que impulsó primero el saladero y más tarde ese coloso que sigue dormido al lado del río y que se identifica como ex Frigorífico Gualeguaychú.
Los pobladores más antiguos reconocen que antes de llamarse Pueblo Nuevo, se lo conocía como el barrio de los “saladeros” o de “Basavilbaso”, dado que los terrenos y solares eran propiedad de Adolfo Basavilbaso.
Esos mismos pobladores recuerdan que a principio del siglo XX, solamente se ingresaba al barrio por calle Montevideo, de espalda a la Unidad Penal Nº 2. El resto era un monte de espinillos y pajonales.
Símbolo de una época y de una identidad, el Frigorífico Gualeguaychú fue algo más que una poderosa industria local. Fue el trabajo, pero también la educación, el deporte, la actividad social, recreativa, el corazón mismo del barrio latió de otra forma al ritmo del silbato del Frigorífico que anunciaba los turnos de faenas.
Muchas de esas familias hoy dependen de un Plan Jefe de Hogar, aunque no perdieron la cultura del trabajo y muestra de ello es la referencia que hacen al Centro de Salud, no sólo con sus huertas sino fundamentalmente con su manera de relacionarse con las escuelas primarias, los clubes y fundamentalmente con sus propios sueños de volver a despertar con un trabajo estable y duradero.
No es casualidad que en el terreno de una escuela que sueña con un edificio nuevo, se encuentre la huerta comunitaria. La diversidad de sus plantines también forman parte de esa otra enseñanza: la de construir realidades para cambiar mundos con lo mucho o poco que se posea.
Villa María
El Centro de Salud “Villa María” está ubicado en Güemes, entre España y Fleming.
El área programática abarca los Barrios Villa María, Zabalet 1 y 2, Veinte Viviendas, San Cayetano, La Tablada, Hipódromo, Trinidad, Esperanza, Vicoer, San José, La Cantera y Yapeyú. Casi seis mil personas dependen de este Centro de Atención Primaria.
La historia, que es una buena maestra, enseña que en 1971 comienza a florecer la populosa barriada de Villa María, tributando a la labor de María Cristina Rébora.
En el Centro de Salud Villa María prevalece el sentido de pertenencia. La huerta, que además de sustento para varias familias permite contar con fondos que se destinan a otras iniciativas colectivas, ahora se le sumó un horno de barro que hace el pan los martes y jueves. No se trata solamente de amasar y esperar que leude, sino también descubrir el rostro de Dios en ese trabajo que sintetiza la espiga que sube hasta el mantel convertido en pan.
Hay nombres emblemáticos que remiten a historia. Capilla “Los Antepasados” (sobre calle Acisclo Méndez), la Iglesia “San José Obrero” (en Edison y Goldaracena), la Capilla San Cayetano (en Sargento Cabral), se pronuncian venerando el trabajo diario pero también protector.
Hoy la recorrida será por los Centros de Salud de Suburbio Sur, Médanos, CIC y San Isidro y seguramente la historia no sea muy distinta.
En este punto alguien podrá con derecho preguntarse: ¿Y la fiesta de la primavera? ¿Y los payasos que alegraron la mañana en los Centros de Salud? ¿Y las huertas comunitarias? Y la respuesta será simple: todo habla de ello, porque la primavera es la confirmación de la esperanza y la esperanza es la confirmación de que se ha hecho el esfuerzo.
Un jurado integrado por periodistas y funcionarios municipales recorrieron ayer los Centros de Salud de los barios San Francisco, Munilla, Pueblo Nuevo y Villa María y hoy harán lo propio con Médanos, el CIC, el San Isidro y Suburbio Sur.
San Francisco
Recorrer las calles del barrio San Francisco es encontrarse con su mayor institución social, histórica y cultural: La parroquia San Francisco. Y es inevitable vincular el trabajo de salud de esta zona con la figura del Cura Gaucho, el padre Luis Jeannot Sueyro, el de la sonrisa eterna y la camperita gris.
El Barrio San Francisco se encuentra delimitado por la calle Boulevard Montana al Norte, Río Gualeguaychú al Este, Avenida Luis N. Palma al Sur y calle 1º de Mayo al Norte. Se trata de un territorio que si bien es vecino de la zona turística (Costanera Norte, Parque Unzué y diferentes tipo de alojamiento) y se encuentra muy cercano al centro histórico de la ciudad, es una zona postergada y con vecinos que encuentran en el Centro de Salud a un aliado incondicional para trabajar en la mejora de su calidad de vida.
Fue en 1984 y por iniciativa del Padre Jeannot Sueyro que se comienzan con algunas atenciones de salud en este barrio. Hoy el área programática alcanza a casi siete mil personas.
La huerta, el espantapájaros, quedarán para otro plano, dado que el mapa social invita a inclinar la cabeza hacia el lado de la reflexión. Es que en el Centro de Salud del Barrio San Francisco se respira en el ambiente “que el enfermo, el sufriente, es tierra sagrada”, como predicó el Cura Gaucho.
