Maximiliano Vanerio fue consagrado sacerdote en la diócesis de Gualeguaychú
El obispo diocesano, monseñor Héctor Zordán, presidió la ordenación sacerdotal de Maximiliano Vanerio que se desarrolló el viernes por la noche en Basavilbaso.
“Estamos a punto de vivir en nuestra Iglesia diocesana un acontecimiento muy importante, algo que hacía ya algunos años no vivíamos: la ordenación presbiteral del diácono Maximiliano Vanerio”, expresó en su mensaje de esta semana el obispo de Gualeguaychú, monseñor Héctor Zordán MSSCC (Misioneros de los Sagrados Corazones).
“Es una gran alegría, lo consideramos una gracia especial de Dios para nosotros”, sostuvo el prelado, y destacó que es “una oportunidad para profundizar esto de recuperar la cultura vocacional”.
A su vez, subrayó que cultivar la cultura vocacional también es rezar por las vocaciones en la Iglesia, y animó a crear el ambiente apropiado para que los jóvenes puedan plantearse la pregunta “¿Cuál será el sueño que Dios tiene para mí?”
La ceremonia tuvo lugar el viernes a las 20 en el Colegio Cristo Rey de Basavilbaso, de donde es oriundo Maximiliano.
El joven seminarista descubrió su vocación sacerdotal siendo estudiante universitario en la provincia de Santa Fe, donde se recibió de Técnico en Producción de Bienes y Servicios con orientación agropecuaria, antes de formarse en 2014 en el seminario diocesano María Madre de la Iglesia de Gualeguaychú.
En agosto de 2022 recibió la ordenación diaconal con una misa celebrada por el obispo Zordán, en la Basílica Inmaculada Concepción, en Concepción del Uruguay y concelebrada por los sacerdotes de la diócesis. Allí, durante su homilía el obispo señaló: “Seguí la inspiración del Espíritu; no la apagues ni te distraigas con otras cosas; aprendé a discernir tus intuiciones para descubrir cuáles son inspiraciones suyas”. Al tiempo que le encomendó que, sobre todo, “en todo lo que digas y hagas, anunciá a Jesucristo, ofrecé su amistad, estimulá a vivir en comunión con Él, animá a seguirlo haciéndose discípulo suyo, invitá a experimentar la fraternidad en la comunidad de la Iglesia".
Ahora Vaneiro recibió el orden sacerdotal: “un sacramento que, por la imposición de las manos del Obispo, y sus palabras, hace sacerdotes a los hombres bautizados, y les da poder para perdonar los pecados y convertir el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. El Sacramento del Orden lo reciben aquellos que se sienten llamados por Dios a ser sacerdotes para dedicarse a la salvación eterna de sus hermanos los hombres. Esta ocupación es la más grande de la Tierra, pues los frutos de sus trabajos no acaban en este mundo, sino que son eternos”, indicaron desde el Obispado.