Pobre río marrón

La fecha de la celebración se propuso en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo efectuada en Río de Janeiro en 1992. Más allá de si la actividad coincide o no con la fecha a recordar, vale decir en primer lugar que es saludable que se enseñen a los estudiantes y a la ciudadanía las buenas prácticas, porque cada vez que el río sube deja restos indeseados en las orillas.
A nuestro río marrón, como canta Jorge Fandermole, podemos verlo como “animal de barro que huye, que como la vida, fluye sin volver...” y entonces, ser más cuidadosos.
Y serlo no sólo con lo que se arroja, sino también con la carga de embarcaciones, con lo que llega a él a través de conexiones clandestinas, con todo lo que debe llevarse lejos, porque aquí no queremos tener.
Por eso decimos pobre río nuestro, que de tanto en tanto hay que salir a limpiarlo...
Pobre río marrón.