Barrio Munilla
Quien ingrese a la calle 3 de Caballería al Norte, o por Rubén Darío al Sur, o quien lo haga por Pellegrini al Oeste o Avenida Costanera por el Este, estará ingresando a los límites del mítico barrio Munilla, que comprende aproximadamente sesenta manzanas emblemáticas con sus historias de río e inundación.
El arroyo que le da nombre al barrio lo atraviesa casi como una cicatriz. Su nombre en rigor hace referencia a la antigua dueña de estas tierras María Echazarreta de Munilla.
Se trata de un barrio que linda –“linda”, buena palabra para hablar de vecindario- con una zona eminentemente turística, que posee obras de infraestructura urbanas que han cambiado la historia como la Avenida Parque, la Avenida Costanera, el Paseo del Puerto, el Muelle del Pescador, la Plaza “El rincón de los Niños”, la Costanera Sur, el Anfiteatro y el propio Parque Sur.
La Avenida Parque bordea casi dominando a gran parte del paisaje que confunde río con cielo. Fue esta obra –levantar las vías del ferrocarril y pavimentar- lo que hoy permite hablar de integración urbana.
Este barrio es notable por cómo algunas familias requieren de una fuerte presencia del Estado (no fue casual el éxito del Programa de Mejoramiento Barrial –Promeba) y otras (desde calle Buenos Aires hasta Doello Jurado) corresponde a familias con ingresos económicos más elevados, la mayoría con trabajos estables y cobertura médica. Sin embargo, pese a esas diferencias, el Centro de Atención Primaria de la Salud los identifica a todos por igual.
Una huerta bien producida y un centro de salud adornado con motivos primaverales resignifican el valor de la alegría como expresión de la salud. Pero eso no es lo más importante, lo esencial sigue siendo el sentido de pertenencia más allá de las diferencias.
Pueblo Nuevo
Pueblo Nuevo es una barriada nacida al ritmo de la cultura del trabajo y del esfuerzo que impulsó primero el saladero y más tarde ese coloso que sigue dormido al lado del río y que se identifica como ex Frigorífico Gualeguaychú.
Los pobladores más antiguos reconocen que antes de llamarse Pueblo Nuevo, se lo conocía como el barrio de los “saladeros” o de “Basavilbaso”, dado que los terrenos y solares eran propiedad de Adolfo Basavilbaso.
Esos mismos pobladores recuerdan que a principio del siglo XX, solamente se ingresaba al barrio por calle Montevideo, de espalda a la Unidad Penal Nº 2. El resto era un monte de espinillos y pajonales.
Símbolo de una época y de una identidad, el Frigorífico Gualeguaychú fue algo más que una poderosa industria local. Fue el trabajo, pero también la educación, el deporte, la actividad social, recreativa, el corazón mismo del barrio latió de otra forma al ritmo del silbato del Frigorífico que anunciaba los turnos de faenas.
Muchas de esas familias hoy dependen de un Plan Jefe de Hogar, aunque no perdieron la cultura del trabajo y muestra de ello es la referencia que hacen al Centro de Salud, no sólo con sus huertas sino fundamentalmente con su manera de relacionarse con las escuelas primarias, los clubes y fundamentalmente con sus propios sueños de volver a despertar con un trabajo estable y duradero.
No es casualidad que en el terreno de una escuela que sueña con un edificio nuevo, se encuentre la huerta comunitaria. La diversidad de sus plantines también forman parte de esa otra enseñanza: la de construir realidades para cambiar mundos con lo mucho o poco que se posea.
Villa María
El Centro de Salud “Villa María” está ubicado en Güemes, entre España y Fleming.
El área programática abarca los Barrios Villa María, Zabalet 1 y 2, Veinte Viviendas, San Cayetano, La Tablada, Hipódromo, Trinidad, Esperanza, Vicoer, San José, La Cantera y Yapeyú. Casi seis mil personas dependen de este Centro de Atención Primaria.
La historia, que es una buena maestra, enseña que en 1971 comienza a florecer la populosa barriada de Villa María, tributando a la labor de María Cristina Rébora.
En el Centro de Salud Villa María prevalece el sentido de pertenencia. La huerta, que además de sustento para varias familias permite contar con fondos que se destinan a otras iniciativas colectivas, ahora se le sumó un horno de barro que hace el pan los martes y jueves. No se trata solamente de amasar y esperar que leude, sino también descubrir el rostro de Dios en ese trabajo que sintetiza la espiga que sube hasta el mantel convertido en pan.
Hay nombres emblemáticos que remiten a historia. Capilla “Los Antepasados” (sobre calle Acisclo Méndez), la Iglesia “San José Obrero” (en Edison y Goldaracena), la Capilla San Cayetano (en Sargento Cabral), se pronuncian venerando el trabajo diario pero también protector.
Hoy la recorrida será por los Centros de Salud de Suburbio Sur, Médanos, CIC y San Isidro y seguramente la historia no sea muy distinta.
En este punto alguien podrá con derecho preguntarse: ¿Y la fiesta de la primavera? ¿Y los payasos que alegraron la mañana en los Centros de Salud? ¿Y las huertas comunitarias? Y la respuesta será simple: todo habla de ello, porque la primavera es la confirmación de la esperanza y la esperanza es la confirmación de que se ha hecho el esfuerzo.
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