Opinión
Un espacio comunitario que debe ser valorado
El Presupuesto Participativo de los barrios que se inició en 2012, creció en un 200 por ciento en estos cinco años de funcionamiento, pero en 2016, con relación al 2015 el monto de dinero para el programa creció solo el 32 por ciento.
Para esta temporada se va a ejecutar el uno por ciento del presupuesto total de la municipalidad, lo que con unos 700 mil pesos por zona permitirá poder financiar más proyectos a instituciones y a grupos de vecinos que participan en las asambleas barriales.
Al año siguiente, de que se iniciara el programa se pegó un salto de 99 proyectos a 180. En el tercer año, se amesetó. En el cuarto, creció en 200 proyectos y en 2016 se llegó a 320 proyectos.
Este espacio ciudadano no solo permite resolver problemas de infraestructura edilicia de instituciones o solucionar cuestiones urbanísticas en los barrios, también contribuye a generar lazos de convivencia con los vecinos y resolver las disputas mediante el diálogo y el consenso. Este programa ya dejó de ser propiedad de un partido gobernante, para pasar a ser patrimonio de los barrios de la ciudad que se adueñó de esta idea y la hizo carne con la creciente participación en las asambleas, pero la sustentabilidad de este espacio participativo solo podrá lograrse si como contribuyente mantenemos al día nuestros impuestos, este es el principal deber como ciudadano, mientras que el municipio deberá preocuparse que el dinero que sale de nuestros bolsillos para cumplir con el tributo, realmente se plasme en obras en el territorio para mejorar la calidad de vida de los vecinos.
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